¿Pueden árabes y chinos salvar el turismo suizo?
Durante décadas, los hoteles y estaciones alpinas confiaron en los turistas helvéticos y alemanes para llenar sus arcas. Actualmente, reciben cada vez menos europeos. La pregunta es si el turismo de países emergentes podría llenar ese vacío.
En un cálido y brillante día de finales de verano es fácil entender por qué Weggis, localidad al pie de la montaña Rigi y en la ribera del lago de los Cuatro Cantones, ha sido durante años un irresistible imán de turistas europeos durante el periodo estival.
Weggis es uno de los muchos destinos turísticos que sufren una caída libre en el número de viajeros llegados de Europa. Una consecuencia de la fragilidad de la zona euro y del franco fuerte.
La afluencia de turistas alemanes –que durante mucho tiempo fungieron como pilar del turismo extranjero de la zona- cayó un 15% en el primer semestre de 2012 respecto al mismo periodo de 2011. El turismo británico experimentó un retroceso similar.
A cambio, el turismo de países del Golfo, así como de China, India y Rusia crece rápidamente. Durante los primeros ocho meses del año, las pernoctaciones de viajeros de los países del Golfo aumentaron un 24,7%, mientras la llegada de chinos lo hizo un 26,5% acercándose con ello a la afluencia de viajeros indios.
Las autoridades del turismo ponen sus esperanzas en los mercados emergentes y confían en que este mercado crecerá un 30% en 2013. El próximo año, los chinos superarán el número de turistas de países cercanos a Suiza como Italia, pronosticó Jürg Schmid, director de Suiza Turismo, recientemente al dominical Sonntagsblick.
Una previsión que podría convertirse en una mera ilusión considerando que la economía de China se desacelera y teniendo en cuenta, por otra parte, que turistas europeos como los alemanes aún son dos veces más numerosos que los llegados de economías emergentes. Esto explica quizás que mientras algunos representantes del sector salen al extranjero a captar turistas; otros se mantienen indiferentes.
“Todo depende de dónde está ubicado tu hotel”, dice Stephan Maeder, propietario del Hotel Carlton-Europa Interlaken y presidente de la Asociación de Hoteleros del Oberland Bernés. “Aquí, en Interlaken, ese cambio en el mercado está omnipresente. No obstante, en sitios como Lenk o en los hoteles de Gstaad, el ajuste se ha resentido mucho menos”.
La industria hotelera suiza trabaja en adaptarse a los turistas que recibe de todas partes del mundo.
Suiza Turismo y Hotellerie Suisse presentaron recientemente un dossier de información para hoteles y restaurantes en los que les ofrecen una guía de lo que “deben” y “no deben” hacer cuando reciben huéspedes de origen chino.
Algunos de los puntos más importantes son:
• Los chinos prefieren pasar su tiempo libre en un grupo. Tome en cuenta este hecho al proponer actividades de ocio durante su viaje.
• Preferiblemente, no asigne a los turistas chinos habitaciones en el cuarto piso, o habitaciones que incluyan el número 4 (4, 14, 24, 34, etc.), porque está asociado a la mala suerte, e incluso a la muerte. Habitaciones con números como el 6, 8 o 9, así como aquellas situadas en las plantas sexta, octava y novena, serán consideradas como generadoras de fortuna.
• Asigne a sus huéspedes habitaciones con dos camas individuales. Con frecuencia los turistas que viajan en grupo no se conocen antes de comenzar el viaje.
• Los chinos gustan de beber té caliente, o agua caliente, a cualquier hora del día o de la noche. Si puede, proporcióneles un termo con agua caliente o una tetera eléctrica para que puedan preparar té y café en sus habitaciones, bebidas que suelen tomar también durante el almuerzo y la cena.
• Los chinos suelen ser «viajeros de último minuto”. No planifican largamente sus viajes y tampoco les gusta esperar. Muestre flexibilidad con respecto a sus sugerencias y ofrézcales una respuesta rápida y un buen servicio.
• Los chinos acostumbran comer con rapidez: Intente servir todos sus alimentos juntos y, sobre todo, no tome como una falta de respeto que abandonen la mesa de inmediato. De hecho, tan pronto como han dejado de utilizar sus palillos o cubiertos.
