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No habrá votación sobre los pactos Rubik

Los suizos no votarán los acuerdos fiscales con Alemania, Gran Bretaña y Austria. Keystone

Los opositores a los acuerdos fiscales que Suiza ha firmado con Alemania, Gran Bretaña y Austria no han reunido las firmas necesarias para someterlo a una votación nacional el mes próximo.

Los suizos no acudirán a las urnas el próximo 25 de noviembre para expresar si apoyan o no los llamados acuerdos Rubik que Suiza firmó con Alemania, Gran Bretaña y Austria.

La Cancillería (Ministerio de la Presidencia) helvética reveló este martes que de las 50.000 firmas requeridas para que se realizara una votación popular, el acuerdo con Berlín consiguió 48.533; el convenio con Londres, 47.554; y el negociado con Viena, 46.848.

Los acuerdos Rubik buscan preservar el secreto bancario a partir de una fórmula salomónica: Suiza debe pagar a las haciendas extranjeras los impuestos derivados de las inversiones de sus ciudadanos en la banca helvética, pero mantiene la confidencialidad de los nombres.

Los gobiernos de Londres, Berlín y Viena apoyan el impuesto liberatorio, como se conoce técnicamente el esquema, que ha despertado el interés de Italia, España y Grecia, entre otros.

Sin embargo, suscita desconfianza en la Comisión Europea. Según Bruselas, contradice el espíritu de colaboración fiscal internacional que enarbolan la Unión Europea (UE), Estados Unidos y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Opositores y defensores

Los principales opositores a los pactos Rubik – la conservadora Acción por una Suiza Independiente y Neutra (ASIN) y los Jóvenes Socialistas – recurrieron al referéndum, aunque por causas muy distintas.

La ASIN consideraba que un acuerdo de este tipo es “inaceptable y degradante” para la libertad de Suiza, ya que supone que Berna se rinde una vez más ante las exigencias de la comunidad internacional.

Los Jóvenes Socialistas, por su parte, lo rechazaban porque consideran que Suiza debe abrirse al intercambio automático de información y abolir definitivamente el secreto bancario.

En el extremo opuesto, la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) y la Asociación de Bancos Extranjeros de Suiza (ABES) se muestran favorables a los acuerdos, ya que consideran que permitirán a los gobiernos europeos obtener nuevos fondos, al tiempo que se preserva el anonimato de los clientes extranjeros de la plaza financiera suiza, evitando con ello una fuga de capitales que podría desestabilizar el sistema bancario helvético.

Obstáculos alemanes

En Alemania también hay oposición. Tanto los socialistas como los Verdes –que poseen mayoría en el Legislativo- han amenazado con rechazar el acuerdo del impuesto liberatorio, porque en su opinión constituye un premio para los evasores.

La agenda política alemana prevé que este acuerdo sea analizado y votado en noviembre próximo.

Por ello, y en un intento por ganar adeptos, Patrick Odier, presidente de la Asociación Suiza de Banqueros, así como como Michael Ambühl, secretario de Estado para Asuntos Financieros Internacionales, viajaron a Berlín el pasado 24 de septiembre y se reunieron con parlamentarios para explicar el impuesto y hablar sobre las bondades de este compromiso fiscal.

El futuro del convenio no está claro. Se prevé que la decisión de Alemania tendrá un efecto sobre las de Gran Bretaña y Austria. Pero Suiza ha expresado, en voz de Ambühl, que su posición será inequívoca en caso de un fracaso: “Será un sí, o un no, pero no habrá renegociación del acuerdo”.

España manifestó en junio su interés por negociar un acuerdo Rubik con Suiza, según confirmó la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales (SIF) en Berna.
 
Según la Asociación de Banqueros Privados Suizos (ABPS), la ventaja de un pacto Rubik para España reside en la llegada de recursos frescos en el periodo de crisis que vive el país, pero también en la posibilidad de asegurar que las cuentas en Suiza de españoles serán fiscalizadas de forma permanente en el futuro.
 
España tiene en marcha una amnistía fiscal hasta finales de noviembre. Esta permite a sus contribuyentes con cuentas en el extranjero declararlas voluntariamente a cambio del pago de un impuesto equivalente al 10% del patrimonio en cuestión.

Los acuerdos Rubik buscan regularizar las cuentas no declaradas de extranjeros en Suiza. Primero, a través del pago de una multa o castigo que varía en función del monto no revelado. Segundo, vía el pago periódico de un impuesto por los intereses que generan las inversiones.

Los tres gobiernos que tienen acuerdos de este tipo firmados con Suiza son Alemania, Gran Bretaña y Austria.

El Parlamento suizo los aprobó en junio de 2012, pero falta aún que lo respalden los Legislativos de esos tres países europeos.

El castigo inicial que tendrían que pagar los contribuyentes extranjeros para regularizar sus cuentas: en los casos de Alemania y Gran Bretaña: entre el 21 y el 41% del valor de los fondos; en el de Austria: entre el 15 y el 38%.

Posteriormente, el impuesto que se cobraría regularmente sería equivalente al 26,4% de los intereses generados por las cuentas en el caso alemán; entre el 28 y el 48% en el caso británico; y del 24% para los austriacos.

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