EEUU: luz verde para la bomba de insulina de Roche
Tras tres años de quebraderos de cabeza, Roche obtiene la autorización para comercializar en Estados Unidos una bomba de insulina que promete ganancias millonarias.
El grupo farmacéutico suizo tuvo muchas dificultades con el Accu-Check Spirit después de la adquisición en 2003 de la sociedad bernesa Disetronic por 1.600 millones de francos suizos.
Roche anunció este lunes que la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, entidad competente en materia de control y autorización de medicamentos, ha levantado la prohibición para importar las bombas de insulina de la marca Accu-Check.
«Es una muy buena noticia, ya que Roche adquirió Disetronic justamente por esa bomba», declara Karl-Heinz Koch, analista del banco Lombard Odier Darier Hentsch.
En el año 2003 se prohibió la comercialización de estas bombas de insulina por orden de la FDA. Los expertos de la agencia estadounidense habían detectado «serios problemas» en la fabricación de las mismas en el centro de producción de Disetronic en Burgdorf (cantón Berna).
Justo antes de comprar Disetronic, en 2002 las ventas de la bomba en Estados Unidos rondaban los 20 millones de francos suizos. El grupo farmacéutico suizo rehúsa calcular las pérdidas ocasionadas en los últimos tres años por no poder vender la bomba de insulina en el mercado estadounidense.
El portavoz de Roche tampoco quiere explicar por qué se necesitaron tres años para encontrar una solución, pero recuerda que el Accu-Check se vende actualmente en más de 30 países.
Una máquina en lugar de dos
La bomba de insulina es un pequeño dispositivo electro-mecánico de precisión que libera insulina en el organismo a través de un minúsculo tubo de plástico.
Ya no quedan obstáculos para el próximo lanzamiento del producto en Estados Unidos. Para Severin Schwan, jefe de la división Roche Diagnostics, se trata de «una etapa importante para la unidad especializada en la gestión de la diabetes».
La marca Accu-Check quiere facilitar la vida a los diabéticos y a los profesionales de la salud, combinando la oferta con lectores de glicemia, sistemas de suministro de insulina, lo que evita tener que utilizar dos máquinas diferentes.
Karl-Heinz Koch precisa a swissinfo que esta bomba es «un elemento clave en la investigación para el desarrollo de un páncreas artificial».
Despidos
La visita que realizaron expertos estadounidenses a Distronic en 2005 permitió desbloquear la situación. Aún así, la autorización se hizo esperar, por lo que la empresa de Burgdorf se vio obligada a realizar despidos.
A fines de 2005, el responsable de la División Diagnostics, Heino von Prondzynski, presentó inesperadamente su dimisión. Dos años antes, tras la adquisición de Disetronic, había declarado que Roche contaba con un fuerte crecimiento, sobre todo en Estados Unidos.
swissinfo y agencias
La diabetes es una enfermedad crónica que impide que el páncreas deje de producir o no produzca suficiente insulina. La incidencia de la enfermedad aumenta con los problemas de obesidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos 300 millones de personas padecerán diabetes en el año 2025.
Esta dolencia puede acarrear complicaciones: hipertensión, un funcionamiento anormal del metabolismo, ceguera, infarto, ictus, daños en los vasos sanguíneos que pueden bloquear el flujo de sangre en las arterias y hacer necesaria una amputación.
Roche espera que la venta de tratamientos contra la diabetes le aporte ingresos por 3.000 millones de francos. Es más de un tercio del total previsto para la División Diagnostics (8.700 millones de francos).
Cerca del 20% de los diabéticos en Estados Unidos utilizan bombas de insulina.
Se estima que el mercado de medicamentos contra la diabetes en Estados Unidos representa 630 millones de francos al año.
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