El apetito de los ricos por la deforestación
El café que usted toma por la mañana, el chocolate de la merienda y el filete de ternera para cenar contribuyen a la desforestación de las regiones tropicales. La creciente demanda de productos agrícolas y forestales en los países ricos, Suiza entre ellos, está destruyendo vastas áreas boscosas que son cruciales para combatir el calentamiento global.
«Es fácil señalar con el dedo a los agricultores, a los trabajadores forestales y a los países donde se produce la deforestación, con la esperanza de que dejen de hacerlo. Pero lo único que hacen es responder a las exigencias del mercado global. Compramos la soja que ellos producen para condimentar alimentos nuestros como las hamburguesas o el salmón, y aceite de palma como ingrediente para hacer pintalabios», explica Daniel Moran, investigador de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, en la página web Carbon Brief.
Mientras que las zonas forestales van generalmente en aumento en los países industrializados, incluido Suiza, en los países del Sur la deforestación avanza sin cesar. Parece paradójico pero a pesar de que decenas de gobiernos, empresas y organizaciones se comprometieron a reducir la destrucción de los bosques tropicales, esta se ha intensificado desde 2014Enlace externo. Más de la mitad de la pérdida de bosques se debe a la agricultura comercial y la mayor parte de la reconversión agrícola de cultivos se produce violando las leyes y normativas nacionales.
Millones de hectáreas destruidas cada año
Solo en 2020 se destruyeron 12,2 millones de hectáreas de bosque en zonas tropicales, según los últimos datos publicados por la Universidad de Maryland, en colaboración con Global Forest Watch. De ellas, 4,2 millones de hectáreas -el equivalente a la superficie de Suiza- corresponden a bosques primarios, ecosistemas especialmente importantes para la absorción de CO2 y para la biodiversidad. Esto supone un aumento del 12% respecto a 2019.
El país con mayor pérdida de superficie de bosque primario es Brasil, seguido de la República Democrática del Congo y Bolivia. Las principales causas de la deforestación son la ganadería, los campos de soja y el comercio de madera.
Desde la década de los noventa, las grandes empresas y los grandes propietarios de tierras han desempeñado un papel decisivo en la destrucción de los bosques a nivel mundial, afirma David Kaimowitz, director de Forest and Farm Facility, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que brinda asistencia a las organizaciones de productores agrícolas y forestales. Una parte cada vez mayor de la deforestación depende de un pequeño número de productos básicos, entre ellos el aceite de palma, la soja y la carne de vacuno, afirma el experto a la revista digital MongabayEnlace externo.
Esta afirmación viene confirmada por un reciente estudioEnlace externo publicado en Nature, según el cual los gustos y hábitos culinarios de los consumidores de los países industrializados están en el origen de la deforestación. El estudio se basa en datos de 2001 a 2015 y cuantifica por primera vez la deforestación «importada», es decir, la destrucción de bosques asociada al café, el cacao, la carne, la madera y otros productos comercializados internacionalmente.
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Cuatro árboles por persona
Si usted vive en uno de los países del G7, es decir, con la economía más desarrollada del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), es responsable de la desaparición de una media de 3,9 árboles al año en el resto del mundo, señala el estudio de Nature.
El consumo de cacao en Alemania, por ejemplo, «supone un alto riesgo para los bosques de Costa de Marfil y Ghana», dice Nguyen Tien Hoang, autor principal del estudio. La deforestación del litoral de Tanzania está directamente relacionada con la demanda de productos agrícolas como las semillas de sésamo y el algodón en Japón, el consumo de frutas y frutos secos en Estados Unidos afecta a los bosques de Guatemala, y el consumo de café en Italia provoca la destrucción de zonas boscosas en Vietnam.
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«Los países ricos fomentan la deforestación», asegura Nguyen Tien Hoang, del Instituto de Kioto (Japón) para la Investigación de la Humanidad y la Naturaleza.
En otro análisisEnlace externo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) llega a conclusiones similares: en 2017 las importaciones de la Unión Europea (UE) representaron el 16% de la deforestación mundial relacionada con el comercio, causando indirectamente la desaparición de 203 000 hectáreas de bosque tropical. La UE tan solo es precedida por China (24%), mientras que Estados Unidos (7%) y Japón (5%) tienen un impacto menor.
Entre los países europeos con mayor huella medioambiental se encuentran Alemania, Italia y España. Sin embargo, los Países Bajos encabezan la lista si se trata de deforestación per cápita.
