El voto electrónico no alivia la frustración de la diáspora

Papeletas electorales para las elecciones federales del 22 de octubre de 2023. © Keystone / Michael Buholzer

En las elecciones federales de este pasado domingo 22 de octubre, la población residente en el extranjero e inscrita en tres cantones ha podido votar por internet. En el resto de los cantones, el voto por correo sigue siendo una fuente de frustración para el electorado del exterior.

“Vivimos en Phuket, Tailandia, y estamos encantados de que en el cantón de Turgovia el sistema del voto electrónico funcione tan bien”, dice Herbert Keller.

La población que reside en el extranjero y está inscrita en los censos electorales de los cantones de Basilea-Ciudad, San Galo y Turgovia, ha podido votar por internet en las últimas elecciones federales del 22 de octubre.

Después de que a principios de año la Cancillería Federal autorizara reanudar las pruebas del voto electrónico —que se interrumpieron en 2019 por motivos de seguridad—, es la segunda vez que estos cantones han ofrecido esta posibilidad para votar.   

Consulta para el voto electrónico

Las muchas personas suizas que residen en el extranjero y que están registradas en los tres cantones mencionados muestran su entusiasmo con el voto electrónico, al igual que lo muestra Herbert Keller: “Esperamos que siga siendo así y que podamos seguir votando a través del voto electrónico y así implicarnos políticamente en nuestro país de origen”.

Una opinión que secunda “Rosendorfer”, del cantón de San Galo. “El procedimiento de voto es muy sencillo (…) ¡Me gustaría que se extendiera a toda Suiza!”, indica.

Al ofrecer la oportunidad de implicarse políticamente con el país de origen, el voto electrónico contribuye a que quienes viven en el exterior puedan mantener el vínculo con Suiza. De hecho, en aquellos tres cantones en los que el voto se puede ejercer de manera electrónica, una media del 60 % del electorado ha optado por esta opción.  

1.431 personas residentes en el extranjero han votado por internet en Basilea-Ciudad; 1.498, lo han hecho en el cantón de San Galo y 541, en Turgovia. Un total de 3.470 personas han participado en las elecciones federales por vía electrónica.  

Aunque la mayor parte de la diáspora confía en el sistema, todavía hay quien desconfía de él. Nuestra lectora Kati Lyon-Villiger dice que votará electrónicamente “cuando se establezca un sistema seguro, siempre que sea fiable, verificado y comprobable”.

Baja tasa de participación

A pesar del voto electrónico, la participación en las elecciones federales ha sido inferior a la de las votaciones del 18 de junio de 2023, cuando se utilizó por primera vez el voto electrónico. Y eso que el número de personas inscritas en el censo electoral de los tres cantones afectados ha sido ligeramente superior: un 0,13 % más en Basilea-Ciudad; un 0,84 % en San Galo y un 1,35 % en Turgovia.   

Para la directora de la Organización de Suizos en el Extranjero (OSE), Ariane Rustichelli, “la participación de la Quinta Suiza en las elecciones federales siempre es más baja que en los referendos”, pues la diáspora no conoce necesariamente a las personas que forman las candidaturas. Además, según ella, “gran parte de la campaña se hace en Suiza y no llega a la población suiza residente en el extranjero”.  

Sin garantías

Pese a que para la mayoría de la diáspora el voto electrónico es algo así como el Santo Grial de la participación política, no ofrece una garantía al 100 %.

Así lo atestiguan Erika y Walter Brand. Esta familia, que vive en Sudáfrica, ejerce sus derechos políticos en el cantón de Basilea-Ciudad. Sin embargo, “en los últimos tres años, nuestra familia no ha podido participar en ninguna elección ni votación, porque los documentos siempre nos llegan después de la votación”.  

Si bien es verdad que el cantón de Basilea-Ciudad ofrece la posibilidad de votar electrónicamente, los retrasos postales impiden a la familia Brand ejercer su derecho al voto, ya que los cantones siguen enviando el material electoral por correo. Walter Brand pide que se envíe “por valija diplomática o, mejor aún, ¡digitalmente!”.

Una frustración palpable

En la OSE, Ariane Rustichelli lamenta un “problema conocido y esperado”. Como en elecciones anteriores, muchas personas suizas residentes en el extranjero se han quejado por no poder votar en Suiza. “Me encantaría ejercer mi derecho al voto, pero el material electoral suele llegar uno o dos meses después de la fecha límite”, escribió una de esas personas desde Paraguay.

Hemos recibido mensajes similares desde Filipinas y Sudáfrica, así como desde Argentina —que el pasado domingo también elegía a su Parlamento—. Alexia Berni, miembro del Consejo de la OSE, seguía esperando sus documentos una vez que ya habían cerrado los colegios electorales.

Muchas de las 221.448 personas inscritas en el censo electoral suizo como residentes en el extranjero reciben la documentación a tiempo, pero a menudo ya no es posible que la envíen por correo para que llegue puntualmente o resulta demasiado caro.

“En Tailandia, recibimos los documentos diez días antes de las elecciones”, escribe un lector, quien rápidamente rellenó la papeleta y la llevó a la oficina de correos, donde le dijeron que tardaría como mínimo cuatro semanas en llegar a Suiza. El envío urgente —que cuesta 25 francos— garantiza la entrega en un plazo de 10 a 14 días. “Pero no voy a pagar esa cantidad si ni siquiera estoy seguro de que mi sobre vaya a llegar a Suiza a tiempo”.

A la espera de confirmación

Algunas personas que residen en el extranjero desean que el cantón les asegure que su sobre ha llegado. Algo que la responsable del censo electoral de la Quinta Suiza en el cantón de Argovia, por ejemplo, hace siempre que se solicite previamente. “Cuando me lo piden explícitamente, confirmo por correo electrónico que se ha recibido”, explica Maria Bühlmann. Desgraciadamente, a menudo ocurre que los envíos no llegan hasta el lunes o el martes siguiente a las elecciones.

De los 2.186 votos recibidos desde el extranjero en Argovia, 103 fueron enviados a Suiza por servicios privados de mensajería. “Pero esto cuesta dinero”, constata Maria Bühlmann. Un precio que —a juzgar por las reacciones de quienes nos leen— muchas personas que residen en el extranjero no pueden o no quieren pagar.

>> Más de 221.000 personas suizas residentes en el extranjero —en teoría— podían votar en las elecciones del domingo. ¿Cómo vota la diáspora? Un análisis de nuestro periodista Balz Rigendinger:

Texto adaptado del francés por Lupe Calvo