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¿Por qué estamos dejando atrás la oficina tradicional?

Cuando compartir oficina no significa trabajar juntos. ‘Work’N’Share

Casi la mitad de la fuerza laboral suiza quedará deslindada de una oficina fija debido a la tecnología digital y a la disposición a compartir espacios de trabajo en la nueva tendencia económica actual. Me uní a la moda y aquí tienen porqué yo formo parte de este nuevo concepto del 'cotrabajo’.

Como periodista indio me he hecho en las redacciones ruidosas, donde he trabajado con otros reporteros y editores entusiastas. En mi vida fuera del periodismo he estado en oficinas más tranquilas dónde la reflexión ha sido genuinamente valorada. Pero los nuevos espacios de ‘cotrabajo’ son otra cosa.

Como cualquier otro evangelista de este nuevo modo de vida laboral le diré que este tipo de espacios físicos son sede de comunidades de trabajadores que meramente cohabitan en ellos. Allí la gente trabaja, junta o de forma individual, pero con frecuencia no para el mismo empleador.

El cotrabajo, conocido en inglés como ‘co-work’, inició en Berlín a mediados de la década de los noventa y tomó mayor forma en San Francisco, antes de volverse un movimiento global. Como era de esperar, Ginebra y Zúrich tienen la mayor concentración, pero lo interesante es que también se ha producido un aumento de estos nuevos espacios en las zonas suburbanas, según indica la asociación ‘Coworking Switzerland’, que representa a unas 80 de estas comunidades.

Encontrar el ‘espacio’

Me inicié en este viaje hace casi dos años, en medio de una transición de clase laboral, precedida de otro periplo en solitario.

Vayamos por partes. Hace algunos años, durante un viaje de un día en barco por el río Irrawaddy, en Myanmar, leí el libro de Susan Cain, ‘Quiet: The Power of Introverts in a World that Can’t Stop Talking’ (Silencio: El poder de los introvertidos en un mundo que no deja de hablar’). Cain cuestiona el “nuevo pensamiento en grupo”Enlace externo que hace hincapié en la colaboración y en las oficinas abiertas. Lo que la gente realmente necesita es un lugar tranquilo para pensar y trabajar, afirmaba. En una entrevista anteriorEnlace externo a su libro Cain decía: «La gente, particularmente los introvertidos, gusta de trabajar en trozos de tiempo y entrar así en un estado psicológico llamado flujo» Coincidí con la idea de la obra.

Cuando descubrí Work’N’shareEnlace externo, un espacio moderno, inundado de colores claros y suaves, supe que había encontrado mi refugio. Una gran oficina abierta, anteriormente un garaje y el estudio de un arquitecto cerca del lago de Ginebra, en la hermosa ciudad de Lausana. Los otros ‘co-trabajadores’ laboraban en diversos sectores y la mayoría eligió sus días para ocupar el espacio. Unas cien personas estamos inscritas para ocupar el lugar y en promedio cada día acuden unas 25.

La comunidad es una mezcla que va desde emprendedores que lanzan empresas de alimentos y cerveza, hasta los codificadores, los ‘frikis’ en Tecnología, Ciencias de la Vida y algunos profesionales del Marketing. También he tenido el placer de trabajar junto a científicos y diseñadores, haciendo amigos especiales a lo largo del camino.

Asiento junto a la ventana

Normalmente me siento junto a la ventana. No hay espacio fijo en realidad, pero de alguna manera se ha convertido en mi lugar cada vez que voy a ‘la oficina’. Por supuesto, se puede alquilar un escritorio, echar raíces y convertirse en un residente. O bien, se puede ser simplemente un ‘nómada’, que aparece tantas veces como lo desee. Incluso se puede pasar por allí una vez al mes, y pagar solo ese día de ocupación, colocándose en alguna de las plazas libres. Incluso teníamos un comerciante que trabajaba parado.

El lugar está lleno de adultos que se dan unos a otros espacio y cohabitan con fluidos códigos de trabajo respetuoso. Será difícil encontrar compañeros pendencieros aquí. El ambiente es agradable, tal vez porque no estamos compitiendo entre colegas. Si bien es ‘demasiado tranquilo’ para algunos, es un paraíso para aquellos, como yo, en el negocio de la escritura, y otros más que son programadores y desarrolladores.

