¿Pueden las refinerías suizas adelantarse a los falsificadores?
Las refinerías suizas están en el punto de mira tras conocerse la noticia de que varios miles de lingotes de oro fueron grabados fraudulentamente con sus logotipos para blanquear oro ilícito. De cara al futuro, las refinerías confían en que las nuevas tecnologías les permitan ganar la partida a los falsificadores y proteger así su reputación.
“Los últimos lingotes falsos… están hechos de forma muy profesional”, declaró a Reuters Michael Mesaric, director ejecutivo de la refinería suiza Valcambi durante una reciente investigaciónEnlace externo sobre la falsificación de oro. Mesaric afirma que se han hallado ya varios millares de lingotes de oro falsos y advierte de que podría haber más en circulación.
Solo durante los últimos dos años, el banco estadounidense JPMorgan descubrió que tenía en sus cajas fuertes más de mil lingotes de oro de contrabando. Algunos de ellos llevaban el sello [falso] de las principales refinerías suizas.
Suiza procesa entre 2 000 y 2 500 toneladas de oro cada año, con un valor aproximado de 100 000 millones de dólares (100 000 millones de francos suizos).
Marcas registradas como Valcambi, PAMP, Argor-Heraeus y Metalor son algunas de las empresas más conocidas y fiables de la industria, lo que les convierte en víctimas de los falsificadores.
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Valor añadido suizo
«Hay [oro] de ciertos orígenes que no es comercializable», explica Mark PiethEnlace externo, experto suizo en el tema. “Los productos de India y de los Emiratos Árabes Unidos tienen un mercado limitado, solo pueden exportarse a India o a China. Pero no son aceptados por los bancos, al menos no por los bancos serios”.
En cambio, “los lingotes de oro suizos son comercializables. Los producen las refinerías de referencia, son considerados como lo mejor de lo mejor y esto tiene que ver con el control de calidad en Suiza. Es algo que funciona muy bien en Suiza”, dice.
Cada lingote que circula en el mercado lleva grabado su peso, contenido en oro, número de serie y sello del lugar de fabricación. El grupo Metalor ha sido uno de los afectados por los lingotes falsificados que descubrió JPMorgan en sus arcas.
“A principios de 2017, un banco tenía problemas para identificar números de serie idénticos en los lingotes de un kilo. Como el logotipo y el sello distintivo de Metalor habían sido poco imitados hasta entonces, los expertos detectaron rápidamente la falsificación. No hemos identificado ningún otro lingote falso de Metalor desde entonces” dijo a swissinfo.ch Antoine de Montmollin, director general de Metalor.
Los 2 000 lingotes falsos descubiertos por JPMorgan son muy parecidos a los reales. Esto complica la detección de lingotes falsos, lo que facilita la actividad ilícita de traficantes de drogas y señores de la guerra. La Administración Federal de Aduanas (AFD) confirmó a swissinfo.ch que se han presentado denuncias relacionadas con 655 lingotes de oro falsos de un kilo en el Tesino. Están vinculadas a seis casos distintos: tres fueron reportados ante la Fiscalía del Tesino para su investigación; los tres restantes fueron descartados porque ya tenían expedientes por denuncias previas hechas por las propias refinerías.
El cantón del Tesino es la sede de refinerías como MKS Pamp, Argor-Heraeus y Valcambi. En el caso de Neuchâtel, si bien hay empresas productoras de lingotes de oro, no se han presentado denuncias ante la policía cantonal, según Reuters.
Seguimiento minucioso
Los avances tecnológicos podrían impedir a los delincuentes materializar falsificaciones cada vez más perfectas, permitiendo a las refinerías protegerse.
Metalor afirma que la utilización de un sistema desarrollado por SICPAEnlace externo, líder mundial en la producción de tintas para la impresión de billetes, puede prevenir la falsificación. El sistema de SICPA permite verificar la autenticidad de los lingotes gracias a una lámpara especial y a un sello de seguridad que hacen extremadamente difícil la falsificación de un lingote de oro.
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“La principal amenaza y desafío, simultáneamente, es prevenir las falsificaciones y proteger nuestra reputación”, dice Montmollin. “Confiamos en que esta tecnología evitará nuevas adulteraciones”.
SICPA detalla que su tecnología, conocida como BullionProtect, ha sido adoptada por Metalor y otras dos compañías de la región Asia Pacífico que deben cumplir altos estándares de seguridad respecto al origen y las condiciones de extracción del oro que comercializan. “Estimamos que la adopción de sellos de seguridad en los lingotes de oro y en otros metales se acelerará en los próximos años”, añade.
Múltiples salvaguardas
Los sellos son fundamentales, pero son solo una pieza del rompecabezas en una cadena de suministros segura de extremo a extremo. “Un solo elemento de seguridad no es suficiente”, dice SICPA. “La solución debe incluir múltiples características visibles e invisibles que hagan que sea prácticamente imposible replicar cualquiera de los componentes de los sellos”.
MKS Pamp utiliza el sistema de escaneo VERISCAN para identificar los lingotes registrados, facilitando así la detección de falsificaciones.
La tecnología se especializa en la “topografía microscópica del metal como si se tratara de una huella digital o de un perfil de superficie”. Esto hace posible distinguir las minúsculas diferencias que puede haber entre dos lingotes de oro que parecen idénticos en forma, peso y tamaño.
Argor-Heraeus, con sede en el Tesino, también tiene un sistema similar. Sin embargo, estos sofisticados métodos de sellado están diseñados para entrar en operación solo después de que el oro se derrita, dice Pieth, lo que permite rastrear el paradero de los lingotes de oro “etiquetados” incluso fuera de Suiza.
En opinión del experto, esto no es suficiente.
Otro problema que aqueja a la industria del oro, según Pieth, es la falta de transparencia. La legislación para evitar el blanqueo de dinero solo contempla el oro con un nivel de pureza de entre 995 y 1000 milésimas.
Pero el oro en bruto que llega a Suiza solo tiene un grado de pureza de entre el 60 y el 80%, lo que lo deja fuera de las regulaciones para la prevención del blanqueo de capitales.
Esto es, la legislación antiblanqueo no entra en operación ni supervisa el proceso comprendido entre la salida del metal de la mina y su llegada a la refinería, solo se ocupa de lo que sucede después de su procesamiento, denuncia Pieth, experto en blanqueo de oro y autor de un libro recienteEnlace externo sobre este tema.
Así, prosigue, “las refinerías no saben cuál es el origen del oro. Solo conocen al intermediario que lleva el metal o tienen contacto directo con la mina cuando esta es muy grande. Pero desconocen si es artesanal o si su producción respeta reglas”.
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