De Calabria a Suiza, la mafia despliega sus tentáculos
Ningún cantón suizo se salva de las mafias italianas, cuya presencia ha sido probada durante décadas, incluso en regiones aparentemente menos afectadas. Es el caso de Vaud y su capital, Lausana, donde viven parientes cercanos a un jefe de la ‘Ndrangheta. Reportaje en Calabria, en la tierra de la mafia más poderosa de Italia y Europa.
Estamos en un pueblo de apenas 5000 habitantes, en algún lugar de la provincia de Reggio Calabria. Un investigador y un oficial de los carabineros que conoce a fondo esta microrregión nos llevan hasta allí desde Catanzaro. El funcionario, que prefiere permanecer en el anonimato, marca el tono desde el principio: “Ah, ¿es suiza?, ¿de Lausana? Hay temas interesantes por allá … y vienen de aquí”.
Madeleine Rossi es una periodista independiente que vive entre Suiza e Italia y lleva muchos años cubriendo la temática del crimen organizado italiano.
En 2019 publicó un informe sobre la presencia de las mafias italianas en Suiza y en 2021 el libro «La mafia en Suiza – En el corazón del crimen organizado».
Esto se debe a que este pueblo y las dos localidades vecinas son el dominio de un importante jefe de la ‘Ndrangheta, Rocco Santo Filippone. El hombre fue condenado a cadena perpetua en julio de 2020 por el Tribunal de lo Penal de Reggio Calabria por su participación en numerosos atentados cometidos a mediados de los años 90 por la Cosa Nostra y la llamada ‘Ndrangheta stragista (terrorista), que causaron numerosas víctimas en toda Italia, entre ellas varios carabineros.
En Suiza nuestros sentidos aún no están lo suficientemente alerta, hay pocos expertos capaces de comprender y luchar contra el crimen organizado, y nuestro sistema federalista, con diferentes prerrogativas entre las fuerzas policiales cantonales, puede complicar las investigaciones. El problema de fondo, sin embargo, sigue siendo la ausencia de percepción del fenómeno mafioso en la sociedad, resultado de un círculo vicioso: desinterés político, desinterés de los medios de comunicación a favor de formas de delincuencia más visibles y, por lo tanto, falta de conocimiento y conciencia por parte de la opinión pública.
Para luchar contra la mafia o al menos perturbarla, la observación y el conocimiento del territorio, así como las actividades de información a nivel local, son herramientas fundamentales. Italia puede, por ejemplo, contar con una vasta red de puestos de carabineros incluso en los pueblos más pequeños, lo que garantiza la presencia de una policía local, en contacto con los habitantes.
Su misión consiste esencialmente en recorrer el territorio, observar y conocer, un poco como los curas rurales a los que no escapa la vida y las costumbres de sus feligreses. Estos carabineros “del campo” son los ojos y oídos de sus colegas investigadores, que en ocasiones se encuentran al otro lado de la península y que solamente necesitan una llamada telefónica para obtener información sobre un individuo sospechoso de tener vínculos con la mafia.
«Hay temas interesantes allá»
Un amigo investigador y un carabinero nos llevan a un pequeño pueblo de apenas 5 000 habitantes en la provincia de Reggio Calabria. El oficial, que conoce perfectamente esta microrregión y prefiere permanecer en el anonimato, descubre inmediatamente las cartas: “¿Es suiza? ¿De Lausana? Hay temas interesantes por allá … y vienen de aquí”.
Esta ciudad, al igual que las dos localidades vecinas, son el feudo de un importante jefe de la mafia, Rocco Santo Filippone.
En el curso de nuestro reportaje tenemos la oportunidad de conversar tranquilamente con varios jubilados que han regresado a su país después de haber trabajado durante años en Suiza, algunos en Lausana, en el cantón de Vaud, otros en Basilea. Y que lo saben prácticamente todo. Estos encuentros en una esquina o frente a un café rompen la omerta (la ley del silencio). En Calabria, si sabes cómo lograrlo, la gente habla. A veces entre líneas, pero más a menudo “en claro”, pero en voz baja y fingiendo que no pasa nada.