Fuente: Hotellerie Suisse
El mercado cambia
Maeder afirma que, en su caso, comenzó a notar la llegada de turistas de países emergentes hace seis años. A partir de entonces, su hotel y equipo han vivido un proceso de ajuste que les ha permitido aprender a tratar a los nuevos huéspedes de forma aceptable para todas las partes involucradas.
El hotelero destaca que “la parte religiosa es probablemente la más difícil de manejar… En la recepción suelen preguntarme hacia dónde está la Meca, y luego se dirigen a una alfombra para orar. Por supuesto, a otros clientes esto puede resultarles un poco extraño”.
Están también los requerimientos de alimentación, ropa y los hábitos de higiene personal de cada cultura, que han causado más de una situación difícil.
Maeder recuerda que algunos huéspedes están habituados a ducharse antes de sumergirse en una bañera. En su hotel -con 100 años de historia- se encuentran con cuartos de baño al estilo suizo. Y a veces resuelven el problema sacando la manguera de la ducha teléfono para asearse primero fuera de la tina, provocando frecuentes daños con el agua ya que los cuartos de baño carecen de un segundo desagüe.
Actualmente, se ha diseñado una extensión del hotel para albergar a huéspedes con este tipo de requerimientos. “Estamos revisando también temas como el aire acondicionado porque, sobre todo los clientes árabes e indios, tan pronto superamos los 20 grados, están llorando por el aire acondicionado, que no es común en los centros turísticos del cantón”.
Qué busca el turista
En Weggis, los gerentes hoteleros sondeados por swissinfo.ch no se enfrentan este tipo de problemas. Afirman que ven “pocos” visitantes nuevos y el principal cambio que han notado es la caída del turismo europeo.
“Vemos muchos menos holandeses o belgas, o turistas de los países nórdicos, que antes viajaban en automóvil durante el verano y solían pasar por aquí en su ruta rumbo a Italia”, dice Sabine Koch, quien administra junto con su esposo el Hotel Schweizerhof.
“Actualmente, aun cuando tengan que conducir 20 horas, debido a los precios (suizos) actuales prefieren seguir directamente hasta Italia”, añade.
Urs-Peter Geering, gerente del hotel Beau-Rivage (39 habitaciones) estima que, aunque esté en expansión, el mercado chino al final “no es tan grande” y explica por qué.
“Los chinos vienen a Suiza a dar una vuelta y a pernoctar cerca de Lucerna. Pero la mayoría de ellos solo se queda una noche. Son contados los grupos que pasan dos noches. Y en general, vienen de compras a Lucerna, sobre todo, de relojes”.
En opinión de Geering y Koch, los europeos, y particularmente los suizos, seguirán siendo su prioridad.
Maeder coincide en que los nuevos turistas plantean requerimientos particulares y poseen expectativas distintas cuando visitan Suiza y también en la percepción de que Suiza solo es una parada breve en su gira por Europa.
No esquían
Mientras los huéspedes indios y árabes que visitan Suiza se permiten gastar un poco más en hoteles y actividades al aire libre, los chinos están interesados esencialmente en adquirir artículos de lujo, asegura Maeder.
“Si observamos el comportamiento de los chinos, son turistas que no vienen a Suiza en busca de un hotel agradable. Vienen a comprar relojes porque los impuestos sobre los productos de lujo en su país son mucho más altos que en Suiza. Y el mercado seguirá así. Por ello, aunque el número de turistas está creciendo, no permitirían sobrevivir a los hoteles suizos”, apunta.
Geering, por su parte, no tiene previsto desplazar su objetivo de negocios hacia los turistas asiáticos o árabes. “Aún creemos que los suizos y los europeos son los clientes que vienen a pasar aquí sus vacaciones; y el mercado turístico suizo aún está bien”.
Sobre el auge actual de Interlaken, Maeder externa sus dudas: “Para el próximo invierno tengo alguna inquietud, porque los turistas de los que hablamos no practican el esquí”.
(Traducción: Andrea Ornelas)
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