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«La arquitectura europea de la seguridad está totalmente destruida»

Stoltenberg y Johnson
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (izq), y el primer ministro británico, Boris Johnson (der) durante una revista a las tropas de la OTAN en la base de Tapa, Estonia, 1 de marzo de 2022. Mientras Rusia efectúa una invasión militar a gran escala de Ucrania, la OTAN y sus aliados unen fuerzas para reforzar las capacidades de defensa de Estonia. Keystone / Valda Kalnina

La neutralidad de Suiza le impide ser miembro de la OTAN. Sin embargo, en las últimas décadas ha forjado alianzas internacionales para mantener y promover la paz. La guerra en Ucrania trastorna la política de seguridad.

Henrik Larsen es investigador principal del Centro de Estudios de Seguridad (CSS) de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), especializado en la OTAN y la seguridad transatlántica. En una entrevista con SWI swissinfo.ch explica la política de seguridad en las últimas décadas.

Larsen
Antes de incorporarse al CSS, Henrik Larsen trabajó como asesor de la delegación de la Unión Europea en Ucrania. zVg

SWI swissinfo.ch: El Gobierno suizo decidió apoyar las sanciones internacionales contra Rusia. ¿La medida le causó sorpresa?

Henrik Larsen: No. Suiza tiene un estatus de neutralidad desde hace mucho tiempo, pero ¿cuál habría sido la alternativa? ¿Ser el único país de la comunidad occidental en no imponer sanciones? Eso habría dado más bien la impresión de que Suiza aprobaba el comportamiento de Rusia. Suiza está integrada económica y culturalmente en Europa. Además, está comprometida con las relaciones pacíficas y no puede quedarse de brazos cruzados cuando un país viola tan abiertamente las leyes y las normas internacionales.

Hablemos de la política de seguridad de Suiza. La Confederación no es miembro de la OTAN, pero participa en la Asociación para la Paz (PfP) de la Alianza desde 1996. ¿Por qué?

En el contexto del final de la Guerra Fría, Suiza quiso mantener su estatus de neutralidad y al mismo tiempo contribuir al mantenimiento de la paz y al desarrollo de una arquitectura de seguridad global, especialmente en el ámbito de la soft security (“seguridad blanda”). Suiza considera la asociación con la OTAN como un instrumento para aplicar las normas del derecho internacional. Suiza siempre se ha abstenido de prestar apoyo operativo.

Soldados
Soldados suizos durante un ejercicio de la Asociación para la Paz de la OTAN. Keystone / Urs Flueeler

¿Cómo evolucionaron después las relaciones entre la OTAN y Suiza?

Los años 90 fueron un periodo dorado. En el marco de la Asociación para la Paz, Suiza pudo defender sus valores, el mantenimiento de la paz y los derechos de los pueblos. Con la ocupación rusa de parte de Georgia en 2008 y la posterior guerra en Afganistán, la OTAN comenzó a centrarse en la defensa territorial. Fue difícil para Suiza mantener una fuerte asociación con la Alianza, ya que participar en las misiones de la OTAN habría significado participar en la muerte de seres humanos. Como país neutral, Suiza se negó a hacerlo. La anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 redujo nuevamente la importancia de la asociación entre la OTAN y Suiza.

Hace tres años, usted escribió en un artículo que ya era hora de que Suiza se acercara de nuevo a la OTAN. ¿Por qué?

Unos cinco años después de la anexión de Crimea, la situación en Europa volvía a la calma, la OTAN se encontraba en un punto diferente: la presencia en Europa del Este se había reforzado, temas no militares como la ciberseguridad, las nuevas tecnologías y la protección de las infraestructuras estaban de actualidad. La OTAN también se abría a socios que no querían asociar esos temas a la defensa colectiva.

Con base en sus valores y en las interdependencias económicas y sociales en el seno de los países occidentales, era lógico que Suiza se acercara de nuevo a la OTAN para explorar otras áreas de cooperación práctica. También se celebraron debates en el grupo informal de países no miembros de la OTAN, a saber, Austria, Suecia, Finlandia, Irlanda, Suiza y ocasionalmente Malta. Sin embargo, la atención se centró en el poder blando.

¿Cómo puede Suiza mantener el equilibrio entre su participación en la política de seguridad europea y su papel de mediador frente a terceros países como Rusia?

A la OTAN le hubiera gustado un mayor apoyo de Suiza, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad. Pero la situación actual es diferente a la de 2014: Rusia se anexionó entonces a Crimea casi sin violencia, los soldados rusos ni siquiera llevaban uniforme. En 2022 es diferente, Rusia ha optado por una invasión total de otro país. Vladimir Putin parece querer resucitar los territorios del antiguo Imperio Ruso. Pero, mientras Suiza no esté dispuesta a una defensa territorial común, no será un socio importante para la OTAN.

¿La guerra en Ucrania modifica el orden de la seguridad mundial?

