La marcha suiza para vacunar a toda su población
Tras un comienzo lento, la campaña de vacunación contra la COVID-19 cobra impulso en Suiza. La idea es que toda la población que desee hacerlo esté vacunada para el verano. Sin embargo, el enfoque descentralizado genera desafíos.
El hijo de Susanne Kuratli programó su despertador para las 2:00 horas del viernes 8 de enero, el día en que comenzaron las inscripciones para las citas de vacunación en el cantón de Berna. Después de llenar toda la información requerida sobre la edad de su madre, su seguro médico y sus condiciones de salud en la página de registro en línea, los espacios para las citas empezaron a aparecer y desaparecer más rápido de lo que él podía escribir.
Hizo clic en el botón “aceptar” tan pronto como pudo, asegurando una cita para su madre de 80 años dos días después de la apertura del primer centro de vacunación de Berna el 11 de enero.
“Me siento muy bien. Tengo la vacuna, y me siento un poco más segura”, comentó Kuratli a swissinfo.ch. “Quería vacunarme lo antes posible para protegerme a mí misma y a los demás». Pensé que si podía mantener libre una cama de hospital para alguien, debía hacerlo”.
El proceso no ha ido tan bien para todos. En las primeras semanas de la campaña de vacunación se produjeron atascos en las líneas telefónicas, fallos técnicos y frustración entre un público que se preguntaba por qué algunas zonas del país empezaban más rápido que otras.
Un mes después de la primera vacunación contra la COVID-19 en Suiza, todavía no hay una imagen completa a nivel nacional del número de personas que han sido inoculadas. Las primeras cifras indican que al 18 de enero se habían vacunado alrededor de 110 000 personas (1,27% de la población). Para finales de mes, el Gobierno se propone llegar al 4%, porcentaje inferior al logrado por Israel, los Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido.
Las autoridades federales han asegurado a un público impaciente que están en camino de vacunar a todo aquel que lo desee (se estima que 6 millones de personas) para finales de junio. La campaña recibió un importe impulso la semana pasada cuando el regulador suizo de medicamentos, Swissmedic, autorizó la vacuna Moderna – la segunda después de Pfizer/BioNtech.
El país se enfrenta ahora a la enorme tarea de resolver los problemas existentes mientras se amplía masivamente la vacunación. Bajo la amenaza de una nueva cepa, el país entró el lunes 18 de enero en un nuevo semiconfinamiento, la tarea es aún más urgente.
Escalonado y lento
Suiza dio luz verde a la vacuna de Pfizer/BioNtech el 19 de diciembre, unas semanas antes de la fecha prevista para lanzar la campaña oficial de vacunación. El acuerdo con Pfizer se concluyó solamente menos de dos semanas antes, pero todavía así fue un mes después del acuerdo de Israel con la empresa, y por menos de la mitad del número de dosis.
La autorización fue una buena noticia para los suizos, pero el aviso tardío sorprendió a algunos cantones y llevó a una loca carrera para empezar a vacunar con sistemas informáticos e infraestructuras menos que perfectas, según un participante en la organización de una campaña cantonal de inoculación. “Teníamos previsto empezar en enero, pero como otros cantones comenzaron a vacunar en diciembre, nos enfrentamos a una gran presión por parte de las autoridades cantonales para que lo hiciéramos así también”, agregó la misma fuente que prefirió mantenerse anónima.
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El primer envío de Pfizer incluyó 234 000 dosis, suficientes para vacunar a unas 115 000 personas.
La distribución entre los 26 cantones en función de su población significó que el 13 de enero, Appenzell Rodas Interiores, el cantón más pequeño de Suiza, recibió 400 dosis, mientras que Lucerna, 10 000 y Vaud, más de 19 000, como confirmaron portavoces de esos cantones a swissinfo.ch.
Las dosis iniciales de Pfizer eran las únicas disponibles hasta la semana pasada, cuando llegaron unas 200 000 de Moderna. Se esperaba que otras 126 750 dosis de la vacuna de Pfizer llegaran el 18 de enero, pero un atasco en la producción reportado el viernes significó que solamente llegó la mitad. El Gobierno indicó que para finales de febrero, un total de 1,5 millones de dosis deberán estar disponibles, cubriendo casi el 11% de la población adulta.
Como informamos en diciembre, la distribución a gran escala de las vacunas podría tomar meses, sino años, como resultado de la limitada capacidad de fabricación. Los 15,8 millones de dosis pedidas por el Gobierno suizo a tres fabricantes (el tercero es AstraZeneca) se entregarán cuando estén listas, a veces con poca antelación, lo que dificulta la planificación de los cantones.
