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Evasión y privilegios fiscales van camino del ocaso

Lionel Messi y su padre tendrán que declarar ante el juez, el próximo 17 de septiembre, por presunto fraude fiscal. Reuters

En la mayoría de los países del mundo, España y Suiza incluidas, aumenta la presión para endurecer o abolir los regímenes fiscales ‘hechos a la medida’ de contribuyentes acaudalados. Es una vertiente más de la cruzada internacional contra el incumplimiento fiscal.

Las estrellas deportivas están acostumbradas a acaparar titulares en portada y las secciones de Deportes, pero no en las de Economía. Rafael Nadal, Arantxa Sánchez, Diego Armando Maradona, Boris Becker y Valentino Rossi son algunas de las figuras cuya probidad fiscal ha sido puesta en tela de juicio en los últimos años. Hace unas semanas se sumó a la lista el nombre de otro icono: Lionel Messi.

España acusa al jugador del Barça de defraudar al fisco 4,1 millones de euros (5 millones de francos suizos) en sus declaraciones del IRPF (impuesto sobre la renta de personas físicas), al haber simulado presuntamente la cesión de derechos a terceros –que, en realidad, eran sociedades instrumentales en paraísos fiscales como Belice o Uruguay– sobre la explotación de su imagen durante el periodo 2007-2009.

El caso dio la vuelta al mundo y conduce a un debate más profundo sobre los esquemas de tributación de los que echan mano los contribuyentes con altos ingresos para pagar menos impuestos.

Es un régimen fiscal diseñado en 2005 –antes de la crisis- para atraer a España contribuyentes extranjeros de alto poder adquisitivo. Las dos reglas indispensables para gozar de este esquema eran: no haber residido en territorio español durante los 10 años previos y desarrollar la principal actividad profesional en el presente en España.

El fisco ibérico ofrecía a cambio el derecho a pagar una tasa fija del IRPF del 24,7%, en lugar del 43% como los españoles cuyos ingresos superan los 120.000 euros anuales, o el 45% que existe en la actualidad para los que ganan más de 175.000.

El futbolista británico David Beckham fue uno de los primeros beneficiarios de este decreto, por lo que popularmente la ley tomó su nombre.

En 2010, el Gobierno revisó la Ley Beckham y limitó su alcance. Desde el 1 de enero de 2013, los extranjeros con ingresos superiores a los 600.000 euros anuales deben tributar con la tasa general del 43%. Pero al no tener carácter retroactivo, deportistas como Cristiano Ronaldo mantuvieron este beneficio.

Messi citado a declarar

El próximo 17 de septiembre, Lionel Messi y su padre, Jorge Horacio, deberán comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Gavá para declarar por el delito de fraude fiscal que les imputa la Fiscalía de Delitos Económicos de Barcelona (ver recuadro).

La Agencia Estatal de Administración Tributaria, en Madrid, confirma a swissinfo.ch que “existe una querella en el ámbito penal presentada por la Fiscalía y admitida a trámite por un juez”.

Sin embargo, declina corroborar si el adeudo registrado por la Hacienda Pública coincide con los 4,1 millones de euros que refiere la Fiscalía, debido a que “la Ley General Tributaria impide (a la autoridad) ofrecer información sobre la situación de contribuyentes concretos”.

La Agencia Tributaria aclara, no obstante, la envergadura de las penas que aguardan a Messi: “Hasta cinco años de prisión y hasta seis veces el monto defraudado. Y pueden presentarse ambas cosas, la posibilidad de ir a prisión y la multa económica”, que podría superar los 24 millones de euros (29 millones de francos suizos).

Advierte también que el futbolista tiene a su favor una reforma legislativa realizada en 2012 que concede algunas facilidades a los defraudadores. “Si (Messi) abona su deuda pendiente en los dos meses posteriores a su citación como imputado, el juez podrá estudiar una rebaja de su pena”.

