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El mediador suizo del que jamás se habla

Los empleos temporales son menos remunerados que los permanentes y no ofrecen garantías de seguridad laboral. Reuters

Los medios de comunicación y los tribunales suelen ser el recurso al que acude aquel que ha sido víctima de alguna violación legal cometida por multinacionales suizas en el extranjero, como ha sucedido con Holcim. Sin embargo, existe otra alternativa para que las empresas helvéticas se sienten a la mesa de negociación.

Raj Kumar Sahu es un hombre preocupado. El contrato que tiene en una planta de Jamul, ubicada en el estado indio de Chhattisgarh, es endeble y el trabajador requiere respuestas de su patrón, el gigante cementero Holcim, que actualmente es propiedad del grupo Lafarge. La causa: una nueva planta se construye cerca del poblado de Jamul y Sahu no tiene claro si conservará su empleo cuando ésta sea concluida.

Y Sahu no solo se inquieta por él y su familia. Como vicepresidente del sindicato Pragatisheel Cement Shramik Sangh (PCSS) también vela por los intereses de cientos de trabajadores de la planta cementera que se encuentran en su misma situación.

“Queremos saber qué va a suceder con los 900 trabajadores de la antigua planta cuando la nueva, actualmente en construcción, sea operativa. También deseamos conocer cuántos trabajadores serán empleados en estas nuevas instalaciones”, dice a swissinfo.ch

Sahu y su sindicato decidieron, por lo tanto, llevar a Holcim y a su subsidiaria india ante las cortes y tribunales laborales de India para exponer ante ellos las precarias condiciones que establecen los contratos temporales que ofrece la cementera. Los trabajadores perciben salarios inferiores a los que devengan los obreros permanentes y carecen de cualquier tipo de seguridad. PCSS también acusa a Holcim de trabajar todo el tiempo con obreros temporales debido a que los contratos permanentes exigen una remuneración tres veces mayor.

Sin embargo, frustrado ante la falta de avances y ante el silencio de los directivos suizos de Holcim, el PCSS también interpuso una queja ante el Punto Nacional de Contacto SuizaEnlace externo (NCP), entidad perteneciente a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la que Suiza es miembro. El NCP opera como un ombudsman o defensor que media entre los trabajadores y las compañías helvéticas acusadas de violar  un conjunto de directrices de negociosEnlace externo reconocidas por la OCDE que buscan el respeto a los derechos humanos, medioambientales, laborales y que luchan contra la corrupción.

Hablemos

“Nuestra principal ventaja es que ofrecemos un proceso abierto e informal que permite que cualquiera pueda presentar su caso siempre que esté relacionado con alguna multinacional basada en Suiza”, explica Lukas Siegenthaler, jefe de NCP Suiza. “Nuestra intervención es gratuita y resulta una buena alternativa para iniciar el diálogo con las empresas helvéticas”, añade.

El único requisito es que la queja se presente por escrito y que se cite con precisión cuál de las directrices reconocidas por la OCDE se viola.

Dado que existe un número muy grande de multinacionales con sede en territorio helvético, la NCP Suiza tiene una gran actividad. Sin embargo, a diferencia de la forma en la que operan los procesos presentados ante un tribunal, en este caso la mediación es un acto voluntario que busca simplemente que las partes en conflicto inicien un diálogo. En el caso de los obreros de la planta de Holcim en Jamul, el NCP Suiza consiguió reunir en Berna a directivos de la cementera y representantes del PCSS para hablar sobre posibles soluciones al problema laboral.

“Antes de buscar la mediación de NCP Suiza no existía ningún tipo de negociación con Holcim”, confirma a swissinfo.ch el abogado del PCSS, Sudha Bharadwaf. “Una vez que el problema fue presentado ante el NCP, representantes del más alto nivel de la compañía se vieron obligados a reconocer a nuestro sindicato como interlocutor y a iniciar negociaciones”.

Para Holcim también resulta positivo contar con un órgano suizo de mediación, ya que antes de que entrara en acción NCP, había una gran confrontación entre las dos partes.

“Celebramos la oportunidad que tenemos de intercambiar visiones a través de una entidad independiente como el NCP”, dice a swissinfo.ch el vocero de Holcim, Peter Stopfer, y añade que este organismo ofrece una mediación profesional, neutral y justa.