La arquitectura euroatlántica de seguridad está totalmente destruida. El equilibrio de los poderes se ha roto. Los países occidentales ya no pueden confiar en Rusia; después de todas las mentiras y manipulaciones que llevaron a la guerra en Ucrania, la confianza ha desaparecido por completo. Todavía es difícil imaginar cómo será el nuevo orden de seguridad después de esta guerra.

Incluso en países como Finlandia y Suecia se escuchan voces que reclaman la adhesión a la OTAN…

Sí, ocurrió ya en 2014, aunque los llamados no eran tan fuertes. Pero sería muy arriesgado, no sabemos cómo reaccionaría Rusia. Hasta ahora, Estados Unidos se ha focalizado más bien en Asia, China es su mayor competidor, aunque Rusia sea mucho más agresiva. Por supuesto, a Estados Unidos le interesa el mantenimiento de la OTAN, pero eso significa que los países europeos deben enviar sus tropas, Estados Unidos no lo hará por sí solo.

¿Qué significa esto para la política de seguridad europea a largo plazo?

Es probable que buena parte de los Estados quieran un mayor presupuesto para armamento y defensa. Alemania ya lo ha anunciado. Esto supone un cambio fundamental en la estrategia de los países europeos, que no se veía desde la Guerra Fría.

Soldados
Soldados belgas de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, la cual fue activada la semana pasada después de que Rusia invadiera Ucrania. Copyright 2022 The Associated Press. All Rights Reserved

¿Cómo podría terminar la guerra en Ucrania?

El peor escenario sería una guerra entre la OTAN y Rusia. Si Rusia ataca a los países miembros por su apoyo militar a Ucrania, la OTAN tendrá que responder de alguna manera. Rusia ya ha amenazado a las potencias extranjeras que se inmiscuyan con consecuencias sin precedentes, que debemos suponer podrían ser nucleares.

Pero esperemos no llegar hasta ahí. Otra posibilidad es que Rusia ocupe Ucrania, o al menos Kiev, el este y el sur, mientras la parte occidental se separa del resto del país. Sin embargo, la ocupación conlleva el riesgo de que Rusia se enfrente a una fuerte oposición del pueblo ucraniano, respaldado por Occidente. Rusia es militarmente superior, pero está por ver si podría soportar los costos políticos de una guerra en su propio territorio.

¿Qué efecto tendrán las sanciones económicas?

Actualmente tienen un fuerte impacto simbólico, especialmente desde que Suiza se unió a las sanciones. Su objetivo es golpear a la economía rusa y a los oligarcas, para que aumente su descontento con el Kremlin y este último pierda apoyo.

Las manifestaciones en Moscú y el hecho de que los primeros oligarcas se pronuncien contra la guerra demuestran que no todo el mundo en Rusia está de acuerdo. Además, Occidente intenta apoyar militar y financieramente a Ucrania para aumentar el costo para Rusia de esta invasión. Cuanto más daño haga esta guerra, menos popular será en el país.

Asociaciones de Suiza en materia de seguridad

Suiza es uno de los pocos países situados entre el Atlántico y Ucrania que no forma parte de la Unión Europea (UE) -y por tanto de su política de seguridad y defensa- ni de la OTAN. Como país socio de la OTAN, Suiza solamente participa en la Asociación para la Paz y en el Consejo de Asociación Euroatlántica. Las fuerzas armadas suizas pueden participar en misiones de apoyo a la paz en el extranjero bajo la dirección de la OTAN, la UE o la ONU. Además, Suiza también participa en operaciones civiles y militares de promoción de la paz dirigidas por la UE en el marco de su política común de seguridad y defensa.


Colecta de la Cadena de la Solidaridad

Para hacer frente a la crisis humanitaria que se perfila, la Cadena de la Solidaridad lanza un llamado en apoyo de la población ucraniana. Las donaciones pueden hacerse a www.bonheur.chEnlace externo o a la cuenta postal 10-15000-6, mención «Crisis en Ucrania».

La Cadena de la Solidaridad se concentrará inicialmente en la ayuda a los refugiados en los países vecinos, especialmente en Polonia. La Cadena colabora labora con varias ONG asociadas, como Cáritas, la Cruz Roja Suiza, HEKS, Helvetas, Medair, Médicos Sin Fronteras y Terre des hommes, que actúan en la región.

En función de la evolución del conflicto, la Cadena de la Solidaridad se adaptará a las necesidades humanitarias y ampliará su apoyo a proyectos de ayuda directamente en Ucrania. Las donaciones solamente se utilizarán para financiar la ayuda humanitaria

La Cadena de la Solidaridad, considerada el brazo humanitario de la Sociedad Suiza de Radiodifusión SSR SRG, a la que pertenece swissinfo.ch, es una fundación independiente cuyas raíces se encuentran en un programa de radio en la Suiza francófona.


Traducido del francés por Marcela Águila Rubín

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