El análisis de WWF señala que, aunque la deforestación está producida por diversas actividades, desde la minería hasta la construcción de carreteras y la silvicultura, la principal causa es la agricultura comercial. El terreno se despeja para dejar espacio a los cultivos y para la ganadería. El 80% de la pérdida de bosques tropicales se debe a la producción de tan solo seis materias primas.
Los «impresionantes» efectos de las importaciones suizas
Suiza también tiene su parte de responsabilidad. Aunque tan solo representa el 0,1% de la población del planeta, el país es responsable del 3% y 2% de la producción mundial de cacao y café, respectivamente, señala WWF.
Según el estudio, casi una cuarta parte de la huella ecológica de Suiza se sitúa en países con un riesgo alto o muy alto de deforestación, mala gestión gubernamental o con grandes lagunas en derechos laborales. El impacto de Suiza en el exterior es particularmente grande en el caso del café (72% de la huella ecológica en países de alto riesgo), de la soja (75%), del aceite de palma (69%) y del cacao (54%).
«Los efectos de las importaciones suizas de materias primas en la deforestación del mundo entero son asombrosos», afirma Romain Deveze, experto en materias primas de la organización medioambiental.
Sin embargo, para Silvie Lang, de la ONG Public Eye, la responsabilidad de Suiza va más allá de las importaciones. «Suiza es el principal centro mundial del comercio agrícola y alberga a muchos gigantes del sector: uno de cada tres granos de café o cacao es comercializado por comerciantes suizos», explica a SWI swissinfo.ch.
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Más transparencia y trazabilidad
Para reducir la deforestación vinculada al comercio internacional deben revisarse las cadenas de suministro de las materias primas, señala WWF, que aboga por una mejor trazabilidad de los productos.
En 2020 se lanzó en Brasil un proyecto piloto para rastrear el origen de los productos. En él participan algunas de las principales multinacionales activas en el comercio de la soja. Sin embargo, conseguir un rastreo total es difícil.
Silvie Lang, de Public Eye, también reclama más transparencia y seguimiento. «Los consumidores, los políticos y a veces las propias empresas no saben de dónde proceden los productos», señala. La especialista en productos agrícolas afirma que es necesario que haya leyes más estrictas en los países industrializados y una aplicación más severa de la legislación para proteger a los trabajadores y el medioambiente en los países productores. «Las opciones de consumo individuales son obviamente importantes, pero es crucial actuar a nivel político», afirma.
Mientras la UE debate la prohibición de las materias primas que tienen su origen en la deforestación -en verano se presentará un proyecto de ley en este sentido-, Suiza cuenta con una normativa «débil» que se basa principalmente en la voluntariedad y el diálogo, explica Silvie Lang. «Ninguna ley suiza nos prohíbe tomar café de una región deforestada ilegalmente».
Ninguna consecuencia en caso de violaciones
En noviembre de 2020, la iniciativa popular sobre la responsabilidad de las empresas, que pedía a las compañías suizas que respetaran los derechos humanos y las normas medioambientales internacionales también en sus actividades en el extranjero, no tuvo éxito en las urnas. Fue aceptada por la mayoría de los votantes, pero rechazada por la mayoría de los cantones.
La derrota de la iniciativa allanó el camino para la entrada en vigor de la contrapropuesta indirecta elaborada por el Parlamento. Este texto, que se puso a consulta hasta su aprobación el 14 de julio, es más moderado que la iniciativa. No introduce nuevas normas, pero sí contiene nuevas obligaciones, entre ellas el deber de diligencia con respecto al trabajo infantil y a los minerales extraídos en zonas de conflicto.
El laboratorio EcoVision de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETHZ) y la empresa suiza Barry Callebaut, el mayor fabricante de chocolate del mundo, han desarrollado un mapa de alta resoluciónEnlace externo que debería ayudar a las empresas a reducir la deforestación en sus cadenas de suministro.
El mapa representa la distribución de seis categorías de cobertura vegetal, desde las zonas de bosque primario que deben protegerse, hasta las tierras degradadas que pueden convertirse para la producción de cacao.
El mapa cubre actualmente tres países (Indonesia, Malasia y Filipinas) y el objetivo es ampliarlo a toda la región tropical del planeta para finales de año.
Traducción del italiano: Carla Wolff
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