Los relojes suizos de lujo siguen seduciendo
El año pasado, los relojeros suizos exportaron piezas por más de 21 000 millones de francos, el tercer mejor resultado anual de su historia. Una coyuntura favorable que generó beneficios para los casi 60 000 empleados de esta industria.
La relojería es la tercera industria de exportación más importante de Suiza, detrás de la farmacéutica y la maquinaria. La relojería exporta casi el 95% de su producción, principalmente a los mercados asiáticos.
La buena noticia es que a pesar del complejo fin de año que vivió el sector debido a una caída neta en las ventas a Hong Kong –el principal destino de los relojes de fabricación suiza–, la relojería consiguió cerrar el 2019 con un resultado muy positivo.
El valor de las exportaciones aumentó por tercer año consecutivo: sumó 21 700 millones de francos suizos, acercándose al máximo histórico de 2014, un ejercicio que es la referente obligado para el sector desde que inició su reorientación hacia el mercado de lujo en los primeros años del milenio.
Según el informeEnlace externo presentado el martes por la Federación de la Industria Suiza de Relojería (FH), el desglose de ventas de los principales mercados de los relojes suizos en 2019 es: Hong Kong (2 700 millones de francos, -11,4% menos que en 2018); Estados Unidos (2 400 millones, +8,6%); China (2 000 millones de francos, +16%); Japón (1 600 millones, +20%) y Reino Unido (1 300 millones de francos, +10,8%).
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Seis cosas que debe saber de la relojería suiza
La noticia que inquieta, no obstante, es que los relojeros suizos exportaron poco más de 20 millones de relojes a otros países en 2019, tres millones menos que en 2018. «Un nivel históricamente bajo, incluso inferior al registrado durante la crisis de 2009 y comparable con el volumen exportado en los años malos de la década de 1980”, señala la Federación de la industria relojera suiza (FH) con preocupación.
El crecimiento de las exportaciones se concentra casi exclusivamente en la venta de relojes de más de 3 000 francos suizos por pieza. Todos los segmentos de precios por debajo de este precio experimentaron caídas en 2019. Las razones potenciales son: la competencia de los relojes conectados, encabezada por el Apple Watch, pero también la puesta en marcha de regulaciones cada vez más estrictas para obtener la etiqueta Swiss Made.
Ante los hechos referidos, hay dos corrientes opuestas en la industria. La primera afirma que la salvación de la relojería vendrá de la venta de los relojes de alta gama, que cuestan varios miles o incluso varias decenas de miles de francos y que atraen a una clientela internacional rica, sobre todo en los países emergentes. La segunda considera que esta caída constante en los volúmenes de venta terminará por poner en riesgo a la industria relojera suiza en su conjunto.
1 300 empleos adicionales
La robusta salud de las exportaciones relojeras también ha repercutido positivamente en el empleo en Suiza. La industria relojera creó 1 300 nuevos puestos de trabajo el año pasado, lo que representa un 2% más con respecto al 2018.
El Convenio Patronal de la Industria Relojería (CPIH) aglutinaEnlace externo a más de 59 000 personas activas en la fabricación de relojes Swiss Made. Un nivel prácticamente idéntico al de 2014, que también fue un año de referencia positiva en materia de empleo.
“Después de un aumento significativo del personal activo en la producción en 2018, casi todos los nuevos puestos creados en 2019 están en el área administrativa. Una situación clásica cuando los tiempos son buenos”, afirma Ludovic Voillat, portavoz del CPIH.
Estancamiento a la vista
Por otra parte, aún no hay temores significativos de una “terciarización interna” del sector relojero, es decir, cada vez más empleos destinados a las ventas, el marketing y la comunicación a expensas de la producción. «En los últimos 10 años, la proporción del 70% de los empleos dedicados a la producción y el 30% a la administración se ha mantenido relativamente estable», expresa Ludovic Voillat.
A pesar de la creciente automatización en áreas de producción completas, los conocimientos manuales siguen siendo esenciales, sobre todo para la fabricación de relojes de alta y muy alta gama. «Incluso si se utilizan robots, el trabajo de montaje todavía se hace esencialmente a mano», añade Ludovic Voillat.
Para este 2020, la CPIH predice un estancamiento de la fuerza laboral debido a la inestable situación económica y política que hay en el mundo. La caída de los volúmenes de ventas también podría tener un impacto negativo en el empleo a medio plazo.
«Hoy, las marcas y proveedores que producen relojes básicos hacen todo lo posible para preservar su personal y también su experiencia interna. Pero si la tendencia [de un estancamiento] se confirma, entonces comenzarían los despidos”, advierte Voillat.
Traducción el francés: Andrea Ornelas
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