Rusia hace que los Estados neutrales se acerquen a la OTAN
Suiza quiere colaborar más estrechamente con la OTAN. También otros países neutrales buscan un acercamiento a la alianza. El viejo continente está consolidando su nueva política de seguridad. Un breve repaso a la situación actual.
¿Se incorporará Suiza a la OTAN? Este escenario parece estar aún muy lejos. Sin embargo, un acercamiento a la alianza militar se está debatiendo ampliamente desde hace un año, una posición que encuentra cada vez más apoyos en casi todas las formaciones políticas. La cuestión es: ¿cómo de cercana debe ser esa relación?
Suiza no es el único país neutral en Europa que se plantea esta pregunta. La invasión rusa en Ucrania ha desarticulado definitivamente la arquitectura de seguridad en Europa. La alianza defensiva OTAN cierra filas tras varios años de desorientación. Los Estados neutrales y no alineados que quedan en Europa buscan ahora un nuevo posicionamiento ante el conflicto, y la mayoría de ellos se está acercando, de una u otra forma y cada vez más, a la OTAN.
Suecia y Finlandia: ruptura radical con el pasado
El paso más radical lo han dado los dos países nórdicos Suecia y Finlandia, que decidieron entrar en la OTAN.
En 2023, Finlandia se adhirió oficialmente a la OTAN como 31º Estado miembro. Desde su ingreso en la Unión Europea (UE) en 1995, Finlandia ya no se consideraba un país neutral, aunque sí un país no alineado, una postura que no se explica por una decisión ética, sino por la necesidad de contemporizar con el poderoso vecino Rusia.
En este caso concreto se trataba más bien de realpolitik. El país quería defender su soberanía nacional frente a la Unión Soviética. Pero esta estrategia de contemporización, la llamada “finlandización”, se fue superando poco a poco después del final de la Guerra Fría.
Dos meses después de que Rusia comenzara su dilatado ataque contra Ucrania, también Suecia decidió adherirse, rompiendo así con su tradicional neutralidad que había mantenido durante dos siglos. Pero en este caso, el ingreso no está siendo tan rápido: Turquía y Hungría formularon sus exigencias y bloquearon el proceso de adhesión, con lo cual ambos países tratan obtener réditos políticos. La expectativa general es que Suecia se incorporará finalmente a la OTAN como 32º Estado miembro en los próximos meses.
El ingreso de los dos Estados es importante para la alianza, y no solo como medida simbólica, también desde el punto de vista militar: Finlandia, que comparte 1.340 kilómetros de frontera con Rusia, dispone de un ejército muy bien equipado y armado, mientras que Suecia posee una industria armamentística altamente desarrollada.
Moldavia y Serbia: los antiguos vínculos perduran
En 1994, Moldavia introdujo en su constitución la cláusula de la “neutralidad permanente”. Lo hizo, en parte, por razones de política interior. Mediante la no alineación, el Estado multiétnico, del que además se disgregó con Transnistria una parte del territorio, trataba de encontrar un equilibrio social aceptable para toda la población.
Según los sondeos, una mayoría de los moldavos sigue apoyando esta neutralidad a día de hoy. Las primeras controversias tuvieron lugar tras la anexión rusa de Crimea en 2014, un debate que se ha intensificado después del ataque ruso al resto del territorio de Ucrania en 2022. Las discusiones se centran en torno a la adhesión a la UE. Un ingreso en la OTAN, en cambio, se descarta expresamente.
Serbia, por su parte, se declaró en 2007 un Estado militarmente neutral, hecho que también fue reconocido por la OTAN, contra la cual se dirigió dicha declaración. Al igual que Moldavia, Serbia no adoptó las sanciones contra Rusia y mantiene una posición intermedia entre Occidente y Rusia, una política que se enmarca en la tradición de la no alineación, que fue doctrina estatal en la antigua Yugoslavia.
Chipre, Irlanda y Malta: tres islas, tres conceptos distintos
El pequeño Estado de Malta inscribió la neutralidad en su constitución en 1987. Este paso fue el resultado tardío de la descolonización, pues la antigua colonia británica se consideraba parte del movimiento de los países no alineados que durante la Guerra Fría marcaban distancias frente a Estados Unidos y la Unión Soviética. Hoy, la neutralidad no se discute. El país es el único Estado miembro de la UE que no participa en la Cooperación Estructurada Permanente (CEP), que aglutina los proyectos de defensa conjuntos de los países europeos.
También Irlanda es una antigua colonia británica, cuya neutralidad se asentó con la firma del Acuerdo Anglo-Irlandés, con el que Irlanda consiguió la independencia. A diferencia de otros países neutrales en Europa, Irlanda dispone de capacidades mínimas de defensa e interpreta su “neutralidad militar” de forma menos estricta.
