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«Nada fundamental ha cambiado en los bancos suizos»

La filial suiza del banco británico HSBC es el centro de un escándalo de evasión fiscal que comenzó en los primeros años del nuevo milenio. Reuters

¿Las prácticas de la sucursal ginebrina del HSBC reveladas por la prensa pertenecen al pasado, como sostiene el sector bancario suizo? El historiador Hans-Ulrich Jost lo niega. A su juicio, los bancos siempre han sabido adaptarse a las exigencias internacionales para preservar su floreciente negocio.

Más de 189 000 millones de francos transitaron en secreto por la sucursal suiza del banco HSBC entre 2006 y 2007, según la investigación que ha llevado a cabo una red mundial de 150 periodistas. Este trabajo, conocido como ‘SwissLeaks’, se basa en los datos que sustrajo el exinformático Hervé Falciani al citado banco y revela que el HSBC no solo ayudó a sus clientes extranjeros a evadir el fisco, sino que amparó también las cuentas de traficantes y criminales.

Las revelaciones sobre las prácticas de evasión fiscal de la sucursal suiza del HSBC no preocupan excesivamente a la Asociación Suiza de Banqueros (ASB). “Estamos convencidos de que todo el mundo sabe hoy que la plaza financiera reajustó sus prácticas hace años”, escribe la organización en un comunicado.

Se han aunado esfuerzos, sobre todo, en materia de conformidad, señala Thomas Sutter, portavoz de la ASB. Las relevaciones se refieren a antiguas prácticas de un solo banco, dice. “Pero está claro que titulares como estos en la prensa nunca son positivos a corto plazo”, reconoce.

Fuente: Agencia Telegráfica Suiza (ATS)

Un nuevo revés para la imagen de la plaza financiera suiza. Hans-Ulrich Jost, profesor emérito de Historia Contemporánea en la Universidad de LausanaEnlace externo, no descarta otras revelaciones embarazosas para el país alpino.

swissinfo.ch: ¿Le han sorprendido las revelaciones sobre el HSBC en Ginebra y sus prácticas de evasión fiscal?

Hans-Ulrich Jost: En absoluto. Se habla de escándalo, cuando son los métodos que los bancos suizos han utilizado desde la Segunda Guerra Mundial para optimizar su acceso al mercado. En cambio, sí me sorprende la enorme envergadura de este asunto, pues según las revelaciones de la prensa, el HSBC gestionaba, en su gran mayoría, capitales de origen dudoso.

swissinfo.ch: ¿Se puede atribuir a una falta de control por parte de las autoridades suizas?

H-U.J.: En Suiza nunca se han desarrollado seriamente medidas e instituciones de control. La Asociación Suiza de Banqueros siempre ha ejercido una gran presión – y con éxito – sobre el sistema político para evitar que se impusieran controles rígidos.

swissinfo.ch: Esos ‘SwissLeaks’ se remontan a mediados de la década de 2000. Pero desde entonces el secreto bancario se ha flexibilizado bajo la presión de Estados que buscan optimizar sus ingresos fiscales. ¿No son prácticas que pertenecen definitivamente al pasado?

H-U.J.: No, a mi juicio, en los próximos años saldrán a la luz casos similares. Nada fundamental ha cambiado en los bancos suizos. El UBS, el número uno de los bancos suizos, es el ejemplo típico de salvaguardar esta estrategia dudosa, pese a todas las normas internacionales y a todas las promesas que ha hecho.

swissinfo.ch: Pero no puede negar que el paso al intercambio automático de información marcará un punto de inflexión para la plaza financiera suiza.

H-U.J.: Es cierto, Suiza ha hecho concesiones cuando no le ha quedado más remedio: entregó, por ejemplo, datos bancarios a Estados Unidos y lo hará próximamente con los países de la OCDE en el marco del intercambio automático de información.

El origen de los capitales que fluyen hacia la plaza financiera suiza, sin embargo, demuestra cómo desde hace unos veinte años los bancos están cambiando de estrategia y se están reorientado hacia otros mercados.

En África, Asia o en los países de la antigua URSS hay mercados muy rentables donde no se necesita concluir un acuerdo para verificar el origen ilícito de los fondos. Su nombre cambiará un poco, pero en la práctica, el secreto bancario se mantendrá.

swissinfo.ch: Durante mucho tiempo, el sector bancario y las autoridades suizas defendieron a ultranza el secreto bancario. En el marco del intercambio automático de información, los bancos mostraron una actitud proactiva para ceñirse a los nuevos estándares de la OCDE. ¿Cómo explica usted este cambio?

