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Cómo el clima se convirtió en objeto de litigio en Suiza

Vista aérea de una isla.
Cuatro habitantes de la isla indonesia de Pari demandaron a Holcim, la mayor cementera del mundo, por su contribución a la subida del nivel del mar. Keystone / Mast Irham

Un caso de litigio climático está en curso en Suiza contra el gigante cementero Holcim. Se trata de un proceso inédito que podría abrir las puertas a más demandas por pérdidas y daños en el país alpino.

Una corte cantonal situada a orillas del pintoresco lago helvético de Zug podría ser en breve el escenario de un enfrentamiento que determinará quién pagará por el cambio climático. En julio pasado, cuatro habitantes de la isla de Pari (Indonesia) iniciaron un procedimiento civil contra Holcim, el mayor productor de cemento del mundo, por sus emisiones históricas de CO2 y su contribución a la subida del nivel del mar. 

La demanda se sustenta en una estimación realizada por el Climate Accountability InstituteEnlace externo que concluyó que la firma suiza Holcim -cuyas actividades de producción de cemento abarcan desde la explotación de canteras hasta el transporte del producto final- ha emitido más de 7 000 millones de toneladas de CO2 desde 1950. Lo anterior equivale a 0,42% de las emisiones industriales mundiales de CO2 desde 1750, según el citado estudio. Como referencia comparativa, Suiza emite 43,4 millones de toneladas de CO2 cada año. 

Este litigio es el primero que se entabla contra una empresa suiza por el impacto que ha tenido en el cambio climático. Sin embargo, a medida que aumentan los procesos contra las grandes empresas contaminantes en el mundo, podrían abrirse las puertas a demandas similares en otras partes de Suiza. Además de Holcim, la comercializadora de materias primas Glencore también figura en la lista de las «grandes empresas del carbono»Enlace externo del Climate Accountability Institute.

Trabajador en plena faena.
Trabajadores de la cementera suiza Holcim en Indonesia. Bloomberg Via Getty Images / Bloomberg

La oenegé que solicitó la elaboración de este informe, Ayuda Protestante Suiza (HEKS/EPER), ha usado este dato del 0,42% para apoyar la demanda de los cuatro residentes de la isla de Pari. Afirma que Holcim debe pagarles de forma proporcional su contribución histórica al cambio climático, lo que significaría cubrir el 0,42% de los daños de los que fueron víctimas los cuatro residentes de la isla de Pari por concepto de inundaciones, lo que equivale a unos 3 500 francos suizos por persona. Con esta cantidad, los residentes pretenden cofinanciar medidas de adaptación como la plantación de manglares y la construcción de presas para controlar futuras inundaciones, según HEKSEnlace externo

Los cuatro residentes de la isla de Pari también exigen a Holcim reducir de forma «inmediata y significativa» sus emisiones globales de CO2 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, tal y como se acordó en París en 2015. Bajo el principio de «un llamado a la justicia climáticaEnlace externo«, esta campaña es respaldada por HEKS, el Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos y una oenegé medioambiental de Indonesia. El objetivo general es utilizar las vías legales para intensificar la presión política para enfrentar el cambio climático.

Fuerte incremento de casos en todo el mundo

Lo que está en juego en este proceso es más que la indemnización de Holcim a los residentes de Pari. De lograrse una sentencia en favor de estas personas se estaría sentando un precedente para otras demandas similares, tanto en Suiza como en el resto del mundo. 

«Esta demanda puede ser vista como novedosa y sin precedentes porque combina dos enfoques: la reducción de los gases de efecto invernadero y el concepto de compensación», refiere la descripción del casoEnlace externo realizada por el Sabin Centre for Climate Change Law de la Universidad de Columbia. Un estudio de la London School of EconomicsEnlace externo muestra que los litigios se están convirtiendo crecientemente en un instrumento para hacer cumplir los compromisos climáticos hechos por los gobiernos.

