El «costo humano» de la cooperación con EEUU
La entrega de información bancaria a la Justicia estadounidense ha suscitado alarma y resentimiento entre numerosos banqueros helvéticos, quienes se sienten traicionados por un sistema en el que confiaban. Testimonio.
Max* trabajó para uno de los principales bancos suizos y hoy confía a swissinfo.ch cómo los temores de ser arrestado, extraditado y presentado ante la justicia estadounidense lo hacen presa de un continuo estrés.
Ex empleado del Departamento de Gestión de Fortuna de la oficina para América del Norte de un banco suizo, Max está consciente de que su nombre ha sido transmitido a las autoridades estadounidenses a pesar de que jamás le fue solicitado su consentimiento. Una decisión que luce poco justa ante sus ojos ya que se ocupaba de servicios en los que tenía “muy poco contacto directo con los clientes”.
Esta “traición”, como Max la ha llamado, pone en entredicho su futuro profesional y reconoce que el rol que ha jugado el gobierno suizo en este entramado le ha dejado un sabor amargo.
El Gobierno suizo anunció el miércoles (28.08) su aprobación de principio a un acuerdo para resolver la controversia con Estados Unidos sobre la presunta participación de los bancos helvéticos en la evasión fiscal de miles de contribuyentes de EE UU.
En un breve comunicado, el Consejo Federal precisó que ha girado instrucciones al Ministerio de Finanzas para efectuar el trabajo necesario sobre la base de una solución propuesta por Washington, sin especificar los términos de la misma.
“La firma de la declaración conjunta debe permitir a los bancos suizos arreglar, en el marco jurídico vigente, el diferendo que los opone a Estados Unidos y que en el pasado afectó las relaciones entre los dos países”, añadió el comunicado.
La Asociación Suiza de Banqueros acogió con beneplácito el anuncio y señaló que el acuerdo “permitirá a todos los bancos en Suiza un arreglo rápido y definitivo” del problema con Estados Unidos, además de que “crea la seguridad jurídica necesaria”.
Fuente Reuters
swissinfo.ch: ¿Cómo supo que su nombre había sido entregado a las autoridades estadounidenses?
Max: La primera vez que escuché al respecto fue cuando mi jefe me llamó para darme la noticia en privado. El banco se rehusó a ofrecerme una confirmación por escrito o a darme detalles sobre la información sobre mí, que habría sido entregada.
Mi primera reacción fue pensar que esto no era posible, porque yo siempre había realizado mi trabajo de forma correcta y acorde a las reglas existentes. No comprendía porqué hacían eso, ya que yo no estaba en contacto directo con los clientes y yo no les proponía ningún servicio bancario.
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swissinfo.ch: ¿Cuál fue su reacción al conocer la noticia?
Max: Me sentí profundamente disgustado porque ni siquiera tenía la garantía de que mi banco pagaría los honorarios de un abogado para ayudarme en caso de que enfrentara problemas con la justicia estadounidense. Me sentí traicionado porque yo trabajé concienzudamente y de buena fe para mi empleador.
Sentía como si alguien hubiese entrado a mi casa para robarme. Mis datos personales habían sido violados.
swissinfo.ch: ¿Qué impacto ha tenido todo esto en su vida privada?
Max: Mi banco me recomendó viajar a EEUU, lo que despertó en mí un gran temor. Tenía miedo incluso de salir de Suiza, ante el riesgo de ser detenido o extraditado hacia Estados Unidos. Hemos escuchado tantas historias de personas arrestadas o acosadas por las autoridades estadounidenses.
Así que, considerando que buena parte de mi familia vive en el extranjero, de pronto me hallé en una situación muy compleja. Estaba tan estresado que debí visitar al médico en varias ocasiones.
Algunas semanas después de saber que mi nombre había sido entregado a EEUU viajé a Inglaterra para asistir a una boda. Estaba muy nervioso, pero como no pasó nada, perdí el temor de viajar en Europa. Pero hasta la fecha he optado por no viajar a EEUU.