Cerca de cincuenta nombres
En total, emergen una cincuentena de nombres de personajes con olor a mafia, que residen en la región de Basilea, otros en Davos, e incluso el dueño de un restaurante en las afueras de Ginebra. Pero los nombres más interesantes son los de dos parientes cercanos del jefe Filippone, residentes en Lausana desde hace mucho tiempo. Y el de otro hombre, FM, al que las autoridades italianas sospechan de ser el jefe del ‘local’ (la célula base de la ‘Ndrangheta) de Basilea, vinculado entre otros del ‘local ‘de Singen, en Alemania.
FM fue visto en junio pasado en Calabria, casualmente justo cuando estaba con uno de los hijos de Filippone. Otra fuente judicial italiana nos informó que el mismo FM organizó una mangiata (comida) en Basilea, “en el otoño o invierno del año pasado.
¿La mangiata? Más que una simple cena o un momento de convivencia, es una reunión de mafiosos, un ritual que forma parte de la vida de la asociación. Sirve para definir las relaciones entre unos y otros, para integrar nuevos miembros y sobre todo para mostrar quién está al mando y asegurar la fidelidad de los afiliados.
En cuanto a Lausana, se ha hablado de ella varias veces durante esta mañana en el campo de Calabria. Una frase ha sido repetida varias veces: “Todo el mundo está traficando entre Basilea y Lausana”. Pero sin más detalles, obviamente difíciles de obtener. En cualquier caso, sin ser un verdadero baluarte suizo de la ‘Ndrangheta como lo fue Frauenfeld o el Tesino lo es todavía, Lausana parece ser un cruce importante entre las instalaciones de Basilea y Davos: esta última ciudad en el corazón de los Alpes es considerada en Italia como un importante centro de blanqueo de capitales y tráfico de drogas.
Varias detenciones en los últimos años
Es importante comprender que la familia es la esencia de la ‘Ndrangheta, y que los lazos de sangre condicionan no solo la pertenencia a esta mafia, sino también las relaciones dentro de los clanes, los actos y obligaciones en ambos lados de la frontera. El parentesco es, por tanto, una de esas “señales débiles” que hay que identificar y tomar en consideración, porque implica diversas formas posibles de complicidad: desde el blanqueo de capitales hasta el tráfico de armas y drogas, sin olvidar el apoyo logístico a los prófugos, los mafiosos condenados en Italia y que se refugian en Suiza. Varios de ellos han sido capturados en los cantones del Valais y de Berna en los últimos cinco años, curiosamente todos en posesión de un permiso B que nunca debieron obtener. Otro ejemplo reciente es el de la hermana de Rocco Anello, el jefe involucrado en la operación ítalo-suiza Imponimento (impedimento) en julio de 2020, que dio lugar a varias detenciones y procesos penales en la Confederación. Consagrada a su familia, la mujer se encargaba de blanquear gran parte del dinero del clan en Suiza.
Para rematar con estilo esta visita a la zona, el carabinero nos ofrece un recorrido fuera del pueblo, en el campo, para mostrarnos “una última cosa”: la propiedad de Rocco Filippone, una casona, “pretenciosa” como corresponde a un jefe de la mafia, rodeada por un alto muro de hierro forjado (ver foto).
Llega el momento de despedirnos, con un largo apretón de manos, gracias y estas palabras de nuestros dos compañeros: “Lo que hace es importante, debe hablar de la ‘Ndrangheta en Suiza, debe hablar de ella en libros, en los medios, entonces, siga escribiendo”.
Discreta referencia al hecho de que, contrariamente a los estereotipos según los cuales existe la mafia donde se cometen actos violentos, fuera de Calabria la ‘Ndrangheta no tiene ningún interés en llamar la atención para sentirse segura y poder infiltrarse en el tejido social y económico. Aunque esto no excluye hechos sangrientos, como el ocurrido en Duisburg (Alemania) en 2007, con 6 muertes.
Traducido del italiano por Marcela Águila Rubín
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