Diversos cantones contactados por swissinfo.ch antes del 13 de enero señalaron que el Gobierno les ha prometido un determinado número de dosis hasta finales de febrero, pero no saben exactamente cuándo ni cuántas en cada entrega.
La mayoría coincidió en que muchos factores estaban fuera de su control. “Cómo y cuándo se puede abrir el registro de vacunación para cada grupo destinatario depende de varios factores, como la cantidad y el tipo de dosis disponibles, la voluntad de la población a ser vacunada o la propagación del coronavirus”, resumió un portavoz del cantón de Turgovia.
A diferencia de Israel, que también cuenta con una población de unos 8 millones de habitantes, el despliegue en Suiza está muy descentralizado. El Gobierno federal asegura y entrega las dosis y establece la estrategia global de la vacunación, pero los 26 cantones son responsables de su ejecución.
Dinamarca, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin e Israel han logrado tasas de vacunación más altas que las de Suiza con enfoques más centralizados. Alrededor del 29% de la población de Israel ha recibido al menos una primera dosis de la vacuna, mucho más que cualquier otro país.
Mantener el flujo
Para que un enfoque altamente descentralizado como el de Suiza funcione, tiene que haber un buen flujo de información en ambos sentidos, señaló a swissinfo.ch Prashant Yadav, experto en salud y en la cadena de suministro del Centro para el Desarrollo Global. El Gobierno avisa con antelación a los cantones sobre la llegada de un envío, pero se espera que los cantones informen sobre el número de dosis aministradas.
Yadav sostiene que la columna vertebral de este flujo de información es un sólido sistema informático, algo de lo que carece Suiza, según algunas fuentes e informaciones de medios de comunicación.
Se dice que la población debe concertar una cita para la vacunación a través del sitio web de su cantón, lo que sucede en Berna y Ginebra que ofrecen un cuestionario en línea totalmente digitalizado, pero en el cantón meridional del Tesino hay que proceder mediante una línea telefónica ad-hoc.
El sistema utilizado en el cantón de Zúrich se derrumbóEnlace externo solamente unas horas después de que miles de personas intentaran concertar una cita. Los espacios para enero ya están completamente agotados y se estima que el sistema volverá a estar disponible solamente a finales de este mes.
En una entrevista publicada por el periódico de expresión alemana Neue Zürcher ZeitungEnlace externo el 5 de enero, Sang-Il Kim, quien dirige la transformación digital en la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP), indicó que el Gobierno realiza una prueba piloto del sistema en línea OneDoc para las inscripciones, la programación de citas y la gestión de datos de vacunación para todos los cantones, pero que ha habido retrasos. Cuatro cantones han solicitado su propio sistema, complicando el proceso, admitió.
En cambio, los registros médicos digitales de Israel están centralizados y se utilizan para identificar a las personas con derecho a recibir la vacuna, que luego reciben un mensaje de texto con un enlace para concertar una cita a través de una aplicación. Todos en Dinamarca tienen un número de información personal digital que ayuda al Gobierno a identificar a las personas que reúnen los requisitos y a establecer las prioridades de vacunación.
Sin embargo, la COVID-19 requiere más que un sistema informático, advirtió Yadav. “Se trata más de tener una cultura de confianza y responsabilidad” que de que la información sea rastreada, transmitida y utilizada de manera consistente y apropiada.
Esto se complica por el hecho de que Suiza no tiene un registro nacional digital de inmunización en el que basarse, a diferencia de muchos países como Holanda. El Gobierno suizo exhorta a la población a autodeclararse a través de un certificado de vacunación electrónico (meinimpfung.ch) pero que está destinado a un empleo personal y no a un monitoreo nacional.
Las estimaciones de la cobertura de la vacuna se basan en encuestas periódicasEnlace externo dirigidas por la Universidad de Zúrich con los cantones.
Objetivo móvil
Independientemente de lo que se haya negociado con los proveedores, las entregas de vacunas están llegando lentamente, no solamente a Suiza, lo que dificulta la adecuación entre el suministro y la demanda.
“Originalmente los países dijeron ‘necesitamos hacer esto de forma secuencial, que es vacunar a todos los de un cierto grupo y luego a todos los del siguiente’. Y la secuencia funciona si se sabe que la demanda es clara, pero los países están advirtiendo que no todos en la fase 1 quieren vacunarse. Entonces se tiene un superávit [de dosis], dijo Yadav.
Señaló que es posible vacunar simultáneamente a diversos grupos, como es el caso en algunos estados estadounidenses.
Pero Suiza sigue siendo cautelosa en cuanto a abrir las compuertas para las personas fuera de los grupos de alto riesgo, incluidas aquellas de 75 años y más, mientras no pueda tener una idea más clara sobre los suministros. El cantón del Tesino incluso ha restringido las primeras dosis a los habitantes de 85 años en adelante.
