La belleza oculta de la investigación en fotos
Desde el vientre transparente de una rana hasta la regeneración de la cabeza de un animal decapitado. Estas son algunas de las rutinas diarias que se llevan a cabo en los trabajos de investigación y que —vistas desde perspectivas inusuales— han presentado quienes han ganado el concurso de imágenes científicas de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia 2023.
Cuando pensamos en el trabajo que a diario realizan las personas que se dedican a la ciencia, habitualmente nos vienen a la mente escenas de personas vestidas con batas, repitiendo experimentos o dando conferencias cargadas de términos científicos. Pero quienes hacen ciencia también observan lo cotidiano con curiosidad y agudeza, y son capaces de encontrar belleza y significado incluso en sus objetos de estudio. Las mejores fotografías que quienes se dedican a la ciencia han tomado en universidades e institutos de investigación suizos nos permiten vislumbrar este mundo.
Un jurado internacional reunido por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (SNSF, por sus siglas en inglés) recientemente ha dado a conocer el nombre de las personas que han ganado el concurso anual de imágenes científicas (Science Image CompetitionEnlace externo).
Por su foto del vientre de una rana, Francesca Angiolani-Larrea —estudiante de doctorado de la Universidad de Berna, que estudia la ecología y la evolución de los anfibios— ha obtenido el primer premio en la categoría “Objeto de estudio”.
El cuidado parental en los anfibios adopta diversas formas. Es el caso de la Hyalinobatrachium valerioi, un tipo de rana de cristal con el vientre transparente. A la madre le corresponde seleccionar la mejor pareja y producir los huevos; mientras que el padre se queda con sus crías y las cuida, a veces hasta siete nidadas de huevos al mismo tiempo.
Para hacer la foto, Angiolani-Larrea recurrió a una pieza común de material de laboratorio, una placa de Petri transparente. De este modo, muestra su objeto de estudio desde una “sorprendente perspectiva nueva”, en palabras del jurado.
El primer premio en la categoría “Mujeres y hombres de ciencia” ha sido para Mariafrancesca Petrucci, estudiante de doctorado en Veterinaria en la Universidad de Berna. En este caso, con su autorretrato junto a un cerdo pequeño al que escucha el corazón. Petrucci explica que el proyecto de investigación que llevó a cabo sobre el dolor y sus características en los animales le hizo darse cuenta de que “la vida y la salud de los animales, las personas y otros seres vivos son igual de importantes, y que debe garantizarse el máximo nivel de atención para cualquiera, esté donde esté”.
Para el jurado, su gesto bondadoso y los colores cálidos de la imagen “contrastan suavemente con la cuestión —a menudo controvertida— de la experimentación con animales. Y expresan con brillantez emociones que rara vez se asocian a la ciencia”.
En la categoría “Lugares e instrumentos”, Rafael Barmak, ayudante de doctorado de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), ha convencido al jurado con un primer plano de una colonia de abejas que reside en un dispositivo robótico que puede interactuar con las abejas. Esto ayuda a investigar su comportamiento y, potencialmente, a apoyarlas en un entorno cada vez más hostil.
Para el jurado, la imagen “nos transporta a un nuevo mundo biohíbrido donde lo natural se encuentra con lo artificial”.
Una visualización de los vórtices creados por el ala de un avión filmada por Cyprien de Sepibus, estudiante de doctorado de la Escuela de Paisaje, Ingeniería y Arquitectura de Ginebra (HES-SO) y la EPFL, ha sido la ganadora de la categoría “Bucles de vídeo”. El vídeo ha impresionado al jurado por “hacer visible de forma mágica lo invisible”.
El jurado también ha concedido quince distinciones o menciones. Más que nunca. He aquí algunos ejemplos:
Esta foto laberíntica de una simulación de supercomputación revela el mundo interior del sistema de visión humano y su compleja estructura orgánica, mostrando cómo fluye el líquido cefalorraquídeo alrededor del nervio óptico.
Angiolani-Larrea y sus colegas estudian cómo la socialidad y la ecología influyen en la capacidad de aprendizaje de pequeños reptiles como las lagartijas. En el experimento una lagartija tiene que aprender dónde está la comida en un laberinto colocado de manera vertical u horizontal.
Esta foto se tomó antes de comenzar a operar a un cerdo para probar si un novedoso injerto de vasos sanguíneos podría mejorar la esperanza y la calidad de vida en los pacientes. El cerdo yace en el lugar en el que se supone que estaría un paciente humano, lo que subraya el sacrificio del animal para mejorar la atención sanitaria de las personas.
Me hice una cabezanueva —de Yamini Ravichandran, investigadora posdoctoral de la Universidad de Ginebra— ha obtenido una distinción en la categoría “Bucles de vídeo”.
Este vídeo sigue —a lo largo de cuatro días— la regeneración de la cabeza de una pequeña hidra adulta decapitada. La resistencia de esta humilde criatura promete avances en medicina regenerativa.
Distinción en la categoría “Bucles de vídeo” a Simulación del crecimiento de un tumor, de Roman Vetter, científico de la ETH (Escuela Politécnica Federal de Zúrich).
La animación muestra un tumor maligno que crece desde una célula hasta un millón de células. Esto refleja un crecimiento sorprendente e incontrolable de la proliferación cancerosa.
Todas las imágenes y vídeos presentados al concurso pueden verse en esta galería en líneaEnlace externo.
Las imágenes y vídeos ganadores del concurso de este año están expuestas en el Festival de fotografía de BienneEnlace externo hasta el 28 de mayo.
Editado por Sabrina Weiss y Veronica DeVore
Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo
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