Las farmacéuticas suizas se oponen a precios más bajos de los medicamentos en EE UU
El Congreso de Estados Unidos debate un proyecto de ley que pretende reducir el precio de los medicamentos. Sin embargo, los gigantes farmacéuticos, entre ellos Roche y Novartis, están presionando mucho para evitarlo.
El tema despierta acalorados debates al otro lado del Atlántico: Estados Unidos es uno de los países donde los precios de los medicamentos con receta médica son más altos. Muchos estadounidenses sudan la gota gorda para pagar sus facturas en las farmacias. Para remediar este problema, en el Congreso se está debatiendo un proyecto de ley elaborado en 2019 y rescatado de los cajones en abril pasado. Los gigantes de la industria farmacéutica, Suiza incluida, se oponen e intentan silenciosamente frenar la propuesta.
El proyecto de ley, conocido como Lower Drug Costs Now Act (o H.R.3), prevé que el sistema de seguridad social estatal Medicare pueda negociar los precios de los medicamentos directamente con las empresas farmacéuticas. De conseguirlo, se reduciría hasta en un 75% el precio de la insulina en un país fuertemente aquejado por la diabetes. A principios de mayo, una coalición de 16 organizaciones ciudadanas publicó una carta abiertaEnlace externo pidiendo al Congreso que promulgue este proyecto de ley lo antes posible.
En Estados Unidos, «algunos pacientes retrasan o renuncian a la atención médica debido a los precios [elevados] de los medicamentos. La gente se salta las dosis o corta las pastillas a la mitad”, afirma Matt McConnell, investigador de Human Rights Watch, una de las organizaciones que firmaron la carta abierta. «El Congreso tiene ahora la oportunidad de brindar un alivio a los millones de personas en Estados Unidos que luchan por pagar los medicamentos que salvan sus vidas».
Millones invertidos por Roche y Novartis
Sin embargo, la idea de que haya medicamentos más baratos no convence a todo el mundo en Washington. Desde el primer intento de aprobación de la Ley de Reducción de los Costos de los Medicamentos a finales del 2019, la industria farmacéutica inició una intensa campaña de cabildeo en contra entre los representantes del Congreso. Una ofensiva en la que participan las filiales estadounidenses de los gigantes farmacéuticos suizos Roche y Novartis.
Según los datos recopilados por el Center for Responsive PoliticsEnlace externo en el primer trimestre de 2021, los dos titanes helvéticos destinaron 3,13 y 2,17 millones de dólares, respectivamente, a una campaña de cabildeo en Washington. Aunque con el dinero se buscaba influir en temas diversos, una de las prioridades era frenar la Ley de Reducción de los Costos de los Medicamentos, así como la Ley de Costos Más Bajos para los Medicamentos (Lower Costs, More Cures Act), que es el contraproyecto que defienden los republicanos.
Estas negociaciones no son las primeras que realizan las dos empresas de Basilea: entre 2019 y 2020, Roche encabezó 44 declaraciones de cabildeo relacionadas con la Ley de Reducción de los Costos de los Medicamentos y Novartis, 13.
Los medicamentos suizos más vendidos en EEUU
Si la industria farmacéutica ha mostrado una billetera así de generosa es probablemente porque las sumas en juego son colosales. En 2020, las divisiones farmacéuticas de Roche y Novartis registraron ventas por 23 600 millones y 14 300 millones de dólares, respectivamente, en Estados Unidos (que representan el 53% y el 36% de los ingresos de su año fiscal).
Según estimacionesEnlace externo de la Oficina de Presupuesto del Congreso, permitir que el programa Medicare negocie el precio de los medicamentos directamente con los fabricantes podría suponer ahorros para el gobierno estadounidense superiores a los 456 000 millones de dólares en 10 años. Esto afectaría seriamente las ganancias de las farmacéuticas suizas.
Por ejemplo, el Rituximab de Roche (tratamiento contra el linfoma y la poliartritis), fue el duodécimo fármacoEnlace externo más vendido en Estados Unidos en 2019, y el segundo más comercializado por el gigante de Basilea. También fue el cuarto principal gastoEnlace externo de la Parte B del Medicare en Estados Unidos, con 1 730 millones de dólares desembolsados por el gobierno. El superventas de Roche es el Avastin (tratamiento para ciertos tipos de cáncer) costó al Tesoro estadounidense 1 030 millones de dólares en el mismo año.
Donaciones de campaña bien invertidas
Pero el cabildeo no es la única carta que están jugando las farmacéuticas en su cruzada para impedir la reducción de los precios de los medicamentos: el sector es una de las principales fuentes de donaciones políticas en Estados Unidos. «La industria farmacéutica ha donado más de 500 millones de dólares a los candidatos en las elecciones de 2020», según un reciente editorialEnlace externo de Max Richtman, presidente del Comité Nacional para Preservar la Seguridad Social y el Medicare. «Demasiados legisladores están influenciados por estos donativos y siguen siendo reacios a desafiar a la industria».
De hecho, a principios de mayo, diez miembros demócratas de la Cámara de Representantes sorprendieron a la opinión pública al anunciar su oposición a Ley de Reducción de los Costos de los Medicamentos, pues adoptaron una posición contraria a la de su propio partido. La mayoría de ellos tiene entre sus donantes a varias farmacéuticas importantes como Merck, Pfizer y Johnson & Johnson.
Los gigantes suizos también están bien representados, según datos del Center for Responsive Politics. Scott Peters, miembro demócrata de la Cámara de Representantes por California, recibió 7 500 dólares de Novartis y 7 000 dólares de Roche para su campaña de relección en 2020. Otros dos legisladores demócratas, Kurt Schrader (Oregón) y Tony Cardenas (California), recibieron 8 500 y 5 000 dólares, respectivamente, de Roche en 2020.
Estas sumas fueron visiblemente bien invertidas, ya que el futuro de la Ley de Reducción de los Costos de los Medicamentos es muy incierto en este momento: las 10 deserciones demócratas corresponden a la exigua mayoría que tiene el partido en la Cámara de Representantes. Por lo tanto, es posible que los pacientes estadounidenses tengan que esperar aún más tiempo para encontrar un remedio a los elevados precios de los medicamentos.
Traducción del francés: Andrea Ornelas
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