Bañeras de madera suizas adornan los baños de lujo
Una sensible caída en la demanda de embarcaciones tradicionales hechas de madera motivó a un ingenioso empresario suizo a dejar la construcción de yates para dedicarse a la fabricación de lujosas tinas de madera, perfectas para darse un baño de burbujas.
“Matilda es la única mujer que me hace caso todo el tiempo”, bromea Thomas Löpfe, fundador y propietario de la empresa de tinas de madera AlegnaEnlace externo.
Matilda, hay que decirlo, no es realmente una mujer. Es un robot de última generación que se encarga de preparar los moldes para la fabricación de suntuosas bañeras hechas a partir de leños. El centro de operaciones de Löpfe está alejado del mundo, se encuentra en el pueblo Basadingen, en el cantón de Turgovia, donde el empresario decidió reconvertir un granero en taller. Ahí, su preciado robot (fabricado por la empresa alemana Kuka) se ocupa de la única parte del proceso de manufactura que está totalmente automatizado.
El resto de la elaboración de las bañeras es producto del esmerado trabajo manual de los cinco empleados que tiene la firma de Löpfe. Una tina de baño de Alegna requiere entre tres y cuatro semanas de fabricación y su valor de mercado oscila entre los 8 000 a los 45 000 francos suizos (entre 8 158 y 45 888 dólares). Esto dependerá de los detalles que se le añadan para personalizarla al gusto del cliente y de si tendrá funciones adicionales, como un jacuzzi.
“No hay un límite de precio. La gente solicita a menudo detalles de gran lujo como la colocación de tapones de desagüe fabricados en oro o platino”, dice Löpfe.
Entre los clientes de su empresa hay pilotos de Fórmula 1, multimillonarios propietarios de yates, hoteles y apartamentos de lujo. Hace poco, Löpfe recibió un pedido de 38 tinas por parte de los desarrolladores de los apartamentos londinenses conocidos como One Tower Bridge.
¿Qué hace tan especiales las bañeras Alegna?
El proceso de fabricación supone una superposición de múltiples capas de madera que son fijadas gracias a una gran presión. Esto les confiere una apariencia única en el mercado y las hace resistentes al daño que podría provocar el agua, ya que su configuración facilita el recubrimiento con resina y barniz.
“No existe ninguna máquina capaz de fijar las distintas capas simultáneamente y de darles una forma curva. Es un proceso manual y la cantidad de horas que exige de los trabajadores cualificados es lo que hace tan costosas estas bañeras”, explica Löpfe.
Un aprendiz debe dedicar al menos nueve meses a aprender cómo se produce una tina Alegna. La compañía guarda celosamente los detalles del proceso.
Mostrar más
Un producto artesanal con la ayuda de un robot
Cambio de giro
Originalmente, Löpfe hizo un aprendizaje de constructor de barcos y se especializó en la fabricación de veleros y lanchas a motor. Sin embargo, un día se dio cuenta de que la demanda de embarcaciones de madera caía de forma irreversible. Y entonces decidió buscar de un nicho más prometedor. Con el apoyo económico de un grupo de familiares, amigos e inversores privados, Löpfe consiguió dar vida a la empresa Alegna hace 15 años.
“Tuvimos que realizar 10 intentos antes de conseguir una tina de madera aceptable. El primer prototipo exitoso que logramos es la bañera de mi casa”, dice Löpfe.
Recuerda que, al principio, vender tinas de baño fue difícil por dos razones fundamentalmente. En primer lugar, la idea de tener una tina de baño de madera generaba una gran inquietud a los clientes potenciales, ya que se considera que requerirán mucho mantenimiento.
“La gente, en general, asocial negativamente la idea de combinar la madera con el agua”, dice Löpfe.
La segunda, era el desafío que suponía ofrecer los elevados márgenes de ganancia que exigían los vendedores minoristas dispuestos a promover el producto. Como carecían de los conocimientos y argumentos necesarios para dar seguridad a sus clientes, las ventas se complicaban. Comenzar a colocar estas sofisticadas bañeras en algunos hoteles ayudó a Alegna a ganar la confianza del público en sus bañeras y le proporcionó también publicidad gratuita. Hoy en día, los hoteles representan alrededor del 20% de la clientela del grupo y la compañía decidió eliminar a los intermediarios y vender directamente sus tinas a sus clientes.
Fiabilidad suiza
“Ser una empresa con sede en Suiza también nos ayuda”, reconoce el fundador de la firma.
“La reputación suiza de fiabilidad es muy importante y nos favorece. Les da confianza a los clientes para hacer un pedido con solo mirar las imágenes que tenemos publicadas en la web”, añade.
Alegna necesita vender entre 80 y 100 tinas de madera al año para obtener ganancias interesantes, que le permitan manejarse con holgura. Pero tiene claro que ser una compañía de artículos de lujo que depende preponderantemente de las exportaciones siempre es un riesgo. En 2008, por ejemplo, durante la crisis financiera global, algunos clientes habían dado un anticipo para la adquisición de una bañera de madera que después no pudieron liquidar, aunque sus pedidos estaban listos para ser entregados. Löpfe tuvo que almacenar tinas ya terminadas hasta que los mercados se recuperaron y en algunos casos tardó hasta un año en cobrarlas. La empresa también sufrió un fuerte golpe en 2014, cuando el Banco Nacional Suizo decidió eliminar el tipo de cambio mínimo frente al euro, lo que redujo de repente las ganancias de Alegna en un 20%.
Hoy, el principal desafío de la empresa es encontrar compradores con bolsillos generosos y dispuestos a abandonar prejuicios y viejos hábitos.
“No entiendo porque no vendemos más tinas. La gente piensa que son fantásticas, pero luego va y compra una bañera común y corriente”, concluye Löpfe en tono reflexivo.
Traducción del inglés: Andrea Ornelas
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.