A finales de mayo de 2013, la Asociación Suiza de Empleados Bancarios (Aseb), Asociación de bancos suizos (AGV Banken) y la Asociación Suiza de Banqueros (SwissBanking) firmaron un acuerdo para garantizar la protección de los trabajadores de la banca sobre posible consecuencias vinculadas a la transmisión de datos a la justicia de EEUU.
El acuerdo fue considerado por el gobierno suizo como un estándar a seguir en caso de transmisión de información a Washington y exige a las instituciones financieras que tengan la intención de colaborar con la justicia estadounidense “garantizar una máxima protección para sus empleados”.
Concretamente, deben informar primero a sus empleados que sus datos personales serán transferidos, otorgarles asistencia con respecto a las consecuencias posibles y garantizar su protección contra discriminación y despidos.
swissinfo.ch: ¿Todo le ha afectado a nivel profesional?
Max: He decidido abandonar el sector bancario para buscar una plaza en el sector inmobiliario. Sin embargo, tras un año de búsqueda, aún no encuentro nada. Y estoy consciente de que, aunque consiga un trabajo, tendré que reinventarme y acumular cierta experiencia antes de conseguir el nivel que tenía. La banca me ha hecho tirar algunos años de vida profesional por la borda.
swissinfo.ch: ¿Cuándo usted trabajaba en el sector bancario, alguna vez se preguntó si alguna de las actividades que realizaba eran cuestionables desde un punto de vista moral?
Max: Siempre pensé que trabajar en un banco era un trabajo importante, rentable y bien visto por la sociedad. En lo que a mí concierne, mi trabajo siempre fue legal y estuvo en regla con las autoridades de cada país.
swissinfoc.h: ¿Cómo juzga usted el proceder del gobierno suizo en este expediente?
Max: Me sentí muy molesto y consternado ante la existencia de un proceso político confuso y ante el desempeño de (la ministra de Finanzas) Eveline Widmer-Schlumpf durante el debate de la Lex USA (que permitiría a los bancos entregar información confidencial sobre los empleados a Washington).
La ministra daba la impresión de ceder ante todas las exigencias de los bancos sin preocuparse de la opinión o los intereses de los demás. Los políticos parecían decir una cosa hoy y lo contrario apenas una semana después. Todo era un gran caos.
Fui vendido ante un gobierno extranjero para conseguir un acuerdo que busca reducir las sanciones potenciales contra los bancos.
*Apellido conocido por la redacción
En 2011, la Justicia de EE UU anunció que tenía bajo investigación a por lo menos 10 bancos suizos sospechosos de ayudar a millares de clientes a escabullirse de sus obligaciones con el fisco norteamericano.
El Departamento de Justicia exigió información relativa a todas las transacciones de los bancos, incluyendo los nombres de los empleados que otorgaban servicios y asesoría a la clientela de EE UU.
En 2012, el gobierno suizo autorizó a los bancos a colaborar con el sistema de justicia de EE UU vía la entrega de datos, lo que incluía –como se dijo- la transmisión de nombres de los empleados involucrados. Pero en más de una ocasión estos datos se dieron sin que los empleados concernidos lo supieran.
En 2013, el Departamento de Justicia solicitó información adicional. El gobierno suizo propuso al Parlamento helvético regular la entrega de información vía una legislación diseñada expresamente para ello (Lex USA). Los principales lineamientos de la misma habían sido planeados y transmitidos por Washington a Berna.
En junio, el Parlamentó suizo rechazó la Lex USA por considerarla contraria al principio de soberanía vigente en Suiza.
El 3 de julio, para resolver el vacío, la ministra de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, presentó un “Plan B” que permitiría a los bancos transmitir datos a EEUU –sobre empleados de la banca suiza vinculados a actos de evasión- sin que esto sea considerado como violatorio del artículo 271 del Código Penal (que rige la cooperación con otros países).
Traducción, Andrea Ornelas
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