Los accionistas de Credit Suisse rechazan la petición de remuneración de los ejecutivos
Los accionistas de Credit Suisse expresaron su frustración ante la inminente desaparición del banco votando en contra de una propuesta de paquete salarial de 34 millones de francos suizos (37 millones de dólares) para los directivos.
El banco celebró el martes la última Junta General de Accionistas de sus 167 años de historia antes de fusionarse con su rival UBS.
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Decenas de pequeños accionistas subieron al estrado para expresar su enfado con la dirección del banco y protestar por el hecho de que el valor de sus acciones se haya desplomado por debajo de un franco.
Votaron a favor de las propuestas para que el presidente Axel Lehmann y otros miembros del consejo continúen al frente de la empresa. Los accionistas también acordaron que se les pagará un máximo de 13 millones de francos suizos.
Sin embargo, la propuesta de conceder a los directivos, incluido el Consejero Delegado Ulrich Körner, hasta 34 millones de CHF de salario base no logró reunir el 50% de los votos necesarios: sólo el 48,23% de los accionistas estuvo de acuerdo.
«Tendremos que pensar qué hacer al respecto», respondió Lehmann. El consejo tendrá que proponer un nuevo paquete que los accionistas puedan aceptar.
Tras años de escándalos y pérdidas abrumadoras, el Gobierno suizo invocó poderes de emergencia para impulsar la venta de Credit Suisse al banco rival UBS el 19 de marzo.
Sin embargo, Credit Suisse seguirá operando como empresa separada durante los próximos meses hasta que se complete la adquisición.
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El segundo mayor banco de Suiza acabará integrándose en UBS, lo que supondrá el último capítulo de la historia de Credit Suisse, fundado en 1856.
El martes por la mañana, Lehmann se dirigió a los accionistas en la Junta General de Accionistas: «Es un día triste para ustedes y para nosotros. No hemos sabido sustituir los escándalos del pasado, y muchos titulares negativos, por perspectivas positivas».
Pidió disculpas en su nombre y en el de otros que estaban «al volante» cuando el banco se vio obligado a reconocer su derrota el mes pasado.
El consejero delegado Körner afirmó que el rescate de emergencia de UBS era la única opción de que disponía el asediado banco en marzo. «La quiebra de Credit Suisse habría sido desastrosa. No sólo para nosotros, sino para la economía mundial».
No se pidió a los accionistas que eximieran al consejo de su responsabilidad legal en los últimos 12 meses. Otro punto eliminado del orden del día fue la propuesta de conceder a los ejecutivos una prima de reestructuración, ya que el plan de reconversión nunca llegó a completarse.
El pasado mes de octubre, el banco anunció que se desharía de 9.000 empleados y de muchos de sus activos de mayor riesgo. Además, los inversores inyectaron 4.000 millones de francos más en Credit Suisse para mantenerlo a flote.
Pero el banco registró pérdidas de 7.300 millones de CHF en 2022, ya que los clientes perdieron la fe y retiraron activos por valor de 123.000 millones de CHF.
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