V Suiza: nueva trampa en seguros de salud
El que emigra tiene que pensar en muchas cosas: rescindir contratos, organizar la mudanza, darse de baja de domicilio en su ayuntamiento y hacerse un nuevo seguro de enfermedad. Y hay que hacerlo en el orden correcto. Un problema del que casi nadie sabe nada.
Es una regla cuyas consecuencias pueden ser fatales. Una persona que deja su domicilio ya no puede, desde la fecha oficial de su marcha, contratar un seguro internacional de enfermedad con una aseguradora suiza. Este nuevo reglamentoEnlace externo procede de la FINMA y entró en vigor hace un año.
Dicho de manera sencilla, la Autoridad de Vigilancia especifica que la acción de asegurarse en el extranjero viene definida por el lugar donde se asegura el riesgo, o en otras palabras, “en función de la sede o del domicilio del tomador del seguro a la firma del contrato”.
Consecuencia: muchos emigrantes suizos han cometido el error de ponerse demasiado tarde a buscar una solución a su seguro de enfermedad en el extranjero, al haber salido ya oficialmente de Suiza. En ese caso es imposible firmar un seguro con una aseguradora suiza.
Información para emigrantes
Las siguientes compañías de seguros de enfermedad ofrecen soluciones internacionales en forma de seguros complementarios:
Swica «Global Care»Enlace externo
CPT «Assurance maladie internationale»Enlace externo
CSS «International Health Plan»Enlace externo
Soliswiss.chEnlace externo (para personas privadas y soluciones individuales)
Auslandkrankenkasse.ch (para empresas)
Seguro básico, inválido fuera de Suiza
En primer lugar hay que saber que toda persona con domicilio en Suiza tiene que estar obligatoriamente asegurada en una compañía de seguros de enfermedad. Es lo que se denomina seguro de enfermedad básico obligatorioEnlace externo. Se puede elegir la aseguradora que uno desee, pero el producto es siempre el mismo y está definido por la Ley federal sobre el seguro de enfermedad. Sin embargo, este no es el caso para los emigrantes suizos y los suizos en el extranjero, que no pueden llevar consigo su seguro básico, aunque eso sería mucho más cómodo.
A nivel legal, un seguro internacional de enfermedadEnlace externo es un seguro facultativo que viene regulado por la Ley de contratos de seguros. Al igual que los seguros complementarios se contrata de manera voluntaria por ambas partes. Para ello hay que cumplimentar un cuestionario que facilita a la compañía aseguradora información sobre el estado de salud y los riesgos de la persona que quiere asegurarse. La aseguradora fija entonces el importe de las primas en función de los riesgos, pero puede también rechazar la conclusión del contrato, lo que a veces les sucede a los emigrantes más ancianos, pues se les suele considerar de “alto riesgo”.
Algunas firmas ofrecen soluciones
Así pues, es preciso encontrar las aseguradoras de enfermedad que ofrecen esta prestación. Y no es fácil. En Suiza hay reconocidas más de 50 compañías de seguros de enfermedad, pero según las informaciones obtenidas por swissinfo.ch solo tres ofrecen ese producto: Swica, CPT y CSS (ver cuadro).
Ni visión de conjunto ni competencia
“Pero nadie lo sabe”, afirma enojado Peter Hug, responsable de cuestiones internacionales en la secretaría general del Partido Socialista suizo (PS). Hug se ha dedicado en los últimos tiempos a analizar la cuestión y se ha topado con una maraña de la que es imposible obtener una visión de conjunto o hacer comparaciones para fomentar la competencia.
Así ha llegado a la conclusión de que sería positivo que la Organización de Suizos del ExtranjeroEnlace externo (OSE) y el Ministerio de Asuntos ExterioresEnlace externo, así como la Oficina Federal de Salud PúblicaEnlace externo elaboraran unas listas transparentes y fácilmente accesibles con todas las aseguradoras de enfermedad que ofrecen soluciones para los emigrantes, precisando además las condiciones. En 2014 su partido presentó una interpelaciónEnlace externo al Consejo Federal (Gobierno). La respuesta llegó en 2015: el Consejo Federal no consideraba necesario cambiar las cosas.
Soluciones a medida
Nada ha cambiado en 2018. Uno de los motivos podría ser que algunos operadores de este pequeño segmento del mercado trabajan conjuntamente y por ello están poco interesados en fomentar la transparencia. Por ejemplo, un operador importante es la Fundación SoliswissEnlace externo, creada originalmente por suizos del extranjero para ayudar a otros compatriotas en situación precaria por razón de conflictos en el extranjero. Ese sigue siendo su principal objetivo, pero además ahora ofrece también servicio de agencia de seguros para los suizos en el extranjero, sobre todo en seguros de responsabilidad civil y enfermedad.
“Soliswiss propone también algunas buenas soluciones que no proceden del mundo de la aseguración suiza”, precisa Lara Frasconi, consultora de seguros. Esa situación puede además resultar ventajosa, porque las aseguradoras suizas no trabajan con exclusiones. Aceptan un cliente o lo rechazan en bloque. Sin embargo, con las aseguradoras extranjeras es posible firmar contratos que cubran ciertos riesgos y excluyan otros.
