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Misión imposible para «super Mario»

Giovanni Barone-Adesi conoce bien al nuevo dirigente de la BCE, al que describe como servidor público más que como banquero. usi.ch

El italiano Mario Draghi se convirtió en noviembre en el nuevo y tercer presidente del Banco Central Europeo (BCE) en sustitución del francés Jean-Claude Trichet.

Su llegada conlleva un cambio de personalidad, pero no de estilo, asegura Giovanni Barone-Adessi, condiscípulo suyo y profesor de la Universidad de Lugano.

Conocido como «super Mario», el nuevo Presidente del BCE se inauguró en la escena internacional con un sorpresivo anuncio realizado el pasado 3 de noviembre: una reducción 0,25 puntos en las tasas de interés, que las ubicó en 1,25%. La medida fue celebrada por los mercados y catapultó la bolsa de forma vertiginosa.

Para conocer más sobre Mario Draghi y su margen de maniobra en la nueva responsabilidad que enfrenta, swissinfo.ch entrevistó a Giovanni Barone-Adesi, economista tesinés que conoce bien al nuevo titular del BCE.

swissinfo.ch: ¿Cuáles serán los efectos que tendrá para Suiza la llegada de Mario Draghi a la cabeza del BCE?

Giovanni Barone-Adesi: Pienso que Mario Draghi es garantía de continuidad para la política de su predecesor Jean-Claude Trichet.

El BCE seguirá operando tal y como lo hace hoy, y dado que Philipp Hildebrand, presidente del Banco Nacional de Suiza (BNS) decidió fijar un tipo de cambio mínimo entre el franco y el euro (el 06.09), no debemos esperar grandes cambios para Suiza. Al menos, mientras esta paridad mínima se mantenga.

Además, recordemos que la política monetaria europea es similar a la que conduce el BNS. La única diferencia importante reside en que la zona euro es golpeada en el presente por una serie crisis fiscal.

swissinfo.ch : Italia mantiene el desafortunado récord de la deuda soberana más elevada del continente (1.9 billones de euros). ¿Un italiano a la cabeza del BCE es realmente una buena noticia?

G.B-A: Digamos que equivale sobre todo a un «no news». Como lo he dicho antes, Mario Draghi mantendrá las líneas de acción adoptadas previamente por el BCE porque son principios que defiende con fervor.

Pero incluso aunque deseara introducir cambios, no puede tomar decisiones importantes de forma individual. En el fondo, su rol es ante todo el de un mediador con el mundo político. Una función que desempeña con un nivel de excelencia.

swissinfo.ch : Justamente, ¿cómo definiría usted el perfil de “banquero” de Mario Draghi?

G- B.-A : Antes que banquero, Mario Draghi es un «servidor público». Toda su carrera ha estado al servicio del Estado italiano. Ha sido funcionario público de alto nivel prácticamente todo el tiempo, excepto por el paréntesis profesional que hizo para trabajar con el banco estadounidense Goldman Sachs (2002-2005), cuando Silvio Berlusconi regresó al poder como primer ministro.

Contra lo que suele ser una norma en la política italiana, en donde los titulares de cargos de envergadura se adhieren a toda costa a su puesto provocando dificultades y bloqueos, como sucede en la actualidad, Mario Draghi decidió hacerse a un lado voluntariamente.

Un gesto de una gran corrección que fue muy apreciado por el propio Silvio Berlusconi. Tras su pasaje por la banca privada fue llamado a gobernar el Banco de Italia.

Recuerdo que dejó pronto el mundo académico para consagrarse a la administración pública como sucedió antes con su padre, quien también fue funcionario en el Banco de Italia.

swissinfo.ch : Poca experiencia bancaria y un servidor público devoto. ¿Es verdaderamente el hombre ideal para timonear el BCE?

G.B.-A: El BCE es ante todo una institución dotada de un mandato extremadamente rígido. De hecho, yo creo que su mandato actual no corresponde a las necesidades actuales de Europa. Pero no es la propia institución la que puede modificar sus especificidades. Se requieren acuerdos políticos para cambiar su estructura esencial.

Estoy convencido de que, en la medida de lo posible, Mario Draghi será sensible a hacer del BCE una institución más abierta y realista con respecto a la situación actual.

Pero por ahora, las consignas a seguir son: rigor monetario y austeridad. Y Mario Draghi seguirá esta línea mientras los dirigentes europeos no generen un cambio de señales.

