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Nace el salario mínimo en Suiza

La Unión Sindical Suiza pide un salario mínimo y ha lanzado una iniciativa en ese sentido. Keystone

El 80% de los países de la Unión Europea (UE) lo utiliza como herramienta para asegurar un ingreso digno para todos los trabajadores. En Suiza, sin embargo, hay 250.000 personas que trabajan a tiempo completo pero no llegan a fin de mes.

Neuchâtel dio el ‘sí’ el domingo pasado a un ingreso mínimo constitucional –aún no definido-, mientras Ginebra rechazó la misma iniciativa. Los avances del tema son un llamado de atención a las empresas, opinan los expertos.

Suiza despertó el pasado lunes con una noticia contrastada: la iniciativa para crear un salario mínimo –inscrito en la Carta Magna cantonal- recibió un 54% de votos a favor en Neuchâtel, mientras cosechaba el mismo porcentaje de votos contrarios en Ginebra.

Estos resultados podrían ser un barómetro de lo que sucederá a escala nacional con la iniciativa para crear un salario mínimo que presentará la Unión Sindical Suiza (USS) a principios de 2012 tras reunir 125.000 firmas de respaldo.

Los empresarios aseguran que imponer un salario mínimo será sinónimo de deslocalización de compañías y pérdida de empleos.

Pero la Universidad de Ginebra matiza posiciones y reconoce que Suiza tiene una deuda pendiente en materia de equidad salarial.

El triunfo de Neuchâtel

“Neuchâtel es un cantón con un gran peso sindical, donde existen ramas productivas, como la relojería, que se verían ampliamente beneficiadas con la creación de un salario mínimo”, explica a swissinfo.ch Jean-Marc Falter.

El Investigador del Observatorio Universitario del Empleo de la Universidad de Ginebra refiere que este cantón cuenta con un perfil completamente diferente, más financiero y menos sindical. Los ingresos, como consecuencia, tampoco son los mismos.

La Oficina Federal de Estadística (OFE) informó el pasado lunes que el salario promedio en Suiza es de 5.979 francos mensuales en la actualidad, pero los matices que construyen la media hacen grandes diferencias.

Mientras el grueso de los trabajadores de Neuchâtel gana 5.600 francos suizos al mes, sus homólogos ginebrinos perciben 7.000 francos.

Los economistas de la USS, Daniel Lampart y Stefan Rüegger, destacan que hay actividades donde las condiciones precarias son dramáticas. En actividades como la agrícola o los servicios de limpieza doméstica, el 60% de los trabajadores tienen salarios castigados.

Y la OFE confirma que es un lastre que afecta sobre todo a la población femenina y extranjera.

Ventajas y desventajas

¿Un salario mínimo en Suiza? La USS estima que aseguraría el derecho a un ingreso digno para cada suizo.

Sin embargo, organismos patronales como la Federación de Oficios de la Construcción expresan, como contrapeso, verdades que también son irrefutables: los salarios mínimos no han conseguido tasas de desempleo más bajas en los países que cuentan con ello.

Y añade que en un entorno recesivo como el que vive el mundo actualmente, imponer un salario mínimo suizo solo provocaría una mayor deslocalización de empresas y operaría como un poderoso freno a la creación de empleos.

Jean-Marc Falter matiza las dos posiciones.

El impacto que un salario mínimo puede generar en una economía depende del nivel del mismo –y si es congruente o no con las necesidades de la economía- y de cuán competitiva es una economía (a mayor competitividad, menos impacto).

Pero acepta que es completamente cierto que “en Suiza 6% de la población activa –unas 250.000 personas- son working poors o personas que trabajan a tiempo completo, pero devengan salarios incapaces de permitirles una vida decorosa”.

Suiza tiene un compromiso con esos trabajadores frágiles y mal pagados, apunta el experto y refiere que la creación de un salario mínimo es un camino para ello, pero están también las convenciones colectivas de trabajo (CTT) ya existentes, cuyo objetivo es justo éste.

Y existe una tercera vía que son las ayudas públicas dirigidas de forma concreta a los grupos más vulnerables.

Un asunto político

En el documento de investigación “Salario mínimo: situación y medidas necesarias”, la USS denuncia que las CCT no son garantía de bienestar para los trabajadores porque no cumplen su objetivo a cabalidad.

Hay CCT que incluyen una referencia mínima de salario para los trabajadores que protegen y otras no, refiere Falter.

En Suiza, 50% de los trabajadores que gozan de los beneficios de una CCT lo hacen también de un ingreso mínimo garantizado, muy por debajo de países como Austria (99%), Finlandia (90%), Suecia (91%), Dinamarca (83%) o Noruega (70%) que también carecen de la figura legal del salario mínimo, pero no así de una garantía de ingreso mínimo para sus trabajadores.

La creación de un salario mínimo es una cuestión de normativa, pero sobre todo un tema político, afirma el experto del Observatorio Universitario del Empleo de la Universidad de Ginebra. “Los sindicatos intentan expresar a los patrones que si no son serios en el cumplimiento de las CCT deberán enfrentarse a una mayor intervención del Estado vía la existencia de un salario mínimo”.

El proyecto de un salario mínimo busca garantizar una mayor equidad entre los trabajadores, pero también busca provocar un sentimiento de justicia entre la población, un factor que no debe ignorarse.

Por el momento, Neuchâtel hizo ganar una primera batalla a favor del salario mínimo generalizado en Suiza, pero el vencedor de la guerra se mantiene con puntos suspensivos, al igual que la “cifra mágica” que habría de constituir un piso salarial mínimo en Suiza, que de establecerse en los 4.000 francos que pide la USS, triplicaría la media vigente en Europa.

En Suiza, los salarios se negocian por sector en el marco de los llamados Convenios Colectivos de Trabajo (CCT).

Cerca del 50% de los salarios del país están cubiertos por una CCT, pero no todos los convenios consideran un salario mínimo.

En opinión de sindicatos como Unia, los CCT han perdido poder y no corresponden a las verdaderas necesidades de los trabajadores.

Un salario mínimo, sostienen, devolvería al mercado laboral el equilibrio que hoy le falta.

Suiza: 3.3261 euros (4.000 francos)*

Luxemburgo 1.570 euros

Irlanda 1.403 euros

Reino Unido 1.361 euros

Países Bajos 1.301 euros

Bélgica 1.259 euros

Francia 1.365 euros

Grecia 680 euros

España 650 euros

Malta 585 euros

Eslovenia 522 euros

Portugal 470 euros

República Checa 290 euros

Hungría 258 euros

Polonia 245 euros

Eslovaquia 217 euros

*Propuesto por la USS

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