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Kosovo y Suiza, Suiza y Kosovo

Los militares suizos, Kosovo y la cuestión de la neutralidad

Coche en una calle de la ciudad de Prizren
Una calle en la ciudad de Prizren. Actualmente hay 195 soldados suizos destinados en Kosovo. Su presencia suscita ciertas dudas, sobre todo en Suiza. Keystone / Jean-Christophe Bott

Las tropas suizas forman parte de la misión internacional para garantizar la paz en Kosovo. Esta misión es clave para entender el debate sobre neutralidad en Suiza y comprender qué papel desempeña la OTAN.

Pocos países son más importantes para la neutralidad suiza que Kosovo. Sin embargo, la polémica sobre si Suiza pondría en peligro precisamente su neutralidad en Kosovo comenzó diez años antes de que el Estado más joven de Europa proclamara su independencia.

Suiza tiene presencia militar en Kosovo desde 1999, pocos meses después del final de la guerra. Desde entonces, la misión suiza, como parte de las tropas internacionales de la KFOR (Kosovo Force por sus siglas en inglés), se ha encargado de garantizar la paz en la región y lleva por consiguiente casi un cuarto de siglo integrado en las estructuras de la OTAN.

La finalidad de la KFOR fue establecida por la llamada Resolución de la ONUEnlace externo sobre Kosovo, lo que significa que está amparada por el derecho internacional y, por tanto, cumple la ley de neutralidad suiza. Sin embargo, hubo críticas en la política helvética. La izquierda denunció la militarización de la política exterior suiza; la derecha señaló que eso socavaba la neutralidad.

«En Suiza, el debate sobre el despliegue del ejército en el extranjero siempre ha estado vinculado al debate sobre la neutralidad, mucho más que en otros Estados neutrales», afirma Michael M. Olsansky, historiador militar y profesor de la Academia Militar ETH de Zúrich. Suecia e Irlanda, por ejemplo, también han aportado tropas para misiones de paz desde los años 50, y Austria es un pilar de la Kfor, según Olsansky.

Debates en Suiza: aislacionismo frente a apertura

Tras el final de la Guerra Fría, Suiza también empezó a replantearse su política de seguridad. Uno de los motivos fue el Informe de NeutralidadEnlace externo de 1993, que pretendía alejarse de una neutralidad excesivamente rígida, y el informe de 1999 ‘La seguridad a través de la cooperaciónEnlace externo‘, que profundizaba en la cooperación multilateral, también con la OTAN. Cuando se renovó completamente la Constitución Federal en 1999, Suiza definió la consolidación de la paz como un mandato del ejército, junto con la defensa nacional y el apoyo a las autoridades civiles.

Según Olsansky, las misiones suizas de paz revelan dos corrientes opuestas en el debate político en Suiza: aislacionismo frente a apertura.

Los círculos conservadores y aislacionistas nacionales, en particular, insisten en la neutralidad cuando se debate sobre cooperación internacional. «Sin embargo, no se trata de un debate sobre la ley de neutralidad, sino puramente sobre la política de neutralidad», señala el historiador militar.

Para él, el caso de Kosovo muestra la tensión que debe soportar la neutralidad. La misión Swisscoy, que en su día causó tanta controversia, en realidad no es problemática desde el punto de vista de la ley de neutralidad. El paso hacia el reconocimiento del Estado fue mucho más atrevido. «En este caso, Suiza se posicionó explícitamente en un conflicto de política exterior y adoptó una postura clara a favor de una de las partes en conflicto, ya que fue uno de los primeros países en reconocer a Kosovo en 2008».

Un soldado suizo con un traductor y un hombre en la calle
Recopilar información, mantener contacto con la población y las instituciones, y hacer sentir nuestra presencia. Esos son los elementos más importantes de la misión de Swisscoy. Keystone / Jean-Christophe Bott

«La tarea del ejército es la defensa nacional»

La mayor crítica a la misión Swisscoy procede de la organización Pro Schweiz. Se podría resumir en un rechazo tajante. Estacionar tropas en el extranjero no es compatible con la neutralidad del país, afirma Stephan Rietiker, presidente de Pro Schweiz. «La tarea del ejército es garantizar la defensa nacional, y no participar en misiones dudosas en otros lugares».

Pro Schweiz se considera aislacionista y decididamente crítico con la UE y la OTAN. La organización forma parte del partido conservador UDC.

Rietiker rechaza los argumentos esgrimidos por los partidarios de la misión suiza: consolidación de la paz, seguridad, freno a la emigración y solidaridad. «La OTAN es una parte beligerante, y trabajar con ella desde luego no fomenta la paz», subraya.

En opinión de Rietiker, las tropas suizas sólo son responsables de tareas secundarias en Kosovo y tendrían que solicitar protección militar a la KFOR en caso de emergencia. «Eso no sirve de nada a nadie y es un mero ejercicio de relaciones públicas. Se debería acabar cuanto antes», afirma el presidente de Pro Schweiz.

Las Fuerzas Armadas Suizas en el extranjero

El despliegue exterior más antiguo de Suiza se encuentra en la península coreana: el alto el fuego entre Corea del Norte y Corea del Sur es supervisado por una misión internacional, con miembros de las fuerzas armadas estacionados en PanmunjomEnlace externo desde 1953. Esta misión de paz de las Fuerzas Armadas suizas continúa: mientras Corea del Norte y Corea del Sur no concluyan un tratado de paz, Suiza no puede renunciar a su mandato.

