La revolucionaria cadena de bloques gana terreno
Cuando la cadena de bloques (blockchain) fue anunciada en 2018, prometió revolucionar la forma en que se manejan y transfieren los datos. Pero tomó más de una década que las empresas comenzaran realmente a sumergirse en este tipo de tecnología. No obstante, los primeros casos de emprendedores en la materia se hacen presentes.
Un centro turístico ubicado en el este de Suiza anima actualmente a sus esquiadores a ser copropietarios del mismo a través de la adquisición de micro acciones digitales. El Weisse Arena GruppeEnlace externo (WAG), administrador del complejo Flims Laax FaleraEnlace externo, emite acciones en una plataforma de tecnología de libro mayor distribuido (DLT). Y los clientes más leales son recompensados con una participación en la compañía cada vez que, por ejemplo, adquieren un pase anual para esquiar.
El destino de otras empresas locales, e incluso los precios de la vivienda en esta zona, están estrechamente ligados con el éxito de esta estación alpina. La idea que hay detrás del proyecto es forjar estrechos vínculos con la comunidad local y atraer clientes que regresen, al compartir con ellos las ganancias y darles voz y voto en la definición de estrategias futuras.
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¿Qué es una cadena de bloques?
El secreto de las plataformas DLT, como la cadena de bloques, es permitir que la gente realice transacciones (de dinero, instrumentos financieros o información personal) de forma segura y directa, sin intermediarios.
Así, en lugar de pagar a terceros que están en medio de una transacción, actuando como auditores y árbitros, el sistema digital permite a los usuarios acordar colectivamente la validez de los datos que intercambian. Esto permite una liquidación instantánea (que bajo los modelos tradicionales tomaría días) y una evidente reducción en los costos. Weisse Arena Gruppe emite acciones en el registro DauraEnlace externo gestionado por el sistema DLT del gigante de telecomunicaciones SwisscomEnlace externo. Las llamadas «acciones criptográficas» están integradas a «contratos inteligentes» (códigos informáticos capaces de remplazar la función de los corredores, bancos custodios y otros intermediarios, cuando se compran y venden), lo que permite a los compradores y vendedores entrar en contacto directo, para realizar transacciones entre pares.
La estación de esquí también planea emitir su propia criptomoneda, llamada GURU (Greatest User Return Unit), especie de dinero privado que se utilizará solo en las instalaciones del lugar. A las personas que conviertan sus francos suizos en GURUS, se les ofrecerán descuentos en restaurantes y en otras instalaciones en las que decidan pagar con esas fichas.
Pero el interés en las DLT va más allá de las estaciones de esquí.
El edificio «cadena de bloques»
En marzo pasado, el 20% de un edificio ubicado en la ciudad de Zug se transformó en acciones digitales que fueron vendidas a tres inversionistas por el equivalente a 3 millones de francos suizos (3 millones de dólares). Pero este proceso utilizó una plataforma de cadena de bloques. Ésta fue la primera conversión en fichas criptográficas que se realiza en Suiza (operación conocida coloquialmente en el medio tecnológico como «tokenización») y se espera que sea la primera de varias.
Las fichas criptográficas poseen derechos de propiedad y fueron emitidas por la plataforma blockimmoEnlace externo. Elea LabsEnlace externo se aseguró de que los datos de propiedad asignados fueran válidos y genuinos. Se utilizó una criptomoneda vinculada al franco suizo a razón de 1:1 y la transacción fue en Swiss Crypto TokensEnlace externo. Se trata de una “criptodivisa estable”, como se autonombra, es decir, son monedas digitales diseñadas para reducir al máximo los riesgos de volatilidad. Y se eligió en un intento por evitar fluctuaciones violentas asociadas a los movimientos de otras criptodivisas.
