«Para el sector hotelero, las condiciones estructurales suizas son muy buenas”

Para Andreas Züllig, presidente de HotellerieSuisse, el futuro del sector hotelero es prometedor. HotellerieSuisse

Andreas Züllig, presidente de HotellerieSuisse, es muy optimista sobre el futuro de la hotelería y ve con buenos ojos la adquisición de joyas hoteleras nacionales por parte de extranjeros. Pero reconoce también que hay riesgos por las tarifas elevadas, la escasez de mano de obra cualificada y la saturación turística.

Tras varios años marcados por la pandemia, la industria hotelera suiza logró recuperarse por completo. En su calidad de columna vertebral del turismo, la hotelería genera ingresos anuales de alrededor de 8.500 millones de francos suizos y emplea a 75.000 personas.

En 2022, Suiza registró más de 38 millones de pernoctaciones (quedándose a solo un 3,8% de alcanzar el dato histórico del 2019), confirmando así su recuperación. En 2023, el desempeño es muy positivo y se anticipa como un año que marcará nuevamente un récord de pernoctaciones a nivel nacional.

Un panorama prometedor que enmarca la charla de swissinfo.ch con Andreas Züllig, presidente de HotellerieSuisseEnlace externo, la asociación que agrupa y representa a la industria hotelera. Züllig fue entrevistado en el Hotel Schweizerhof de Lenzerheide, en el cantón de los Grisones, en donde funge como anfitrión y director general.

swissinfo.ch: Usted es un experto en su industria. Cuando se aloja en un hotel, ¿qué es lo primero que llama su atención?

Andreas Züllig: La impresión general que me dan el lugar y la atmósfera. La armonía que hay en los materiales, colores y olores. Y, sobre todo, la atención del personal y su placer al recibir a los huéspedes.

El cantón de los Grisones es, sin duda, el campeón de Suiza en materia turística. ¿Qué lo explica?

El turismo es muy importante en nuestro cantón, el 50% de nuestras exportaciones las genera esta rama. Esto se debe esencialmente a que somos una interfaz entre el sur y el norte de Europa. Y nuestro cantón se ha beneficiado también del trabajo realizado por algunos pioneros suizos, por ejemplo, de la industria hotelera y los ferrocarriles de montaña.

¿Cuáles son los grandes desafíos actuales de la hotelería suiza?

Los elevados costes de operación y la escasez de mano de obra cualificada son nuestros principales retos del presente. Afortunadamente, hubo una reforma legislativa que resolvió los problemas que nos causaba la plataforma de reservas hoteleras Booking.com. Recordemos que las antiguas condiciones contractuales que nos ofrecía Booking.com nos prohibían a los hoteleros ofrecer tarifas más ventajosas a nuestros clientes.

Andreas Züllig

Andreas Züllig desarrolló su pasión por la hotelería desde una temprana edad porque creció en el seno del negocio hotelero de sus padres. Tras concluir su formación como chef, realizó cursos adicionales en la Escuela Hotelera de Lausana (EHL). Hoy, junto con su esposa, es anfitrión, propietario y gerente del Hotel Schweizerhof de Lenzerheide (en el cantón de los Grisones).

Adicionalmente, Andreas Züllig preside HotellerieSuisse desde 2014, y forma parte de los equipos directivos de diversas organizaciones cantonales y nacionales, como economiesuisse y la Unión Suiza de Oficios (USAM en francés).

En los hoteles suizos, alrededor del 55% de los huéspedes son extranjeros. ¿Qué países considera que tienen un mayor potencial de crecimiento?

El origen de la clientela depende mucho de la región de destino. Por ejemplo, el Titlis atrae a muchos indios, mientras que el Jungfrau es muy popular entre los chinos. Pero he observado también que la clientela estadounidense se interesa cada vez más por Suiza, y me complace observarlo, ya que hay una proximidad cultural entre Estados Unidos y nuestro país. La situación es más compleja en el caso de los turistas asiáticos, indios y árabes.

¿Cuáles son los posibles problemas que genera el turismo de culturas muy diferentes a la nuestra?