Tomar una pausa

De vez en cuando se oyen fuertes risas de una gran cantidad de franceses (Lausana se encuentra en la Suiza de habla francesa) que hacen una pausa en el espacio dedicado al café. Los días están salpicados de pequeñas conversaciones que van desde pláticas políticas incómodas hasta el intercambio de experiencias para obtener capital de riesgo. Algunos salen para estirar las piernas, fumar un cigarrillo o simplemente disfrutar del aire fresco. Al mediodía, algunos almuerzan juntos o salen a correr a orillas del lago. Si es viernes se puede tomar una cerveza con la banda o incluso a mitad de semana, una sesión de yoga.

Me encanta el ambiente aquí con una gran cantidad de personas que trabajan de modo independiente,» me comenta Arthur Veenhuys, que dirige una empresa de carpintería de diseño de oficinas. «Todos hacen lo que les gusta y están muy dispuestos a trabajar. Es agradable estar entre personas que realizan una amplia gama de actividades. Esto me ayuda a salir de mi mundo en el sector de la construcción».

También se realizan encuentros para conectar a los profesionales afines con otros que pueden estar interesados en su labor. Estos espacios son un punto natural de conexión y promoción de la creatividad y la innovación. A menudo resultan colaboraciones inesperadas. Registrada como una asociación sin ánimo de lucro, Work’N’Share tiene un modelo que se sostiene por el número de inscritos. Entre más, mejor. La comunidad se expande cuando se realizan este tipo de encuentros, donde se invita a otros, me explican mis compañeros de esta oficina compartida.

Un informe de Deloitte intitulado ‘El sitio del trabajo del futuroEnlace externo‘ (2016), indica que una de cada cuatro personas en Suiza trabaja como profesional independiente. Del resto, un tercio afirmaba tener la intención de hacerse autónomo al año siguiente.

 Deloitte predice que en el futuro la mitad de todos los empleados suizos «podría ser capaz de realizar su trabajo desde un sitio laboral móvil”.

Karl Frank Meinzer, Jefe de los Servicios Inmobiliarios en Deloitte Suiza indica a swissinfo.ch que hay tres fuerzas que impulsan la creciente tendencia mundial del cotrabajo y que también se observan en Suiza: «La transformación hacia una economía orientada a los servicios y centrada en el conocimiento, además de la creciente importancia de la tecnología digital. Esto ha provocado que un creciente número de personas puedan trabajar sin restricciones de ubicación». Además, el aumento de la economía compartida ha provocado un mayor número de trabajadores independientes que, a su vez, impulsan la demanda de espacios de cotrabajo, añade.

Más productivo

El informe indica que varias empresas se han sumado a esta tendencia. Los contratos de trabajo flexibles pueden generar una reducción de costos, hacer un uso más eficiente del espacio y estimular la productividad de los empleados, indica Meinzer. Además, sugiere que también de este modo las compañías pueden ampliar sus redes externas y beneficiarse de los conocimientos de los otros que trabajan en los espacios de cotrabajo. Además de poder ofrecer así también sus servicios en un mismo sitio laboral.

La tendencia en Suiza está madurando aunque todavía no llega a la saturación. «Ya no es una opción subterránea para blogeros y programadores», dice Jenny Schapper-Uster, presidenta de la asociación Cotrabajo Suiza.

El cotrabajo también es un privilegio que permite no tener atado todos los días al empleado en una oficina tradicional.

Distracciones

Y trabajar desde casa no siempre es una buena alternativa ya que puede uno sentirse solo o tener otras distracciones, o ambas cosas a la vez. «Aquellos que se sienten solos en casa añoran la interacción social y la disciplina de un lugar de trabajo. También consideran que de ese modo es más fácil establecer límites entre el tiempo de trabajo y privado”, argumenta Schapper.

Hay varios factores que se unen – sociológicos, culturales y económicos – a favor del cotrabajo. Un nuevo esquema laboral puede haber llegado ya a nuestras vidas.

«Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción», escribió Virginia Woolf en 1929 en «A Room of One’s Own’ (Un espacio propio). Woolf tal vez hacía alusión a un día de cotrabajo en la vida actual, aunque no solo para mujeres. Creo que ella hoy sería feliz así. 

(Traducción del inglés: Patricia Islas)

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