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La base de datosEnlace externo de la Universidad de Columbia reúne más de 2 000 procedimientos interpuestos ante órganos judiciales relacionados con la legislación, la política o la ciencia del cambio climático. Aunque la mayoría de estos casos han sido presentados en Estados Unidos, hay litigios climáticos en curso en más de 40 países, casi siempre naciones industrializadas. Pero las demandas también proliferan en los países en desarrollo, como refiere el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)Enlace externo

Un informeEnlace externo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reveló que los casos climáticos casi se duplicaron entre 2017 y 2020; la mayoría se basa en presuntas violaciones al derecho a la vida, a la salud y otros derechos humanos fundamentales. Un examen cuantitativo de los procedimientos muestra que más de la mitad consiguieron resultados favorables en materia de cambio climático.

La mayoría de los casos se han interpuesto contra los gobiernos. Dos casos destacados son una decisión del Tribunal Supremo holandés pronunciada en 2019 que ordenóEnlace externo a los Países Bajos una reducción más ambiciosa de las emisiones de gases de efecto invernadero, y está también la sentencia pronunciada en 2021Enlace externo por el Tribunal Constitucional Federal de Alemania que obligó al país a adelantar cinco años el cumplimiento de sus objetivos de emisiones netas cero. Estos procedimientos inspiraron casosEnlace externo en todo el mundo que están cuestionando los esquemas de los gobiernos para hacer frente al cambio climático. 

Ahora los casos se han extendido al sector privado. La atención se centra en las denominadas «grandes empresas del carbonoEnlace externo«, un centenar de empresas que son responsables de más del 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero desde los albores de la era industrial, según una base de datos de divulgaciónEnlace externo

En los Países Bajos, el tribunal -que inicialmente consideró insuficientes las medidas estatales de protección climática- también ordenó a la petrolera Royal Dutch Shell que redujera sus emisiones. En lo que fue considerado como una sentencia histórica,Enlace externo el tribunal citó explícitamente el acuerdo climático de ParísEnlace externo y anticipóEnlace externo «consecuencias de gran alcance» para la empresa. En Alemania, en 2021, una oenegé presentó demandas contra los fabricantes de automóviles BMW,Enlace externoMercedes-BenzEnlace externo y VolkswagenEnlace externo basándose en el exitoso precedente que se había sentado antes contra el gobierno alemán.

La demanda contra Holcim en Suiza tiene como antecedente un caso parecido registrado hace algunos años. En 2015, un agricultor peruano demandóEnlace externo al mayor productor de electricidad de Alemania, RWE, y pidió que lo indemnizara por tener que proteger a su pueblo contra el deshielo de un glaciar. No solicitaba que se le reembolsara el costo total, sino una parte muy concreta del mismo: el 0,47%, equivalente a la porción en la que RWE había contribuido a las emisiones industriales mundiales de gases de efecto invernadero desde que comenzó la industrialización.   

Un tribunal alemán reconoció, como parte de una apelación, el concepto de responsabilidad histórica. Y en mayo de 2022, en lo que fue descrito como un movimiento sin precedentes, jueces alemanes viajaron a PerúEnlace externo para examinar la amenaza de inundación del glaciar y evaluar cómo las emisiones de RWE contribuyeron a ese riesgo específico.

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Los juicios no siempre proceden

Las pérdidas y daños, así como la creación de un nuevo fondo para compensar a los países más afectados por el cambio climático fueron temas centrales de la COP27, la conferencia internacional sobre el clima celebrada en Egipto en noviembre pasado. Activistas, como los miembros de HEKS, consideran que las indemnizaciones son un requisito clave de la «justicia climática» y exigen que los causantes del calentamiento global asuman las consecuencias de sus actos. Para ellos, la vía legal es una forma de conseguirlo. 

