La negociación de un TLC con Perú retoma brío
Tras siete meses de interrupción, la nación andina reanudó los trabajos con Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega –miembros de la EFTA- para firmar a la brevedad un acuerdo de libre comercio.
El tema agrícola ha sido el más sensible; y el oro, el producto que más le compran los suizos a la economía con mayor potencial en América Latina.
Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, los cuatro miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés), reiniciaron el pasado 20 de octubre las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Perú.
En palabras de Eduardo Ferreyros, viceministro peruano de Comercio Exterior y Turismo, los trabajos son significativos y podrían concluir en cuestión de días.
Perú está considerado por Suiza uno de los mercados emergentes prioritarios dentro de su estrategia de comercio exterior.
La presente negociación inició en junio de 2007 y tenía previsto concluir antes del 31 de marzo de 2008, pero se vio frenada por una serie de diferencias técnicas.
Europeos y peruanos carecen de la misma concepción sobre el manejo que debe darse al comercio de productos agrícolas.
Perú, economía atractiva
Las estadísticas de la Administración Federal de Aduanas de Suiza dan cuenta de una relación comercial aún incipiente entre Suiza y Perú.
Este 2008, Suiza exportará productos al país andino por el equivalente a 105 millones de francos suizos y le comprará bienes por apenas 38 millones de francos suizos.
Sin embargo, de acuerdo con datos del Informe sobre Perú elaborado por la Secretería de Estado de Economía, las exportaciones peruanas hacia Suiza, aunque modestas en volumen, lograron crecer un 17% (sin incluir el oro) en el 2007, y los productos agrícolas se cuentan entre los más comerciados.
En general, los productos helvéticos mejor cotizados entre los consumidores peruanos son la maquinaria, los farmacéuticos, relojes y químicos, en este orden de importancia.
En contrapartida, Suiza compra a Perú productos agrícolas, máquinas y textiles.
Perú es particularmente interesante dentro de la región latinoamericana porque se prevé que su economía crezca un 8% este año, lo que la convierte en la más dinámica de la zona.
Y hasta antes de la crisis de los ‘subprime’, su bolsa de valores crecía a tasas superiores al 120% anual.
¿Dónde quedó el TLC?
Perú ha celebrado cuatro rondas de negociación con la EFTA en 16 meses de trabajo.
Los encuentros se dieron de forma alternada entre Suiza, Colombia y Perú, debido a que en un principio la EFTA inició una negociación conjunta con las dos naciones sudamericanas.
En marzo pasado, en Bogotá, técnicos colombianos, peruanos y europeos volvieron a darse cita. Esta reunión desembocó para Colombia en un nuevo encuentro en Crans-Montana (Suiza) que permitió concluir el TLC correspondiente el 13 de junio.
Con Perú, los trabajos perdieron ritmo, pero llevan ya 80% de grado de avance.
Para Perú, la EFTA es un mercado atractivo por su elevado poder adquisitivo y porque le permitirá acceder más fácilmente a la Unión Europea (UE) –principal socio comercial de la EFTA- y a sus 500 millones de habitantes.
Suiza, en particular, le aportará a Perú el liderazgo que tiene en industrias como la farmacéutica, maquinaria, relojería, seguros y banca, afirma el Ministerio peruano de Comercio Exterior y Turismo.
A cambio, le ofrecerá productos agrícolas de alta calidad a precios muy competitivos.
Y de hecho, fue este último punto el que impidió la conclusión de un TLC hace algunos meses.
Agro, sector clave
A lo largo de sus encuentros, Perú y la EFTA han llegado a acuerdos en la mayoría de las mesas de trabajo, desde solución de controversias y compras gubernamentales hasta inversiones, defensa comercial o reglas de origen.
Se han resuelto también Políticas de Competencia, que incluye la regulación y las prácticas anticompetitivas; Fortalecimiento de Capacidades comerciales, destinada a permitir a las PYMES sacar provecho del TLC; y la de Asuntos Sanitarios y Fitosanitarios, ligada a la prevención y curación de plagas en las mercancías agrícolas.
Pero el tema del agro reporta contratiempos. Perú pide a la EFTA una mayor apertura para sus productos agrícolas básicos, tema en donde hay reticencia por parte de los europeos que consideran este sector estratégico para sus economías y altamente sensible en lo político y lo social.
Ofrecen 100% de acceso libre a los bienes industriales peruanos, pero no a los productos del campo.
Perú sabe, por su parte, que tiene aún mucho trabajo pendiente en materia de desregulación y burocracia para reducir los costos en los que incurren las empresas dedicadas al comercio exterior.
De hecho, trabaja en una serie de concesiones portuarias y aeroportuarias que tienen como objeto mejorar tiempos y costos de gestión comercial.
La agenda está clara y las prioridades también, y el final de este TLC se vislumbra factible antes de que el 2008 se despida.
swissinfo, Andrea Ornelas
Las principales mesas de negociación entre Perú y EFTA son:
Acceso a Mercados (agrícola e industrial)
Obstáculos técnicos al comercio
Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
Reglas de Origen
Procedimientos Aduaneros y Facilitación de Comercio
Propiedad Intelectual
Defensa Comercial
Políticas de Competencia
Inversiones
Compras Gubernamentales
Solución de Controversias y Asuntos Institucionales
Perú inició en abril del 2006 el proceso de preparación para negociar un tratado de libre comercio con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés), al suscribir la ‘Declaración Conjunta de Cooperación Perú-EFTA’.
Suiza forma parte de EFTA junto con Islandia, Liechtenstein y Noruega, un bloque económico-comercial alterno a la Unión Europea (UE).
Perú es una economía en desarrollo, que actualmente vive una etapa de alto crecimiento económico y baja inflación. Tiene 28,2 millones de habitantes y es gobernado por Alan García, del Partido Aprista Peruano (PAP), de la izquierda democrática.
Perú vive un escándalo de corrupción destapado el pasado 12 de octubre cuando se conoció que en septiembre el abogado Alberto Quimper, director de Perú Petro, empresa pública promotora de inversión en hidrocarburos, y Rómulo León Alegría, ex ministro de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), habían cerrado un acuerdo ilegal para obtener una serie de lotes para la petrolera noruega Discover Petroleum a cambio de recompensas.
Tras conocerse una serie de conversaciones telefónicas que revelaban el ilícito, y mientras se prueba cuantos funcionaros públicos de alto nivel podrían estar involucrados, el presidente Alan García decidió de inmediato la formación de un nuevo gobierno.
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