Su trabajo es, de hecho, una especie de misión imposible…

swissinfo.ch: ¿Misión imposible ha dicho usted?

G.B.-A: Sí. Creo que es prácticamente imposible salvar la integración europea en los términos en los que se diseñó, al menos en lo relativo a la moneda única. Tenemos que encontrar medios poco costosos para enderezar el camino antes de que la situación se torne completamente caótica.

swissinfo.ch: ¿Cuáles serían a su juicio los cambios necesarios ?

G.B.-A: O Europa pone fin a su unión monetaria y regresa al esquema antiguo de divisas múltiples, o promueve estructuras federales que permitan la transferencia de riqueza a los eslabones más débiles de la UE –como sucede en el seno de cualquier Estado Federal-; pero otorgar créditos cuyo pago de intereses impedirá a las propias economías avanzar es una política que solo ampliará la brecha en materia de competitividad, y que irá en detrimento de los países más endeudados.

Posiblemente, la mejor solución sea rediseñar la zona euro en donde se conserve una unión monetaria solo entre las economías más desarrolladas.

swissinfo.ch : El panorama que usted pinta se antoja desesperado…

G.B.-A: Me temo que lo es. A pesar de todos los esfuerzos realizados en materia política, los mercados desmienten como definitiva cada solución que les ha sido presentada. Y no es la primera vez que este escenario se produce.

Hay que afrontar la realidad antes de exista demasiada tensión en Europa. Deben encontrarse los medios para disolver la unión monetaria, para luego reintroducir dos o tres divisas, que integrarían a los países en grupos distintos según su nivel de desarrollo.

No obstante, es una solución que nadie quiere vislumbrar siquiera porque todos los miembros de la UE han invertido un gran capital político (en la zona euro) y ninguno desea aceptar una derrota. Por ello, debemos esperar aún varios años más de sufrimiento.

swissinfo.ch : ¿Varios años?

G.B.-A: Sí, creo que es inevitable, aunque sin duda las cosas podrían avanzaran un poco más rápido si Grecia se decidiera finalmente a abandonar la zona euro y a renunciar al pago de sus deudas.

Giovanni Barone-Adesi posee la doble nacionalidad italo-canadiense. Está casado, es padre de familia y vive en el Tesino desde mediados de los 90.

En 1976 concluyó sus estudios a viajó luego a EEUU para realizar un doctorado, mientras Mario Draghi regresaba de ese país.

Posteriormente, los dos jóvenes investigadores fueron contratados como docentes por Romano Prodi, en aquella época profesor de Economía en la Universidad de Bolonia.

Compartieron oficina durante un año y más tarde trabajaron juntos en la Oficina Nacional del Petróleo de Italia, periodo en el que viajaron juntos en reiteradas ocasiones.

Mientras Giovanni Barone-Adessi dejó Europa para continuar sus trabajos de investigación en EEUU, Mario Draghi entró al servicio público italiano para hacer carrera ahí, salvo por el pasaje profesional que hizo en Goldman Sachs (2002-2005).

Actualmente, Giovanni Barone-Adesi dirige el Instituto de Finanzas de la Facultad de Economía de la Universidad de Lugano, en la suiza de habla italiana. Es profesor de Teoría de las Finanzas desde 1998.

Nació el 3 de septiembre de 1947 en Roma. Antiguo funcionario de alto nivel del gobierno italiano y ex gobernador del Banco de Italia, asumió la Presidencia del Banco Central Europeo (BCE) el 1 de noviembre del 2011, en sustitución del francés Jean-Claude Trichet.

Obtiene la licenciatura en Economía y Comercio en la Universidad de Roma “La Sapienza” en 1970, y un doctorado en Economía en el Massachussets Institute of Technology (MIT) en 1976.

Fue director general del Ministerio del Tesoro Público entre 1991 y el 2001, a cargo de la política de privatizaciones de Italia.

Entre 1993 y 2001 presidió también el Comité para las Privatizaciones. Y fue miembro del consejo de administración de diversos bancos y sociedades en proceso de privatización como Eni, IRI, la Banca Nazionale del Lavoro o el IMI.

Del 2002 al 2005 fue vice-presidente para Europa de Goldman Sachs, el cuarto banco de negocios más importante del mundo.

El 24 de junio del 2011, durante la celebración de un Consejo Europeo, los Jefes de Estado y de Gobierno de Europa fue nombrado formalmente  nuevo Presidente del BCE.

Traducción, Andrea Ornelas

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