«Las ganancias, privadas; los costos, del Estado»
Suiza decidió esta semana rescatar al gigante bancario UBS. Un respaldo arriesgado, en opinión del experto financiero Rudolf Strahm.
El banco central helvético pagará 54 mil millones de dólares por los activos de riesgo del UBS, que hoy por hoy son incobrables.
Rodolf Strahm, en entrevista con swissinfo, analiza el paquete de ayuda gubernamental anunciado el jueves pasado (16.10) en la capital federal helvética.
swissinfo: ¿La compra de estos valores del UBS que ya no pueden venderse es un buen negocio, como dice el gobierno?
Rudolf Strahm: Considero que se trata de una declaración osada. El Ejecutivo minimiza el riesgo al presentar la situación como si pudiese ser un buen negocio para el país. De este modo, el gobierno quiso autoconsolarse ante el escenario desastroso.
Con la compra de todos estos valores –préstamos hipotecarios residenciales que el banco suizo tiene registrados en EEUU- a través del Banco Nacional, una parte de estos documentos se revalorizarán, pero en el caso de los más afectados, la pérdida será irreparable.
Los valores más deteriorados actualmente están entre el 9 al 15% de su precio original y siguen su caída. Aún cuando se duplicara o triplicara su valor actual, no alcanzarían la cifra con la que se recuperaría su costo. Naturalmente, esa pérdida la paga el banco central helvético.
swissinfo: Entonces el UBS no debe hacer frente a sus propias pérdidas con respecto a esos valores?
R.S.: Exactamente, no deberá hacerlo. Los riesgos de pérdida los asume ahora el Banco Nacional Suizo. El banco central y el UBS han acordado una repartición de ganancias, en el caso de que las hubiera.
Pero en el caso de que la nueva sociedad que se ha creado para la compra de estos papeles perdiera, el Banco Nacional Suizo pagará el 90% con el patrimonio nacional.
A pesar de todas las promesas del gobierno, esto funciona con el siguiente sistema: «Las ganancias para la iniciativa privada y los costos para el Estado».
swissinfo: ¿El gobierno no debería haber intervenido?
R.S.: El incendio está allí y debe ser apagado. Pero los incendiarios deberían ser más castigados y el combate al incendio debería mejorarse.
Si hace algunos años se hubiese exigido más capital propio de los dos grandes bancos, ese incendio se hubiera podido evitar.
Las actuales prescripciones sobre el capital propio de los bancos, que se conocen bajo el nombre de ‘Basilea II’ no se han acatado. No funcionan, y por eso hay que cambiarlas. La gran diferencia radica en el hecho de que los bancos evalúen sus propios riesgos. Esto representa la gran inseguridad de ese sistema y de allí se abrieron las puertas a la manipulación.
Un ejemplo: Antes de la crisis, el UBS cifró sus créditos de riesgo en alrededor de 800 millones de francos. Ahora debe contabilizar pérdidas de más de 40 mil millones de francos, nada menos que 50 veces más. En otras palabras: Esa medida sobre los riesgos es una posibilidad para la manipulación. Es necesario saber que los recursos propios suficientes son el único amortiguador que tiene efecto ante una crisis. De lo contrario, el Estado debe intervenir.
swissinfo: ¿Usted hubiera negociado de modo distinto?
R.S.: Personalmente, yo hubiese preferido el camino seguido por el primer ministro británico Gordon Brown: El Estado se hizo cargo de las acciones de los bancos en dificultad. Con eso, naturalmente, se asumen riesgos, pero también se participa en la revaporización posterior.
La mayoría de los países europeos y, más tarde, Estados Unidos, han elegido esa vía de solución.
Las autoridades suizas hacen exactamente lo contrario al comprar el 90% de los papeles invendibles y participan activamente en apenas el 10% de los títulos convertibles, con los que sólo podrán exigir ese reducido porcentaje de beneficios ante una eventual revaporización. Esa es una solución puramente orientada en los intereses bancarios y no en la óptica de las finanzas públicas.
swissinfo: ¿La medida afecta también al ciudadano común?
