Personas famosas han olvidado sus cuentas en Suiza
Como el prominente alpinista que fue en su tiempo, Royal Robbins prefería borrar cualquier huella que dejaran sus ascensos. Sin embargo, tras una temporada de docencia en Suiza sí dejó un rastro: una cuenta bancaria que figura en la lista de 4 000 cuentas olvidadas e inactivas que se han hecho públicas hasta hoy.
Cada una de estas cuentas ha estado inactiva durante más de 60 años y contiene al menos 500 francos suizos. Juntas suman 52 millones de francos (51 millones de dólares) y sus titulares –o descendientes – cuentan con un máximo de cinco años para reclamar los activos, o pasarán a manos del Gobierno.
Robbins, el primer alpinista que escaló la cara noreste del domo granítico Half Dome del Parque Nacional de Yosemite (California) y fundador de una exitosa empresa de ropa deportiva que lleva su nombre, vive actualmente en Estados Unidos (su país natal). Dada su precaria salud, su esposa Liz acepta responder las preguntas de swissinfo.ch.
“Honestamente, no recuerdo que tuviéramos una cuenta ahí, pero es muy probable que así fuera”, explica Robbins a través de un correo electrónico. Añade que la pareja muy probablemente abrió la cuenta en los 60, cuando Royal era instructor en la Escuela Internacional de MontañismoEnlace externo de Leysin, en el cantón de Vaud.
Dada su fecha de apertura, la cuenta no tiene más de 50 años de existencia -una anomalía difícil de explicar ya que, para aparecer en el sitio web, las cuentas deben tener al menos 60 años inactivas. La Asociación Suiza de Banqueros (SBA) refiere que correspondió a cada banco ingresar la información de sus cuentas durmientes más antiguas y la SBA no monitoreo cada uno de los registros publicados.
Liz Robbins no recuerda haber recibido ningún tipo de notificación o contacto por pate del banco para informarles que eran titulares de una cuenta inactiva. “Ahora soy yo quien contactará para cerrar la cuenta, gracias a la información que ustedes me han hecho llegar”.
La facilidad con la que fue rastreada la cuenta de Robbins evidencia que los bancos no están haciendo su trabajo como deben, en opinión de André Naef, cofundador de la empresa FAST SearchEnlace externo, que se especializa en ayudar a la banca a seguirle la pista de algunos clientes ‘desaparecidos’.
Concretamente, Naef se ocupa de apoyar a las instituciones de crédito reorganizando todas estas cuentas inactivas para que los clientes concernidos puedan recuperar sus activos en Suiza.
Las 4 000 cuentas que han permanecido inactivas por lo menos 60 años, son solo la punta de un iceberg, según Naef. Los bancos son renuentes a informar cuánto dinero contienen, pero la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) estima que alrededor de 2 900 cuentas (tres cuartas partes del total) concentran 52 millones de dólares.
Sin embargo, la totalidad de las cuentas durmientes –todas aquellas cuyos titulares han perdido contacto con el banco desde hace dos o más años– bien podrían rebasar los 2 000 millones de francos.
Esto se convertirá en un problema a partir de 2018, cuando inicie el proceso de intercambio automático de información entre Suiza y otros países para atajar la evasión de impuestos.
«Creo que podrían explotar varias bombas para la reputación de algunos titulares de las cuentas y los bancos podrían recibir preguntas incómodas por parte de otros países. Realmente me sorprende que los bancos no hayan hecho un mayor esfuerzo por atender este problema”, dice.
La ASB asegura que el tema de la evasión de impuestos y el intercambio automático de información no fue lo que la incitó a crear un portal digital para las cuentas durmientes más antiguas.
«Todos los bancos (del mundo) corren el riesgo de perder contacto con sus clientes. Y la legislación suiza simplemente sugiere que las instituciones bancarias busquen un tratamiento legal adecuado para las cuentas que llevan mucho, pero mucho tiempo inactivas», añade la ASB.
«Cuando se localiza al dueño (o heredero legítimo) de una cuenta durmiente, es responsabilidad de esta persona cumplir con las obligaciones tributarias que podrían derivarse de estos depósitos», precisa.
La lista que ha sido divulgada públicamenteEnlace externo incluye varios nombres fáciles de rastrear a través de una búsqueda simple en Google. Por ejemplo, está el de Harvey S. Firestone, de Akron, Ohio (EEUU), quien solo puede ser el fundador de la empresa fabricante de neumáticos Firestone, o su hijo homónimo.
En su tiempo, Harvey S. Firestone padre fue uno de los hombres más ricos de EEUU, codeándose con Henry Ford y Thomas Edison en el llamado ‘Club de millonarios’ de principios del siglo XX. No existe evidencia de que la cuenta de Firestone en Suiza no haya sido declarada. Pero el hecho de que el banco no pudiera dar con el paradero de alguien así de reconocible preocupa a Naef.
«Es una muestra de que los bancos simplemente no conocen ni investigan suficientemente a sus clientes», dice.
Muchas de las cuentas durmientes tienen información fragmentada que complica la localización de sus titulares. A veces el banco no tiene registrado el nombre completo del cliente, la fecha de nacimiento, la nacionalidad, el lugar de residencia o incluso carece del número de cuenta completo.
Naef estima que con la información disponible actualmente es posible localizar a los titulares, o descendientes, del 10% de las 4 000 cuentas divulgadas. Y existen probabilidades razonables de rastrear a otro 44% con la información parcial que se tiene. Sin embargo, durante el 2016, el primer año de operación del portal, solo fueron reclamadas el 5% de las cuentas.
El pasado 16 de diciembre, los fondos de las primeras 149 cuentas inactivas debían ser entregados al Estado si no eran reclamadas por sus dueños. La ASB ofrece más detalles al respecto. Asegura que desconoce cuántas cuentas se cerraron realmente y el monto que contenían.
Cuentas inactivas
Como resultado de una reforma de la ley de bancos, Suiza decidió crear un sitio web en el que publica las cuentas bancarias durmientes más antiguas. Dicho portal entró en línea en diciembre de 2015. Los registros pueden ser consultados por todo el mundo y solo consideran las cuentas donde los bancos perdieron contacto con el titular hace más de 60 años.
El sitio web se actualiza periódicamente. La lista original, publicada a finales del 2015, incluía 2 600 cuentas. Actualmente, incluye 4 000. Los montos exactos de los fondos no se han revelado porque los bancos se rehúsan a divulgar la información. Pero la ASB cifra en 52 millones de francos suizos los haberes contenidos en tres cuartas partes de esas cuentas.
Los beneficiarios directos (o sus herederos) disponen de entre uno y cinco años para reclamar los activos. Después, las cuentas serán cerradas y el dinero será entregado al Estado.
Solo la mitad de las cuentas incluyen la nacionalidad del cliente. De estos, casi el 66% son suizos y el 15% franceses. El resto son clientes de países fronterizos con Suiza. Los clientes estadounidenses representan solo el 1%.
De los titulares de estas cuentas durmientes divulgadas, la fecha de nacimiento más antigua de un cliente remite a 1808 y la más reciente, a 1956. Así que la edad media de los dueños originales de estos fondos es de 111 años.
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