Nuevos trenes suizos para el Cristo Redentor
Ubicado en el cerro del Corcovado, la estatua del Cristo Redentor es el mayor símbolo de la ciudad de Río de Janeiro, además de ser considerada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
Todos los días, cientos de personas, entre lugareños y turistas de Brasil y del exterior, suben al Corcovado para verlo.
Para llegar a lo alto de la colina, la mayoría de estas personas utilizan el tren que parte del barrio Cosme Velho, en el sur de la ciudad, para ascender a los pies del Cristo.
Los curiosos trenes de color rojo que van al Corcovado desde hace más de tres décadas se fabricaron en Suiza, por la empresa tradicional Stadler, que cuenta con instalaciones en los municipios de Bussnang (cantón de Turgovia), Altenrhein (San Gall) y Winterthur (Zúrich).
Ahora, la compañía ferroviaria de Corcovado, una firma brasileña que gestiona el acceso en tren hasta el Cristo Redentor, intenta adquirir tres nuevos trenes a Stadler, pero se enfrenta con algunos de los requisitos federales que están retrasando la finalización de la oferta.
Según la dirección de esta compañía, la inversión necesaria para la compra de dos nuevos vagones en Suiza es de cerca de 20 millones de reales. Sin embargo, el plazo de la financiación que la empresa consiguió en el mercado para obtener el crédito necesario para cerrar el trato con los suizos es mayor que el tiempo restante de concesión pública para operar las líneas.
Por lo tanto, la Secretaria de Patrimonio de la Unión (SPU), organismo dependiente del Ministerio de Planificación, no ha autorizado todavía la propuesta de la compra propuesta a Stadler.
Según el director de la compañía ferroviaria de Corcovado, Sávio Neves, desde 2009 la solicitud de compra de nuevos trenes en Suiza está en espera de una respuesta de la SPU. Además de este retraso, como reclaman los miembros de la empresa brasileña, hay que añadir otros tres años necesarios para la producción de vagones en Suiza.
El deseo de los brasileños es resolver las disputas con la SPU en los próximos meses, para así tener tiempo de efectuar la solicitud de la compra de dos nuevos trenes de Stadler hasta agosto de 2014: “Queremos que los trenes llegan antes de agosto de 2014. A continuación, los técnicos suizos llegarán a Río para ayudarnos a ajustar el tren” dice el gerente de la empresa de mantenimiento del tren de Corcovado, José Joaquín Pinto de Araújo.
A medida
Este ingeniero explica que Stadler hará nuevos trenes “a medida” para el Corcovado, por lo que hay que esperar la confirmación del acuerdo para poner en marcha la producción: “Los nuevos trenes mantendrán las mismas características que los originales, con una tensión de 900 voltios y el mismo patrón de suministro de energía. No vamos a tocar absolutamente nada, los trenes tendrán un patrón específico para nuestro recorrido”.
Si las similitudes con el tren original son enormes, las diferencias están encaminadas a mejorar el servicio al cliente. Sávio Neves destaca que los nuevos trenes de Stadler “ofrecen un ahorro de energía del 30% e incorporan varias innovaciones tecnológicas de ingeniería ferroviaria de los últimos 30 años”, además de ser más cómodos: “Los nuevos vagones tienen aire acondicionado, son panorámicos y tienen más espacio entre los asientos”, dice el director.
Pinto de Araújo señala que “hay una serie de ventajas” técnicas en las nuevas máquinas que harán el trayecto Cosme Velho-Corcovado: “Va a ser un tren con una velocidad algo mayor, que alcanzará los 25 kilómetros por hora. La ruta, que actualmente se hace en 17 minutos, se llevará a cabo en solo 12”.
Otro cambio importante afecta al sistema de frenado: “El sistema actual es hidráulico y el nuevo será con aire. El nuevo tren dispone de un convertidor de frecuencia para la variación de la velocidad. Habrá una regeneración de la energía y se va a poder aprovechar la energía del tren cuando esté descendiendo”, añade Araújo. Los nuevos vagones también tendrán espacio para guardar bicicletas y patinetes.
Fin de las colas
Además de la mejora en tecnología y la comodidad, la compra de nuevos trenecitos para el acceso al Cristo Redentor promete ayudar a terminar con un problema conocido para aquellos que optan por subir el Corcovado de esta manera: las colas. En la actualidad, la capacidad máxima es de 340 pasajeros por hora, pero puede subir hasta 540 a 600 pasajeros por hora: “Esto será de gran ayuda a nuestro flujo, que ha aumentado del 20 al 30% anual en los últimos años”, explica Araújo.
Respecto a la elección de Stadler como fabricante de los nuevos trenes, el jefe de mantenimiento de la compañía afirma que fue una decisión natural. “Consideramos a Stadler como uno de los mayores fabricantes de ferrocarril de montaña. Su calidad es excelente. Tanto es así que nuestro tren completó el pasado 9 de marzo 32 años de funcionamiento y se encuentra todavía en perfectas condiciones. Pero, por desgracia, ya no atiende nuestra demanda, porque el crecimiento ha sido muy fuerte”.
Un incidente ocurrido el 25 de febrero volvió a agitar el debate sobre la necesidad de comprar nuevos vagones de tren para el acceso al Corcovado y la estatua del Cristo Redentor.
Ese día, un tren con 50 pasajeros descarriló, saliendo tres centímetros de las vías, lo que interrumpió el tráfico y el acceso de turistas prácticamente durante todo el día.
El descarrilamiento no causó heridos ni pánico ya que el tren circulaba a 5km/h y los pasajeros fueron evacuados sin dificultades, a la altura de la estación de la Estação das Paineiras.
(Traducción: Iván Turmo)
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