R.S.: Por ahora no hay consecuencias directas para el presupuesto federal. Pero tarde o temprano habrá pérdidas que afectarán al patrimonio público, ya sea a través de los haberes del banco central o de las autoridades federales. En ese momento el ciudadano pagará también, aunque no lo note de modo directo.
swissinfo: Junto con la inyección de capital al UBS se anunció una mejor protección de los clientes. ¿Sería este su terroncito de azúcar para pasar el trago amargo de la medida que implica miles de millones de francos?
R. S.: Esta es una importante medida de estabilización a fin de que no se incremente más el número de personas que están cerrando sus cuentas en el banco en riesgo, el UBS. Es una decisión para evitar que se descapitalice aún más de lo que ya está.
Yo saludo esta medida, pero soy de la opinión que ahora es necesaria una solución legal a través de un fondo que deben atesorar los bancos.
Hasta ahora no ha habido una verdadera solución, pues tras la decisión de este pago solidario de los valores invendibles del UBS, aún no hay garantías que la respalden.
Cabe decir que un aumento de las garantías ahora no serviría de nada a los actuales perdedores en la crisis. El Consejo Federal (gobierno) presentará un nuevo proyecto de ley que sólo mejorará las condiciones en caso de una próxima crisis.
swissinfo: Aquel que tenga su cuenta en un banco islandés ya ha sido perjudicado.
R.S.: Los clientes suizos del banco Kapthing de Islandia, que deberá cerrar, serán indemnizados con hasta 30.000 francos suizos. Ese dinero será reunido por los bancos de aquí. La Comisión Federal de Bancos organiza la acción de indemnización, pero durará un tiempo la tarea.
swissinfo: ¿El UBS se recuperará?
R.S.: Supongo que sí, porque el banco depende en gran medida de la gestión de fortunas. Sin esa fuente hubiera muy probablemente caído en la quiebra, tal y como ocurrió con varios bancos de inversión estadounidenses.
Espero que el UBS y el Crédit Suisse vendan más tarde sus áreas de inversión. Ese negocio debe ser financiado por accionistas en dólares y gestores especuladores. Suiza es demasiado pequeña para mantener ese tipo de bancos gigantes y ofrecer seguridad al mismo tiempo.
Y esta crisis demuestra que, de hecho, existe una garantía estatal para las dos grandes instituciones financieras. El Estado no puede dejarlas caer. Suiza sólo puede salvarlos a pesar de la gran dimensión de las dos entidades bancarias.
Entrevista swissinfo: Etienne Strebel
(Traducido del alemán por Patricia Islas Züttel)
Nació en 1943 en Emmental, cantón de Berna.
Estudió Economía y Administración en la Universidad de Berna.
Fue secretario de la organización civil ‘Declaración de Berna’ de 1974 a 1978.
Docente de la Universidad de Zúrich (1977/78)
Secretario general del Partido Socialista Suizo (del 1978 al 1985)
Diputado federal de 1991 a 2004.
Controlador nacional de precios de 2004 a octubre pasado.
Actualmente la garantía para los ahorradores en Suiza tiene un tope de 30.000 francos. De modo solidario, el sector bancario tiene un monto global destinado a estas indemnizaciones de un volumen máximo de 4 mil millones de francos.
En cambio, las cuentas del banco de correos helvético y la mayoría de los bancos cantonales se garantiza a través del poder público.
Muchos ahorradores han transferido sus cuentas del UBS o del Crédit Suisse a los bancos cantonales. Para evitar esa fuga que desvaloriza aún más a los dos grandes bancos helvéticos, el Gobierno Federal busca elevar el valor de la garantía ofrecida por la banca privada.
Berna busca orientar el monto a la par de la decisión en la Unión Europea, donde los ministros de Finanzas han acordado elevar la cuota de garantía de 20.000 a 50.000 euros. La Comisión Europea incluso propone una garantía de 100.000 euros.
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