El enfoque descentralizado también permite que algunos cantones se aparten de las recomendaciones nacionales. El cantón de Vaud acaba de anunciar que no permitirá que las personas que han tenido una infección por coronavirus reciban una vacuna en este momento, lo que va en contra de las recomendaciones federales.
La OFSP tampoco ha especificado cuándo podría recibir la vacuna la población en general, pero el cantón de Lucerna ya ha publicado un calendario provisionalEnlace externo según el cual la vacunación para la población en general empezaría en junio.
“No creo que haya una única respuesta correcta sobre quién debe ser vacunado primero”, dijo a swissinfo.ch Daniel Chulwoo Rhee del Instituto Internacional de Vacunas de Corea del Sur. “Una vez que las vacunas son refrigeradas, deben ser administradas lo antes posible. Pero si el Gobierno se desvía de sus grupos prioritarios, debe tener claro por qué toma esa decisión”.
Los cantones contactados por swissinfo.ch dijeron que están vacunando a otros grupos para evitar desperdiciar cualquier dosis. Michel Hassler, director de comunicación del Departamento de Salud de Argovia, dijo que en su cantón las dosis de vacunas sobrantes al final del día son utilizadas para inocular al personal de las unidades de cuidados intensivos por la noche. Zug también dijo que vacunarán al personal sanitario si quedan dosis.
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Encontrar el equilibrio…
La descentralización tiene ventajas: permite a los cantones decidir cómo utilizar mejor sus recursos para llegar a la población.
Muchos están transformando los centros de detección de la COVID-19, construidos en estadios deportivos o almacenes vacíos, en centros de vacunación con capacidad para proporcionar en algunos casos hasta varios miles de dosis diarias (en Berna, por ejemplo). El cantón de Vaud tiene seis centros de vacunación, todos ubicados en hospitales.
Algunos se han centrado exclusivamente en hogares para personas mayores o centros de atención sanitaria, utilizando equipos móviles. En Lucerna, alrededor del 90% de los residentes de establecimientos para ancianos (unos 4 200) habían sido vacunados antes del 15 de enero.
Monique Lehky Hagen, que forma parte de la sociedad médica del cantón de Valais, dijo a la televisión pública suiza RTS que la estrategiaEnlace externo en su cantón para centrarse en la vacunación en los consultorios médicos les permite ser más específicos con suministros limitados y ayudar a convencer a los pacientes para que se vacunen.
Mientras que el ejército suizo protege y entrega las dosis de vacunas almacenadas en congeladores de un sitio militar mantenido secreto, los cantones también pueden recurrir al cuerpo de protección civil para apoyar sus campañas con tareas como la organización de citas en las residencias de ancianos”. Los cantones de San Gall, Basilea y Appenzell Rodas Exteriores han optado por contratar a la empresa de logística farmacéutica Galliker para transportar las vacunas a temperaturas bajas.
Según informes de medios de comunicaciónEnlace externo el fin de semana, el ministro de Salud Alain Berset está considerando la posibilidad de redistribuir las vacunas de los cantones de bajo rendimiento a los de mayor rendimiento con la esperanza de incentivar un despliegue más rápido. Algunos médicos cantonales han expresado su apoyo a una «gestión más dinámicaEnlace externo” de en lugar de basarse puramente en la población de los cantones.
La confianza también debe tenerse en cuenta. El Gobierno federal debe encontrar un equilibrio entre el deseo de actuar rápidamente y la necesidad de movilizar a la población. Aunque hay un sentimiento de urgencia para desplegar las vacunas, la confianza de la población podría erosionarse si se da la impresión de que se toman atajos para acelerar los procesos.
“Pueden surgir problemas de seguridad, y ese mensaje tiene que venir del Gobierno federal para garantizar que no haya ningún malentendido”, subrayó Daniel Chulwoo Rhee, del Instituto Internacional de Vacunas.
La más reciente encuesta de la Sociedad Suiza de Radio y Televisión (SSR), la empresa matriz de swissinfo.ch, SRG, muestra que el 41% de la población se vacunaría inmediatamente contra la COVID-19, frente al 16% de octubre. Esto es aún más bajo que en Dinamarca. Un estudioEnlace externo encontró que el 79% de los daneses estaban dispuestos a recibir la vacuna contra el coronavirus.
Aunque el lanzamiento de la campaña no ha sido tan rápido y armonioso como algunos esperaban, Suiza sigue formando parte de un selecto grupo de unos 40 países ricos que ya han recibido algunas dosis.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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