El objetivo de este régimen de tributación es simplificar el pago de impuestos a los extranjeros que no generan sus ganancias en Suiza, unas 5.455 personas en la actualidad. Los cantones más activos en la materia son Ginebra, Vaud, Valais, Berna y el Tesino.

Para disfrutar del impuesto sobre el gasto, o forfait fiscal como se conoce en Suiza, el contribuyente debe reunir una serie de condiciones: ser extranjero, no haber residido en Suiza durante los 10 años previos, y no ejercer una actividad lucrativa en este país.

La carga fiscal se calcula sobre sus gastos anuales y no puede ser inferior a cinco veces el valor del alquiler anual que paga por su vivienda –o el valor equivalente si fuera de propiedad. Hay cantones, como el de Zúrich, que decidieron abolir este régimen, lo que implicó la partida de la mitad de los contribuyentes que gozaban del esquema (97 de 201).

Ley Beckham

Las celebridades deportivas y otros contribuyentes acaudalados despiertan controversias en materia de la legalidad fiscal, ya que frecuentemente son beneficiarios de trajes impositivos hechos a la medida que les conceden tasas fijas o privilegios particulares.

En el Viejo Continente, estos esquemas tributarios existen en Suiza, Portugal, Italia, Bélgica, Gran Bretaña, Malta, Chipre y España, entre otros países.

Hace ocho años, España emitió el Real Decreto 687/2005, conocido popularmente como Ley Beckham, que permitía a los extranjeros con altos ingresos y residencia en España pagar un impuesto fijo del 24%. Uno de los primeros beneficiarios fue el futbolista británico que entonces jugaba en el Real Madrid.

España buscaba atraer directivos y profesionales altamente cualificados ofreciéndoles a cambio un régimen tributario preferencial. Una estrategia que fue abiertamente criticada en el país cuando el impuesto máximo que gravaba la renta de los españoles era del 43%. Pero la crisis obligó al gobierno de Madrid a desandar algunos pasos.

“Es un régimen especial para trabajadores desplazados en territorio español que tiene sus ventajas fiscales. Pero fue modificado en 2010, cuando se limitó su alcance a contribuyentes con retribuciones de hasta 600.000 euros anuales”, apunta la Agencia Tributaria.

La decisión amainó la cólera de los españoles, pero no la extinguió.

El futbolista argentino Lionel Messi y su padre y manager, Jorge Horacio Messi, fueron imputados el pasado 12 de junio por la Fiscalía de Barcelona por presuntos actos de defraudación contra la Hacienda Pública española por el equivalente a 4,1 millones de euros.

El delantero del Barça presuntamente no declaró los ingresos obtenidos entre 2007 y 2009 por los derechos de imagen publicidades realizadas para empresas como Telefónica, Danone, Adidas, Pepsi o el Banco de Sabadell.

Según la querella de la Fiscalía de Barcelona, Jorge Horacio Messi simuló la cesión de los derechos de imagen a una serie de sociedades instrumentales ubicadas en países como Belice o Uruguay, considerados como paraísos fiscales.

Messi debe tributar en Barcelona porque tiene la nacionalidad española y reside en España. La legislación ibérica contempla una reducción de las penas si el contribuyente se acerca a las autoridades a resolver su situación en los dos meses posteriores a la fecha en la que recibió una citación para presentarse ante la justicia.

El pasado 24 de junio, se conoció que el jugador del FC Barcelona habría pagado al fisco español el equivalente a 10 millones de euros por concepto de declaraciones complementarias del IRPF correspondientes a los ejercicios 2010 y 2011.

La Agencia Tributaria española declinó confirmar esta información. Pero en todo caso, dicho pago no resolvería las imputaciones existentes porque corresponden a años previos. La Fiscalía de Barcelona aguarda la comparecencia de Messi y su padre el próximo 17 de septiembre.

Los ‘forfaits’ suizos

Suiza también es bien conocida en el mundo por sus forfaits fiscales, que permiten a los extranjeros acaudalados pagar impuestos en función de sus gastos, y no de sus ingresos. Pero este régimen vive una profunda metamorfosis.

