Todos construyen en la periferia, pero nadie ocupa las viviendas
Hay suficientes viviendas, pero están en el lugar equivocado. La fotógrafa Sophie Stieger ha documentado esta paradoja helvética.
En los centros urbanos – por ejemplo, en Zurich, Ginebra o Basilea – cientos de personas hacen cola para visitar un apartamento vacío. En las zonas rurales, en cambio, las nuevas urbanizaciones están vacías. Y en las zonas periféricas, como el Jura o el Tesino, pueblos enteros pueden caer en el abandono.
Hay dos fenómenos que conducen a la aparición de apartamentos vacíos en Suiza: Las personas que habitan en las regiones periféricas económicamente débiles emigran para encontrar trabajo. En casos extremos, las casas permanecen vacías durante tanto tiempo que caen en desuso.
Pero incluso en la próspera planicie helvética hay regiones rurales en las que los asentamientos recién construidos siguen medio vacíos. Los propietarios intentan atraer a los clientes potenciales con alquiler gratuito en los primeros meses, vales de compras o contribuciones para el pasaje en tren a una ciudad cercana. Mientras que 56 518 apartamentos estaban vacantes en Suiza en 2016, la cifra es de 75 323 en 2019, lo que corresponde a una tasa de departamentos vacíos de 1,66.
La razón de esta oferta exagerada ha sido el auge de la construcción en los últimos años en el campo, a pesar del éxodo rural. Pero, ¿por qué los inversores construyen en áreas donde no hay demanda?
“La presión para invertir es la culpable: los fondos para el retiro, otros fondos financieros y los inversores privados deben o quieren generar beneficios. «Los bonos ya no son interesantes, las acciones son poco seguras, y si dejas el dinero en la cuenta bancaria, tienes que pagar intereses negativos», explica el experto en bienes raíces Michael Hauser.
Algunos inversores se dicen a sí mismos: «Incluso si solo alquilo dos de cada diez apartamentos, esa sigue siendo la mejor manera de invertir dinero». Sobre todo, porque en los últimos años la mitad de los ingresos en bienes inmuebles eran beneficios contables de las valorizaciones inmobiliarias.
En otras palabras, mientras los precios de los bienes inmuebles en Suiza sigan subiendo, la construcción continuará, sin importar dónde. Económicamente y desde el punto de vista de la sostenibilidad, construir en un lugar equivocado es una tontería, según Hauser. «Desde un punto de vista ecológico, sería más inteligente mantener el dinero en el banco en lugar de invertir en bienes raíces que no se necesitan. Especialmente desde que Suiza se queja de la expansión urbana.
Los precios caerán
¿Cuál es el siguiente paso? Según Hauser, como seguirán viviendas vacías en las zonas rurales y «aunque casi no habrá pisos vacíos en las ciudades, los precios bajarán en el futuro».
Y eso es bueno y malo. «Los inquilinos pueden esperar precios más bajos. Sin embargo, esta alegría no será permanente. También resulta desagradable que el consumo de espacio aumente con precios más bajos y que nos alejemos del objetivo de una sociedad con gasto energético reducido”
Daño social
Hauser no teme que las propiedades terminen por decaer sin ser usadas. «Los bienes raíces son robustos», dice.
Pero otro bemol subsiste: Bien puede ser que en un municipio la gente se mude de los viejos apartamentos en un aglomerado a los nuevos y atractivos edificios en las afueras. “Si hay 20% más apartamentos libres en el centro, habría sido mejor no haber construido en las afueras, para conservar más verde alrededor de un poblado y revitalizar el centro de la aldea». Hauser ve la responsabilidad sobre todo en la política y en las autoridades de ordenación territorial
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