En 1988, el Consejo Federal decidió ampliar la participación de Suiza en las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU. En las décadas transcurridas desde entonces, casi 14.000 miembros de las fuerzas armadas han sido desplegados en misiones militares de paz. Actualmente hay unos 280 miembros de las fuerzas armadas desplegados en 14 misiones en 18 países.

En Suiza, la protección de las fronteras no está garantizada y el ejército carece de personal suficiente, por lo que no se puede retirar a los militares y hablar de seguridad. El argumento de que la migración se vería frenada por la misión en Kosovo es un auténtico invento. «Nuestras fronteras en el sur están abiertas de par en par, mientras que nuestros vecinos se cierran en banda», añade.

El presidente pro Schweiz sólo está de acuerdo con la idea de la solidaridad, «pero debemos ser solidarios con la comunidad mundial y no unilateralmente con un grupo de Estados. Eso significa ofrecer nuestros buenos oficios a todo el mundo y prestar ayuda humanitaria en caso de emergencia». En este único punto, es concebible una cooperación laxa e informal con la OTAN.

Suiza avanza en la dirección equivocada, opina Rietiker. «El acercamiento progresivo a la UE y a la OTAN es evidente. Y también es obvio que eso está socavando la neutralidad de Suiza». Sin embargo, cree que, en última instancia, eso beneficia a Pro Schweiz y a sus proyectos políticos. Rietiker se refiere a la iniciativa de neutralidad de la UDC, que ha obtenido un gran apoyo, ya que la población ha reconocido por dónde quieren llevar la neutralidad la UE y la OTAN.

Grúa brindada suiza en Kosovo
Dentro de la KFOR, las tropas respectivas desempeñan diferentes tareas. Swisscoy desempeña un papel clave en el despliegue de equipos pesados o el transporte aéreo. VBS/DDPS / Sam Bosshard

«La misión Swisscoy es una mínima contribución a la solidaridad»

Otros ven las cosas de manera muy distinta. El experto militar y periodista Georg Häsler lo explica así: «La contribución suiza en Kosovo fue desde el principio una aportación deliberada al orden de seguridad europeo. El valor de la misión militar suiza aumentó significativamente con la invasión rusa a gran escala de Ucrania. «La estricta interpretación de la neutralidad suiza -tómese como ejemplo la prohibición de transferir material de defensa- fue motivo de irritación para muchos en Europa. La misión Swisscoy es una especie de contribución mínima a la solidaridad con nuestros aliados europeos».

Eso  mismo también se formuló explícitamente este año durante el debate parlamentario sobre la renovación del mandato de SwisscoyEnlace externo: «Con Swisscoy, Suiza aporta una contribución solidaria a la seguridad de Europa. Eso es […] especialmente importante porque nuestras manos están atadas hasta cierto punto en la guerra de Ucrania». Cancelar la misión sería visto internacionalmente como una afrenta.

En realidad, también tiene un beneficio práctico. Häsler afirma que «esta misión tiene una función bisagra. Los militares suizos colaboran estrechamente con las tropas de la OTAN. Eso crea conexiones y contribuye al entendimiento operativo mutuo: cómo funcionan las estructuras, cómo se toman las decisiones, cómo se cumplen las órdenes». Además, aunque la adhesión de Suiza a la OTAN no se pone en duda, la invasión rusa ha acercado a Suiza a la OTAN. «Las voces a favor de un intercambio más intenso con la OTAN son cada vez más fuertes».

La misión de la KFOR también plantea a otros países delicadas decisiones políticas, y da lugar a constelaciones peculiares. Por ejemplo, Grecia y Rumanía, dos países de la UE que no reconocen a Kosovo como estado, tienen presencia militar.

Aumenta la KFOR, Swisscoy se mantiene

La tensión entre Serbia y Kosovo no disminuye. De hecho, la KFOR ha aumentado su presencia en la zona. El mensaje es claro: estamos aquí para quedarnos. Los 195 soldados suizos siguen patrullando, siguen desempeñando su importante papel como tropas logísticas y de ingenieros en el seno de la KFOR. Recientemente, el Consejo Federal (Gobierno) ha decidido aumentar el contingente de 20 miembros de las fuerzas armadas a partir de abril de 2024.

Para Suiza, una región balcánica estable es importante no sólo desde una perspectiva geopolítica, sino también por las grandes comunidades de la diáspora de los países de la antigua Yugoslavia que viven en Suiza. Swisscoy demuestra que las misiones militares en el extranjero son una superficie de proyección cautivadoramente buena para plantear cuestiones sobre la neutralidad suiza en la agenda política.

Si bien el acercamiento de Suiza a la OTAN ha vuelto a ser objeto de polémicos debates a nivel político desde 2022, en la práctica ya se puso de manifiesto en la misión Swisscoy de 2019: Suiza proporcionó un comandante adjunto de la KFOR por primera vez ese año. De hecho, llegó a comandar tropas de la OTAN cuando ocupaba ese puesto.

Texto adaptado del alemán por Carla Wolff

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