H-U.J.: Es una estrategia típicamente suiza. Las autoridades tienden siempre a defender el ‘statu quo’ el máximo tiempo posible, al menos en el plano retórico. Kaspar Villiger, entonces ministro de Finanzas y luego presidente del consejo de administración del UBS, no cesó de insistir en que el secreto bancario no era negociable. Y Hans-Rudolf Merz, su sucesor, lo reiteró incluso en 2008: “A quienes atacan el secreto bancario les aseguro que se dejarán la piel en su empeño”.

Las autoridades tienden siempre a defender el ‘statu quo’ el máximo tiempo posible, al menos en el plano retórico

Al mismo tiempo, los bancos ya se estaban adaptando a las nuevas exigencias para tratar de encontrar otro acceso al mercado. La historia se repite desde el siglo XVIII: Varios países atacan a Suiza porque consideran estas prácticas inmorales, muchas veces por razones egoístas. Suiza se resiste un poco y busca enseguida otras soluciones.

swissinfo.ch: Desde la crisis de 2008-2009, la evasión fiscal es moralmente indefendible y la transparencia se ha vuelto un imperativo en todos los campos, incluido el financiero. ¿No se trata de un cambio históricamente importante?

H-U.J.: Yo no creo en ese cambio fundamental del que nos hablan desde hace varios años. Todo el mundo piensa que ingresar dinero en un banco es una operación visible y transparente. No lo es: mientras estábamos ofuscados por el fin del secreto bancario, en los últimos cinco a diez años han visto la luz múltiples construcciones jurídicas y financieras.

Las finanzas internacionales se han vuelto más complejas y la transparencia es tan limitada como antes. Además, a menudo estas nuevas prácticas ni siquiera violan la ley, por ejemplo, la optimización fiscal que practican las multinacionales. Cambian las formas y los métodos, pero no el espíritu ni el objetivo.

Cambian las formas y los métodos, pero no el espíritu ni el objetivo

swissinfo.ch: Los trust, precisamente, se incluirán en los nuevos estándares de la OCDE sobre intercambio  automático de información. ¿No es una etapa importante?

H-U.J.: Es una cortina de humo. Los trust, en realidad, no son controlables en el sistema financiero internacional: ya se han encontrado mecanismos sofisticados para ultrapasar ese control. Se obliga a los pequeños ahorradores a regularizar su situación, pero las grandes fortunas, en sí bien posicionadas en los mercados internacionales, siempre encontrarán una manera de eludir impuestos. 

swissinfo.ch: ¿La presión internacional sobre Suiza no ha alcanzado una dimensión sin precedentes?

H-U.J.: No es la primera vez que los bancos suizos tienen que hacer frente a un fenómeno de esta índole. A finales de la Segunda Guerra Mundial, la plaza financiera helvética soportó una gran presión a raíz de los haberes alemanes en bancos suizos. Algunos temían entonces que Estados Unidos se apoderaría del sistema bancario suizo. Pero las cosas se solucionaron en el marco del Acuerdo de Washington de 1946: Suiza pagó 250 millones de multa en oro y asunto concluido.

Hans-Ulrich Jost, doctor en Historia y Filosofía, fue profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Lausana hasta 2005.

Oficial del ejército suizo y piloto de caza, nunca ocultó su simpatía por la izquierda. Es uno de los historiadores que han intentado fomentar en los suizos a una lectura más realista de su pasado, sobre todo respecto a la Segunda Guerra Mundial.

swissinfo.ch: De sus palabras se desprende cierto fatalismo. ¿No hay ninguna otra solución para luchar contra la evasión fiscal a escala mundial?

H-U.J.: La historia nos enseña este fatalismo. Suiza, con su posición geoestratégica muy interesante, su sistema político estable y a la vez discreto, será siempre un país interesantes para quienes quieran poner a salvo su dinero. Y cabe señalar que el balance es bastante positivo: pocos países disponen de reservas financieras tales que pueden sobrevivir a las presiones internacionales. En el siglo XVIII, el cantón de Berna ya era el banco más importante de Europa. Ahí reside la fuerza de Suiza: puede movilizar un potencial financiero e industrial extremadamente poderoso, en un contexto político muy discreto. Y siempre con el respaldo de la mayoría de la población.

swissinfo.ch: ¿Los ciudadanos no están cambiado de rumbo?

H-U.J.: La mentalidad no ha cambiado en absoluto. La población siempre se ha quejado de los bancos. En los años 1920, por ejemplo, estaba hasta la coronilla de las inversiones internacionales de los bancos que hacían subir los tipos de interés hipotecarios en Suiza.

En los bares se critica a los bancos, pero en las urnas, los ciudadanos votan siempre a favor de las ventajas que les proporciona el sistema.

Traducción del francés: Belén Couceiro

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