Muchas de las tareas que actualmente realizan los intermediarios (abogados, notarios, etc.) pueden ser reemplazadas por contratos inteligentes, una forma mucho más rápida y barata de realizar transacciones, o distribuir las ganancias derivadas de los alquileres. Otra ventaja es que las acciones de propiedad digitales pueden ser divididas fácilmente en fracciones o partes más pequeñas, lo que permite a los inversores con poco dinero ser partícipes de inversiones inmobiliarias, con aportaciones que no serían aceptadas en el mundo real del ladrillo y el cemento.
La cadena de bloques provee a todas las partes involucradas de un historial cronológico de quien ha tenido la posesión de un bien, con actualizaciones a tiempo real, que solo pueden ser validadas gracias a la aprobación de múltiples contrapartes. La legislación suiza se encuentra en proceso de transformación para lograr, en el futuro, reconocer transacciones puramente digitales y sin firmas manuscritas.
El destructor de papeles
Crear una empresa supone montañas de papel y una gran cantidad de terceros involucrados en la aprobación de cada etapa del proceso. Un consorcio de prácticas jurídicas decidió asociarse a un proveedor de servicios de cadena de bloques, ProxeusEnlace externo, así como a IBMEnlace externo, para reducir a unos cuantos días -en vez de semanas- el plazo de creación de una empresa.
La primera empresa apoyada por esta plataforma de agilización fue Drakkensberg, que logró establecerse en menos de dos horas durante un proceso piloto que tuvo lugar en 2018. En gran medida, esto fue posible gracias a un acuerdo especial que se logró con un banco para agilizar las transacciones financieras, pero incluso sin este acuerdo, otras firmas han materializado su proceso de creación en menos de 48 horas.
En lugar de enviar múltiples copias de documentos de los abogados y a los bancos, y esperar a que se haya procesado cada etapa del registro, la cadena de bloques ofrece a las partes involucradas una visión general muy completa sobre el procedimiento que se sigue, permitiendo que los múltiples pasos del proceso se realicen de forma simultánea.
El objetivo que se ha fijado este programa piloto de simplificación es ambicioso: la constitución de 100 empresas antes de finales de agosto. Actualmente, para lograrlo se está ofreciendo un servicio de atención constante conformado por un equipo de abogados que aceptaron trabajar gratuitamente durante la fase de prueba.
Envíos petroleros vía cadena de bloques
KomgoEnlace externo, un consorcio que aglutina firmas dedicadas al comercio, la banca y la inspección, utiliza las DLT para agilizar la tarea de «conocer bien a sus clientes» (KYC, en inglés) para poder financiar con mayor agilidad sus envíos de productos básicos.
Una carga marítima típica requiere 240 copias de 36 documentos originales que deben recibir un total de 27 intermediarios.
La red DLT emplea algoritmos que permiten que todas las partes involucradas avalen la validez de los datos indispensables para este tipo de transacciones sin tener que pasar por una densa estructura de intermediarios. Los involucrados pueden confirmar instantáneamente que tienen disponibles las copias exactas de los mismos datos, lo que acelera los procesos y evita controversias posteriores.
Más que armar un rompecabezas, la red crea una imagen a tiempo real del progreso de una carga para que todas las partes involucradas en el envío se enteren simultáneamente.
La red, basada en Ginebra, se puso en marcha a principios de este año para conectar mejor a los bancos que financian estos cargamentos con los comerciantes de productos. Y colaboran con la plataforma londinense Vakt-DLT que se ocupa otros eslabones de la cadena del comercio de las materias primas.
¿Qué está por venir?
Los pronósticos sobre el probable impacto de la cadena de bloques y otras plataformas de tecnología de libro mayor distribuido (DLT) divide a los expertos. En 2015, un estudio realizado por el Foro Económico MundialEnlace externo (WEF en inglés) anticipó que 10% de la riqueza económica total podría estar resguardada en el sistema de cadena de bloques para el año 2027.
Otra investigación de la consultora McKinseyEnlace externo, publicado en 2018, encontró 90 posibles aplicaciones de esta tecnología en diversas actividades económicas, pero predijo que tomaría entre tres y cinco años que fueran usadas a gran escala.
Traducido del inglés por Andrea Ornelas
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