La masacre de San Bartolomé, drama histórico que aún nos interpela
En la noche del 23 al 24 de agosto de 1572 comenzaban las matanzas de San Bartolomé, un episodio sangriento de la historia de Francia. Exactamente 450 años más tarde, la Iglesia Protestante de Ginebra conmemora este acontecimiento que dejó huella en la memoria protestante suiza y que plantea la siempre presente cuestión de la acogida de refugiados.
La masacre de San Bartolomé marca un paroxismo de violencia en las guerras de religión francesas. Durante tres días, los católicos atacaron las casas de los protestantes en París y dieron muerte a unas 4 000 personas. Los disturbios se extendieron entonces a otras regiones durante varias semanas. Los historiadores estiman que entre 10 000 y 30 000 personas perdieron la vida como resultado de los ataques.
Las tensiones religiosas disminuyeron unos años después con la promulgación del Edicto de Nantes (1598), un edicto de tolerancia que pretendía poner fin a las guerras de religión en Francia concediendo a los protestantes derechos religiosos, políticos y civiles. Una tregua efímera: los problemas se reanudaron y el edicto fue finalmente revocado por Luis XIV en 1685.
Afluencia de refugiados
Las tensiones religiosas en Francia tuvieron un impacto directo en Suiza a través de la afluencia de refugiados. Los enfrentamientos del siglo XVI y las matanzas del día de San Bartolomé provocaron un primer éxodo de los protestantes de Francia (hugonotes), en el marco de un «primer refugio».
Debido a su proximidad lingüística, religiosa y geográfica, esta primera oleada de refugiados solía hacer escala en Ginebra, calificada entonces como «ciudad de refugio». Según el Diccionario Histórico de Suiza, la ciudad de Calvino dio cobijo a cerca de 8 000 refugiados entre 1549 y 1587; unos 3 000 de ellos se establecieron de forma permanente, lo que supuso el 30% de la población de Ginebra en aquella época.
Pero esta oleada de refugiados no fue más que un anticipo de aquella que se produjo el siglo siguiente. La revocación del Edicto de Nantes provocó el éxodo de unos 200 000 hugonotes a las zonas protestantes de Europa. Los historiadores estiman que unos 60 000 de ellos pasaron por Suiza como parte del llamado «segundo refugio» o «gran refugio» y que 20 000 se establecieron en ella de forma permanente.
El fujo de refugiados tras la revocación del Edicto de Nantes puede calificarse de masivo. Por ejemplo, Schaffhausen vio pasar a más de 26 000 refugiados en diez años y en 1687, la ciudad tenía 9 000 refugiados hugonotes y 5 000 habitantes locales.
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Un problema muy actual
Muchos refugiados pudieron establecerse en Suiza en el marco del «primer refugio». Incluso contribuyeron de forma significativa a la aparición de ciertas industrias, entre las que destaca la de la relojería. Las cosas fueron más complicadas durante el «segundo refugio».
Las autoridades y la población de los cantones protestantes hicieron todo lo posible para facilitar la acogida de los refugiados. Pero a menudo de forma temporal. Por temor a las tensiones con los cantones católicos, a una carga financiera para los poderes públicos o a una mayor competencia con la mano de obra local en un contexto económico frágil, las autoridades acordaron una acogida temporal. Los refugiados fueron invitados a continuar su viaje a otros países, principalmente hacia los Estados protestantes alemanes que buscaban trabajadores tras la devastación de la Guerra de los Treinta Años.
Nihil novi sub sole (nada nuevo bajo el sol), se podría decir. Esta ambivalencia entre el deseo de acoger a las víctimas de los conflictos, por un lado, y el temor a la carga de esta acogida, por otro, ha marcado la política de refugio durante años, tanto en Suiza como en Europa.
“Lo primero que se expresa es la emoción”, comenta la pastora Laurence Mottier, moderadora de la Compañía de Pastores y Diáconos de la Iglesia Protestante de Ginebra. Conmovidos por el desamparo de esas personas, queremos abrir nuestras puertas y ayudar. Esto fue muy fuerte durante el «primer refugio», pero las puertas se cerraron durante el «segundo refugio». Vemos que la sociedad es muy volátil en materia de acogida de refugiados; todo depende del contexto, de los medios y también del aspecto emocional».
Aprender a “vivir juntos”
La Iglesia Protestante de Ginebra conmemora este miércoles el 450 aniversario de la noche de San Bartolomé. “Es una oportunidad para recordar este dramático acontecimiento histórico, pero también para mirar al futuro preguntándonos cómo evitar este tipo de masacres y promoviendo la paz, la convivencia y el ecumenismo. La idea no es de victimizarse, sino de mirar hacia un futuro en el que se acepte la diferencia”, explica Laurence Mottier.
Entre las actividades de la jornada se encuentra el taller “Herramientas para construir la paz”, diseñado para niños de 6 a 10 años. “No es solamente un acto conmemorativo encerrado en el pasado, sino una forma de aprender de él”, subraya la pastora.
“Estas herramientas para construir la paz son aprender a conocerse, apreciarse y convivir, no entrar en espirales negativas que puedan alimentar la exclusión del otro. No olvidemos que la noche de San Bartolomé se trataba de vecinos matando a vecinos, igual que en Ruanda”.
El mayor naufragio de la historia de Suiza
Un itinerario cultural del Consejo de Europa permite también conocer la historia del exilio hugonote. La ruta va desde el sur de Francia y el norte de Italia hasta Alemania. En Suiza, se denomina “Tras los pasos de los hugonotes y valdenses del Piamonte” y va de Ginebra a Schaffhausen, una distancia de unos 300 km.
“Hemos colocado un símbolo azul y una nota explicativa en algunos puntos de interés de la ruta», señala Pierre-André Glauser, presidente de la fundación que gestiona la parte suiza del itinerario. Por ejemplo, el tramo entre Lyss y Aarberg, en el cantón de Berna, recuerda el naufragio del 5 de septiembre de 1687. Dos barcos con 137 refugiados a bordo navegaban por el río Aare. Un tronco rompió la primera embarcación y los supervivientes intentaron subir a la segunda, provocando su hundimiento. Un total de 111 hugonotes murieron. Fue el naufragio más mortífero de la historia de Suiza”.
La señalización de este tramo suizo de la ruta comenzó en 2010 y se completará en septiembre de 2023. Sin embargo, aparte de las placas explicativas, no hay una señalización completa. “Para nuestra gran decepción, no hemos obtenido de Swiss Rando ni de SwitzerlandMobility una ruta totalmente señalizada con logotipos distintivos, como es el caso de la concha del Camino de Santiago o del peregrino de la Vía Francigena», lamenta Pierre-André Glauser.
Adaptado del francés por Marcela Águila Rubín
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