¿Conviene a Suiza un tipo de cambio fijo?
Fijar la paridad entre la divisa helvética y el euro frenaría a especuladores y restaría presiones al sector exportador, pero arriesgaría también el estallido de una burbuja inmobiliaria semejante a la de Irlanda y provocaría un déficit público de largo plazo.
El banco central adelanta que en 2010 incurrió en pérdidas por 21.000 millones de francos suizos en su intento infructuoso de apuntalar al euro.
El presente y futuro de Suiza dependen de su sector exportador. Puesto en cifras del Banco Mundial, 60% de la riqueza generada por el país en 2010 se derivó de sus ventas al exterior.
Exactamente el doble que hace 40 años.
En términos proporcionales, Suiza es una potencia exportadora cuatro veces más importante que Estados Unidos.
Por ello, las vivas lamentaciones del sector exportador helvético -que durante el último año ha visto encarecer sus productos 15% debido exclusivamente a la apreciación del franco frente al euro- cimbran al gobierno y al banco central, pero no consiguen aún convencerles de “anclar” la política cambiaria.
Suiza conoce el camino, en la década de los 70´s echó mano de una política de cambio fijo que trajo tantas ventajas como problemas.
En 2011, el debate sigue abierto.
Millonaria decisión
El BNS adelantó el pasado viernes (14.01) que perdió 21.000 millones de francos suizos durante el 2010 en la tarea de defender al franco suizo de una apreciación aún más abrupta durante los últimos 12 meses.
E invirtió al menos del doble de esta cantidad en comprar euros y dólares en el mercado para amainar las presiones alcistas de su propia moneda. Pese a ello, la paridad pasó de una media de 1,50 francos por euro en enero del 2010 a 1,26 francos por divisa europeo en los albores del 2011.
No obstante, la posición de Eveline Widmer-Schlumpf, ministra de Finanzas; y de su homólogo del Departamento de Economía, Johann Schneider-Amman, es clara.
No hay situación cambiaria de emergencia y no habrá acciones extraordinarias por el momento.
Widmer-Schlumpf destacó al diario SonntagsZeitug (16.01) que el BNS ha hecho todo cuanto podía y debe concentrarse en su mandato de preservar la estabilidad de precios.
No vemos la necesidad de que el banco central intervenga en el mercado cambiario si no estamos confrontados al riesgo de una deflación, dijo.
Una versión que coincide con la posición de Schneider-Amman expresada el viernes (14.01), tras la esperada reunión convocada por el gobierno para discutir el tema cambiario con organizaciones como Swissmem, que representa a uno de los sectores (maquinaria y equipo) más activos en las ventas al exterior.
El tema, no obstante, sigue abierto y está incluido en la orden del día del Consejo Federal que celebrará el gobierno suizo este miércoles (19.01).
Poco deseable
En opinión de Cédric Tille, catedrático del Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra y ex miembro de la Reserva Federal de Nueva York, un tipo de cambio fijo no conviene a la Suiza del presente.
Y el mandato del BNS, como el de la mayoría de los bancos centrales, es concentrarse en la estabilidad de precios en lo general, no de alguno en particular. No es condición del banco central fijar ningún objetivo cambiario para aligerar la presión sobre la industria exportadora.
“La caja de herramientas del banco central no le permite fabricar una política monetaria diferente y adaptada a cada sector”, refiere en un dedicado a la coyuntura que vive Suiza en enero del 2011.
Una estabilización de la tasa de cambio, explica tendría efectos importantes en el largo plazo, ya que implicaría un suministro adicional de liquidez a la economía, lo que alimentaría una posible burbuja inmobiliaria Suiza.
Tille explica que en terreno práctico Suiza podría conocer un escenario semejante al de Irlanda con su boom inmobiliario y su posterior caída abrupta.
Ponderar los porqués
El catedrático especializado en economía internacional se centra en la reflexión del por qué el franco se ha apreciado.
Cédric Tille afirma que vale la pena analizar las razones que están detrás de la apreciación, explica. Suiza se ha desempeñado mejor que cualquier economía de la zona euro, con una economía que crece sostenidamente, baja inflación y desempleo, y finanzas públicas sanas.
En este contexto, es perfectamente normal que el franco se haya apreciado, y aunque esto no facilita la vida a las empresas exportadoras, la apreciación del franco ha sido el mecanismo que permite devolver el equilibrio a dos regiones económicas que crecen a un ritmo diferente, cita.
Insisto, el mandato del BNS es concentrarse en la inflación general, y no en precios relativos, y el tipo de cambio es uno de ellos.
Una fuerte apreciación del franco puede implicar una deflación en Suiza, en este caso, y bajo estas circunstancias concretas, el BNS tendría que intervenir. De otra forma, no sería deseable.
Pagar el precio
La visión de Telle coincide con la que expresa la trinchera gubernamental.
Jean-Daniel Gerber, Secretario de Estado de Economía (seco), cargo que abandonará en marzo por jubilación, valida esta visión.
Tras la cita con los exportadores de pasado viernes, Gerber afirmó que Suiza no se encuentra en crisis y añadió que garantizar una tasa de cambio fija para la industria de la exportación sería repetir el mismo error de la década de los 70´s, cuando se otorgó una garantía contra los riesgos para algunos sectores exportadores, una decisión que le costó a Suiza un elevado déficit fiscal que le tomó dos décadas revertir.
Si el franco se fortalece es porque la confianza en el euro se ha erosionado. Y aunque la situación es delicada, dijo, el tema seguirá analizándose cuidadosamente, pero no está prevista ninguna medida extraordinaria por el momento.
En los 160 años que tiene de historia, el franco suizo ha atravesado numerosos periodos de apreciación.
1963. Producto de una depresión económica mundial, el franco suizo se convierte por primeras vez en su historia en “moneda refugio”. El gobierno decide devaluar su moneda 30%.
1939-45. El franco es la única moneda fuerte convertible en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
1973. El gobierno suizo adopta una tipo de cambio fijo debido a que el franco se aprecia sensiblemente por la crisis petrolera.
1976. El BNS establece un “pacto de caballeros” con los bancos suizos, que se comprometen a no especular contra el franco.
1991-2001. La guerra del Golfo y los atentados de NY aprecian el franco.
2009-2011: La recesión internacional y la debilidad de la zona euro atraen capitales a Suiza, considerada una economía refugio.
El franco suizo es la moneda oficial de Suiza y Liechtenstein. Es la quinta moneda más utilizada en el comercio internacional después del dólar, euro, yen japonés y la libra esterlina.
Suiza aplica una política de libre flotación. Son la oferta y demanda del mercado los que determinan su valor con respecto a otras divisas. Pero en periodos de crisis internacional suele ser la moneda más estable de Europa, lo que provoca un proceso de revaluación.
La fortaleza del franco suizo le costó al BNS un total de 21.000 millones de francos suizos en 2010.
Pese a ello, en breve entregará utilidades por 2.500 millones de francos suizos a los cantones. Y alrededor de 1.500 millones a la Confederación Helvética.
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