Los forfaits han sido un medio de promoción económica importante para Suiza desde el siglo XIX, explica el abogado fiscalista Philippe Kenel. Han atraído grandes fortunas y generado el pago de otro tipo de impuestos federales y comunales, y obligan a los descendientes a abonar el impuesto de sucesiones, declaraba recientemente en el Instituto Nacional Ginebrino.

En ese foro, el socio del bufete Python & Peter y autor de libros que asesoran a extranjeros para depositar sus fortunas a Suiza, afirmó además que, a través de sus gastos cotidianos, este tipo de contribuyentes generan una derrama económica de al menos 1.400 millones de francos suizos anuales al país.

Son argumentos que carecen de un respaldo unánime en Suiza. De hecho, “varios cantones ya han suprimido los forfaits porque los consideran injustos”, refiere en su web el Ministerio de Finanzas y detalla que, en respuesta a lo anterior, el Gobierno decidió volver más estrictas sus bases de cálculo. Las medidas reforzadas entrarán en vigor en el 2016. “Además, una iniciativa popular ha sido presentada para suspenderlos a escala nacional”, cita el ministerio.

A partir de las reformas, la carga fiscal mínima para un contribuyente que se acoja a este régimen será de 400.000 francos suizos anuales. Pero cada cantón mantendrá la libertad de tomar sus propias decisiones. Así, mientras Lucerna ha elegido elevar la contribución mínima a 600.000 francos, Zúrich, Basilea-Campo y Basilea-Ciudad, entre otros cantones, han optado por desaparecer los forfaits.

Impuesto de patrimonio, la clave

Para Robert Danon, profesor de Derecho Fiscal Suizo e Internacional en la Universidad de Lausana, la existencia de forfaits fiscales en Suiza tiene una estrecha relación con el impuesto sobre la fortuna.

“Suiza es uno de los pocos países que aún aplica un impuesto sobre la fortuna. Para un extranjero proveniente de un país donde no existe este gravamen es difícil aceptar, en términos conceptuales, que la riqueza que acumuló en otros estados será gravada con este impuesto cantonal por el solo hecho de mudarse a  Suiza. Para este tipo de contribuyentes, los forfaits fiscales han cumplido una función correctiva”, explica.

No obstante, para los suizos que amasaron su patrimonio en su país, este impuesto cantonal puede producir consecuencias adversas, advierte Danon. Hay ocasiones, dice, en las que el patrimonio de un contribuyente es importante, pero no así los ingresos que percibe en el presente, con lo que este gravamen debe ser pagado en detrimento del patrimonio mismo.

“Desde esta perspectiva, el impuesto sobre la fortuna resulta controvertido a la luz de la garantía constitucional de la propiedad. (…) Lo que tendría que considerar Suiza es la abolición del impuesto sobre la fortuna, compensándolo con una carga fiscal moderada sobre las ganancias de capital. Si esto sucediera, valdría la pena cuestionarse si tiene sentido conservar los forfaits”.

Hacia la transparencia

Robert Danon destaca que, en todo caso y en términos generales, el mundo camina hacia la transparencia tributaria. “En Suiza, en particular, se observa una clara tendencia hacia el endurecimiento y la abolición de las distinciones fiscales. No podría afirmar que desaparecerán los forfaits, pero sí que jamás habían enfrentado tanta presión”, apunta.

En Europa, “lo que observamos es un intenso combate contra la evasión y una cruzada a favor del intercambio automático de información entre gobiernos”.

Y en el mundo, “se avanza en general hacia la transparencia fiscal. Todos los trabajos de la Comisión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) caminan en este sentido. Aunque existen individuos cuyos ingresos son móviles, como los deportistas, también observamos que en la doble imposición (CDI) se están tomando cada vez más previsiones para evitar el incumplimiento y para gravar directamente los ingresos, con lo que la evasión y los privilegios fiscales serán cada vez menores”, puntualiza.

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