Siegenthaler reconoce que aunque el proceso es voluntario, hasta ahora no ha habido ninguna empresa suiza que se haya negado a participar en estos procesos de mediación informal.

“También es interesante para las multinacionales porque les ofrecemos una plataforma para resolver problemas. De otra manera, son susceptibles de ser atacadas en público con el riesgo que esto supone para su reputación”, añade.

swissinfo.ch

Limitantes

Este tipo de luchas recuerdan a la de David y Goliat, y frecuentemente hay inquietudes manifiestas sobre la desigualdad de condiciones que existe para las partes en conflicto. Por ejemplo, en el caso de la planta de cemento india antes citado, el PCSS debió viajar a Berna para participar en las reuniones de mediación financiando la totalidad de sus gastos. Esto supone cubrir el costo del pasaje aéreo, el hospedaje y la alimentación, un esfuerzo financiero que no todas los quejosos pueden afrontar.

“Para trabajadores que perciben el equivalente a 2 dólares diarios, pagar un boleto de avión desde India hasta Zúrich supone un verdadero problema”, dice Matthias Hartwich del sindicato IndustriALL Global Union. “Es totalmente fortuito que PCSS esté afiliado a IndustriALL, lo que nos permitió ayudar a sufragar los costos del viaje”.

Otra limitante del NCP es que solamente puede sentar a las dos partes en conflicto pero, por sus características, no está en capacidad de garantizar que lleguen a un acuerdo. La disputa laboral de Holcim en India es aún un tema abierto a pesar de que el conflicto estalló hace casi tres años.

PCSS refiere que aunque reconoce el valor de esta mesa de negociación, no se siente satisfecho con los resultados obtenidos tras la mediación.

Hubo un intercambio de puntos de vista entre las partes, pero sin que esto se tradujera “en un acuerdo real y los directivos de Holcim tampoco han respondido a muchas de nuestras preguntas. Esto es, hablamos con la empresa, pero consideramos que el PNC no ejerció toda la presión que era necesaria para llegar a un acuerdo de verdad”, dice Sahu.

Iniciativa empresarial responsable

El carácter voluntario y no vinculante que tienen tanto la política de responsabilidad social de las empresas como las medidas de debida diligencia que aplican exaspera a las agrupaciones de derechos humanos y a los activistas medioambientales.

Hasta ahora, el Gobierno suizo se niega a obligar a los grandes corporativos suizos a cumplir reglas vinculantes en estos temas y en una reñida votación, el Parlamento suizo rechazó una moción que buscaba que fuera obligatorio realizar acciones de debida diligencia en materia de derechos humanos.

Pero el panorama podría cambiar.

En abril pasado, una asociación conformada por 66 grupos de la miembros de la sociedad civil puso en marcha la Iniciativa de Negocios Responsables que busca que las multinacionales suizas estén obligadas a aplicar protocolos de debida diligencia para cumplir preceptos básico de derechos humanos y regulaciones ambientales cuando operen en el extranjero. Si la iniciativa es aceptada en votación popular, cualquier parte afectada, en cualquier lugar del mundo, podría llevar a las empresas suizas ante tribunales helvéticos por cualquier acción que suponga riesgos para las personas o el medioambiente.

Holcim, y muchos otros corporativos están en contra de esa iniciativa. La compañía asegura que se fía plenamente del alcance del Programa de Debida Diligencia en Derechos HumanosEnlace externo que aplica desde el año 2013.

“La nueva compañía LafargeHolcim comparte la posición que tienen muchas otras empresas suizas y asociaciones industriales: crear nuevas leyes no es el mejor camino para resolver estos problemas. Estamos convencidos de que es la colaboración estrecha la que permite encontrar soluciones a los dilemas locales“, dice Stopfer.

Pero no todo mundo opina lo mismo.

Hartwich, de IndustriALL Global Union, considera que la existencia de repercusiones legales sería un complemento perfecto a la mediación informal.

«Cada vez más frecuentemente las decisiones se toman en la sede de una empresa, pero se ejecutan en otros lugares. Esto fortalecería la responsabilidad que asume la sede de los corporativos», puntualiza.

Traducido del inglés por Andrea Ornelas

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