Sin embargo, esta neutralidad ha vuelto a ser objeto de controversia últimamente: los ciberataques de jáqueres rusos al sistema sanitario en 2021 (en medio de la pandemia) han relativizado el aislamiento geográfico del país. Además, a lo largo de sus costas en el Atlántico están ubicados los cables submarinos que son esenciales para la comunicación global. Por esta razón, Irlanda ha iniciado un proceso de consultas públicas para debatir sobre el futuro de la neutralidad. En este debate, la opción de un acercamiento a la OTAN no queda del todo descartada.
Una situación diferente existe en la República de Chipre, cuya neutralidad no cuenta con el reconocimiento internacional. Tradicionalmente, el país mantiene vínculos estrechos con Rusia: la Unión Soviética fue un aliado militar importante cuando, en 1974, Turquía invadió la isla siendo Estado miembro de la OTAN. Hoy, el país defiende, a grandes rasgos, la posición occidental en la guerra de Ucrania. Sin embargo, una adhesión a la alianza noratlántica no es posible porque el conflicto territorial sigue sin resolverse, además de que Turquía, que no reconoce la soberanía de Chipre, opondría inmediatamente su veto.
Austria: militarmente neutral, políticamente alineado con Occidente
En Austria, voces críticas dicen que el país “se aprovecha de la OTAN”, un argumento que también se puede escuchar en Suiza. Otro paralelismo importante entre ambos países es que la neutralidad constituye un elemento fundamental de la identidad nacional. Pero a diferencia de Suiza, la neutralidad austríaca está amparada por la constitución. Fue el resultado de negociaciones para la retirada de los ejércitos de ocupación después de la Segunda Guerra Mundial. La Unión Soviética exigió la “neutralidad perpetua” del país y los aliados apoyaron una posible neutralidad armada de acuerdo con el modelo suizo.
Escasos apoyos tienen también en Austria la renuncia completa a la neutralidad y el ingreso en la OTAN. Pero, al igual que Suiza, el país participa en la Asociación para la Paz (APP) y en el Consejo de Asociación Euroatlántico (CAEA) que permiten que cada país miembro decida sobre su grado de colaboración con la OTAN. Junto con Suiza, Austria quiere ahora formar parte del Escudo del Cielo Europeo, un sistema europeo de defensa aérea, con lo cual serían los dos únicos países que no son miembros de la OTAN.
Suiza: ¿qué significa la neutralidad hoy?
En Suiza, no solo la neutralidad es perpetua, también las discusiones sobre la misma son eternas. Desde el inicio de la invasión se discute cómo debe posicionarse Suiza frente a la guerra. La Confederación ha adoptado las sanciones contra Rusia, envía ayuda humanitaria a Ucrania y sigue, a grandes rasgos, la política de los países occidentales. En cambio, la ayuda financiera para Ucrania es comparativamente modesta, al igual que en los demás Estados neutrales. Son ante todo los países miembros de la OTAN los que suministran ayuda militar y fondos.
El hecho de que Suiza prohibiera a los países europeos la reexportación de armamentos de fabricación helvética, ha suscitado desavenencias. Con frecuencia se critica que el país se esconde detrás de su neutralidad y que sigue beneficiándose de sus opacas relaciones comerciales, sin enfrentarse a los oligarcas rusos con la vehemencia suficiente.
Sin embargo, el oportunismo como argumento inculpatorio no es nuevo y no se limita a Suiza; también los demás Estados neutrales con clara orientación occidental se están aprovechando del escudo protector de la OTAN, sin necesidad de contribuir nada, abundan estas voces.
La capacidad de cooperación del Ejército suizo, llamada interoperabilidad en la jerga técnica, debe ser reforzada considerablemente, según el departamento suizo de Defensa. El ataque ruso contra Ucrania ha evidenciado la urgencia de una vinculación militar con la OTAN, opinan expertos en seguridad. En la OTAN son conocedores de la nueva situación, por eso no escatiman gastos para sustentar el renovado atractivo de la alianza.
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El anunciado sistema de defensa aérea demuestra que las políticas de defensa se están consolidando en el continente: la UE, la OTAN y los Estados neutrales cooperan de forma cada vez más estrecha en los ámbitos más diversos. Para desbaratar los contraargumentos de los escépticos, se enfatiza que en tales constelaciones no está prevista ninguna obligación de asistencia.
Pero esta cuestión es secundaria desde la óptica rusa. Dado que Berna ha asumido las sanciones, Moscú ya no reconoce la neutralidad de Suiza, país al que ahora califica de “Estado hostil”.
Texto adaptado del alemán por Antonio Suárez Varela
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