Anne Saab, profesora asociada de Derecho Internacional en el Graduate Institute de Ginebra, consideró viable que los litigios contra las «grandes empresas emisoras de carbono», como Holcim, desempeñen un papel relevante a la hora de garantizar indemnizaciones y financiar medidas como la protección contra las inundaciones. «Creo que hay una probabilidad real de resolver cuestiones de pérdidas y daños mediante acciones legales, aunque la mayoría de los acuerdos lleguen a una conciliación extrajudicial”, respondió Saab a SWI swissinfo.ch vía correo electrónico, “los litigios podrían convertirse en un complemento de acciones más completas relacionadas con los daños y pérdidas”.

Un hombre planta arbustos en un manglar.
Edi Mulyono, pescador y cultivador, planta mangles en la playa de Rengge para protegerla de mayores daños. Isla de Pari, Indonesia. Keystone / Mast Irham

La académica no descarta que las empresas sean responsabilizadas en el futuro por las emisiones que generaron en el contexto de una actividad comercial legal realizada en el pasado. “La ciencia del clima juega un papel importante en los litigios climáticos. Pero para fincar responsabilidades es importante determinar si un actor tenía un conocimiento razonable de los daños que causarían sus emisiones de gases de efecto invernadero, y desde cuándo”, dijo.

Otros expertos en derecho son más escépticos. «Si las emisiones eran legales, según la legislación local y suiza en el momento en que se produjeron, la responsabilidad es difícilmente probable», afirmó Walter Stoffel, catedrático emérito de Derecho Internacional Económico y Privado de la Universidad de Friburgo. «Sin embargo, las normas internacionales también son importantes para la cuestión de la legalidad, y están evolucionando. Así que puede ser que una empresa no tenga que pagar por daños y perjuicios del pasado, pero sí verse obligada a cambiar su comportamiento, si esto no ha ocurrido ya».

En el caso de los residentes de Pari, los tribunales examinarán si los demandantes pueden demostrar que los daños que sufrieron fueron causados por la empresa a la que le están pidiendo cuentas. Y los demandantes intentarán demostrarlo en tres pasos, explicó su abogada, Laura Duarte, en un acto celebrado de forma paralela a la COP27. Primero, vinculando la actividad de la empresa a los daños atmosféricos calculando su contribución a las emisiones industriales mundiales; segundo, demostrando que los cambios atmosféricos provocan la subida del nivel del mar; y tercero, probando que la subida del nivel del mar genera inundaciones y daños concretos. 

Más que un asunto jurídico

Llevar a las empresas a los tribunales no es la solución milagrosa para zanjar los problemas de daños y pérdidas derivados del cambio climático. Esto se debe a que la vía legal se utiliza para fomentar la protección del clima, pero también sirve para obstaculizarla. Un ejemplo de este tipo de «litigios contraproducentes» es el de RWE, que demandó a los Países BajosEnlace externo por su plan de eliminación progresiva de la producción de carbón, exigiendo una indemnización. 

Saab reconoce que solamente un número muy reducido de personas pueden recibir indemnizaciones por orden judicial, e incluyen a aquellos que cuentan con el apoyo de oenegés internacionales, que dominan sistemas jurídicos extranjeros y pueden financiar procedimientos a largo plazo. La tendencia jurídica tiene una fuerte dimensión política, explicó Saab: «Denunciar y avergonzar a las empresas puede ser más poderoso que ganar un caso en un tribunal. Los litigios sobre el cambio climático son mucho más que un asunto puramente jurídico». 

En el caso suizo apoyado por HEKS contra Holcim, fracasó en octubre la conciliación obligatoria. «Las posiciones de las partes estaban demasiado alejadas», expresó a SWI la abogada Laura Duarte en un mensaje escrito. Los habitantes de la isla indonesia de Pari tienen ahora hasta finales de enero de 2023 para presentar su demanda ante el tribunal cantonal de Zug, que es la siguiente fase del procedimiento civil. 

Ariane Lüthi es exdiplomática y especialista en derechos humanos de Holcim. Desde 2020 trabaja como periodista independiente.  

Editado por  Virginie Mangin 

Adaptado del inglés por Andrea Ornelas

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