No obstante, Peter Hug contempla esas soluciones con cierto escepticismo. “El que se asegura en el extranjero tiene que tener certeza de que la aseguradora extranjera exista todavía cuando enferme y que pueda pagar”.
La odisea de un suizo
El suizo Christophe Margot, 45 años, sabe por experiencia qué agotador y complejo puede resultar el sistema del seguro de enfermedad. Ha vivido durante varios años en Bosnia Herzegovina, Vietnam e India, con estancias transitorias en Suiza. Es especialista en verificación de condiciones de trabajo justas en las fábricas que suministran productos al mercado suizo. Durante varios años ha fijado su residencia en los países señalados anteriormente, donde ha trabajado en empresas suizas o para otros empleadores. Normalmente, permanecía varios años en un destino y luego regresaba a Suiza por un periodo bastante largo antes de volver a partir al extranjero.
Obligado a cambiar continuamente
Margot tenía un seguro de enfermedad con CSS desde que era niño y le hubiera gustado seguir siendo cliente de esa aseguradora. “Para mí el principio de la solidaridad funciona así. Se pagan las primas de un seguro y se reciben las prestaciones que corresponda”, señala. Pero como durante cierto tiempo estuvo empleado en el extranjero por una empresa suiza, no pudo hacerse un seguro según el ‘International Health Plan’ de la CSS cuando vivió en Vietnam, aunque en realidad este es un producto a medida para quien vive en el extranjero. Tuvo que buscar otra solución.
Se dirigió a la aseguradora Cigna, especializada en seguros para diplomáticos y expatriados, así como para personas que realizan breves misiones en países de riesgo. De regreso a Suiza se vio obligado por ley a contraer un seguro básico con una aseguradora suiza, aunque hubiera tenido que volver al extranjero poco después. Habría preferido seguir con Cigna, pero la ley suiza no le dejaba opción.
Los problemas pueden volver a aparecer de nuevo dentro de algunos años cuando, por su trabajo, fije su residencia en otro país. No tiene ninguna garantía de que su aseguradora suiza le vaya a ofrecer solución alguna, aunque lleve ya varios años pagando sus primas. Por razones naturales, es siempre el cliente el que carga con estos cambios. A medida que vaya cumpliendo años la aseguradora ya no le considerará de “bajo riesgo” sino de “riesgo alto”, y finalmente preferirá no asegurarle o hacerlo en condiciones muy caras.
Swica es la menos complicada
Mientras tanto, Margot descubrió que la empresa Swica es la única aseguradora suiza que ofrece a sus asegurados de base pasar al producto ‘Global Care’ sin someterles a un examen de riesgos. La portavoz de Swica, Silvia Schnidrig, explica que “garantizamos el mantenimiento del seguro con una cobertura idéntica”. Ahora bien, si el cliente quiere ampliar su cobertura la aseguradora exige una valoración de los riesgos.
“Quien vive periódicamente en el extranjero necesita un seguro para las emergencias. Y no debe ser una solución de lujo”, afirma Margot. En su opinión debería de haber más aseguradoras que ofrecieran una solución sin revisión de riesgos. Y pide también una mejor información sobre las posibilidades existentes. Porque “quien se desplaza de su hogar a un país fuera de la Unión Europea debería poder obtener información lo antes posible. Cuando llega la fase del traslado ya es demasiado tarde”.
“Para personas como Margot, que se desplazan por todo el mundo, el modelo actual de aseguradora de enfermedad es agobiante y no adecuado a sus necesidades”, afirma Peter Hug. Y como si la situación en este nicho del sector de los seguros no fuera ya bastante complicada, hay además múltiples excepciones. Por ejemplo, existen convenciones bilaterales en materia de seguros sociales con los países de la Unión Europea. Quien se establece en la UE y recibe una pensión suiza puede conservar su seguro básico, pero tiene que pagar una “prima UE”, cuyo importe se define en función del país de residencia.
Sin embargo, la situación es un poco distinta para los pensionistas que viven en los países limítrofes con Suiza, que disponen del denominado “derecho de opción”, según el cual pueden optar entre mantener el seguro básico suizo o renunciar a él si prefieren asegurarse en el nuevo país de residencia.
El papel de la Autoridad de Vigilancia
Queda todavía por saber por qué la Autoridad federal de control de los mercados financieros FINMA interviene en esta maraña de seguros internacionales de enfermedad, lo que a primera vista parece algo difícil de comprender. La razón es de orden superior y está relacionada con las licencias de actividad dadas a las compañías de seguros. “En el ámbito de sus actuaciones de vigilancia, la FINMA garantiza que las compañías suizas no violan la legislación extranjera”, explica la autoridad de supervisión. Un elemento clave es la celebración de contratos con personas domiciliadas en el extranjero. “Como norma general estos contratos no se admiten si la compañía no dispone de licencia de actividad en el país correspondiente”, apostilla la FINMA.
Esto significa que una compañía suiza de seguros de enfermedad dispuesta a asegurar a los suizos residentes en el extranjero debería primero solicitar un permiso de actividad en el país de destino, un esfuerzo que toda aseguradora quiere evitar.
Traducido del alemán por José M. Wolff
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