Un número excesivo de grupos enormes de turistas que proceden de países con culturas muy distintas a la nuestra genera, inevitablemente, tensiones con la población local. Por ejemplo, Lucerna y Lauterbrunnen han sido víctimas hace poco de este fenómeno. Suiza tiene la fortuna de no recibir cruceros, que siempre son sinónimo de turismo masivo. Es mejor centrarse en la calidad que en la cantidad. Y tenemos también, finalmente, la estabilidad que genera el hecho de que casi la mitad de nuestros clientes sean nacionales y no dependan del tipo de cambio.

¿Qué opina de la formación hotelera en Suiza?

Es excelente, en general. Tenemos, por ejemplo,  escuelas de renombre mundial como la EHL de Lausana. Y la formación dual funciona muy bien, especialmente en la Suiza germanófona.

¿Quiénes son los principales competidores de Suiza en el negocio de la industria hotelera?

Esto varía de una región a otra e, incluso, de una temporada a otra. En invierno, por ejemplo, la Suiza oriental compite de forma directa con Austria. Pero en verano, lo hace sobre todo con el sur de Europa. En lo relativo al turismo urbano, nuestra principal competencia son destinos como París y Viena, entre otros ejemplos.

“En el turismo, es mejor privilegiar la calidad que la cantidad”.

Un número significativo de hoteles suizos, especialmente de establecimientos de lujo, han sido comprados por empresas extranjeras, sobre todo de Qatar y de China. ¿Qué opinión le merece esto?

Es muy satisfactorio que los inversores extranjeros reconozcan el potencial que tienen los hoteles suizos. Y es muy positivo ver que estos inversores se dan a la tarea de renovar verdaderas joyas de la época pionera del turismo suizo, como el Hotel Schweizerhof bernés o el Hotel Bürgenstock del lago de Lucerna.

Cuando tienen lugar grandes acontecimientos, como el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra (GIMS en inglés) o la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos (WEF en inglés), las elevadas tarifas de los hoteles son motivo de inquietud.

Tomamos muy en serio estas preocupaciones, pero si la demanda es muy alta, es totalmente normal que los precios aumenten. Es un fenómeno universal que se observa en distintas partes del mundo. Es más, en lo que respecta al foro de Davos, el WEF controla directamente las tarifas de casi todos los hoteles. Ciertamente, son precios elevados, pero se mantienen razonables. Son pocos los hoteles o apartamentos que no están bajo el control del WEF los que cobran tarifas desorbitadas y, por desgracia, la prensa se centra en esos casos excepcionales.

“Si existe una demanda tan alta como en Davos durante el WEF, es normal que las tarifas sean elevadas”.

De los 4.500 hoteles que hay en Suiza, menos de la mitad ha adoptado el sistema de clasificación por estrellas de HotellerieSuisse. ¿Significa que es poco fiable?

Nuestro sistema es totalmente fiable y tiene un alto grado de armonización con nuestros homólogos europeos. De hecho, nuestra clasificación se aplica al 80% de las pernoctaciones, y todos los grandes hoteles sí lo han adoptado.

¿Qué importancia tiene para HotellerieSuisse tener buenos contactos políticos?

Son esenciales, sobre todo en el Consejo Federal y el Parlamento Nacional.

¿Está satisfecho con las condiciones estructurales que tiene el turismo suizo?

Las condiciones estructurales son muy favorables para nuestro sector, especialmente considerando los estándares europeos: nuestro mercado laboral es liberal, los controles regulatorios son reducidos y la cooperación con los distintos interlocutores sociales funciona bien. Además, las cotizaciones a la seguridad social y la fiscalidad también son razonables. Es fundamental cuidar que estas condiciones sigan siendo buenas y nuestra asociación se esfuerza por lograrlo.

Por último, ¿cómo ve el futuro de la industria hotelera suiza?

Soy extremadamente optimista. Hemos impuesto récords durante los últimos meses. Además, nuestro sector se ha vuelto cada vez más resiliente con el paso de los años.

Texto adaptado del francés por Andrea Ornelas