¿Se encamina Suiza hacia una coalición europea de seguridad?
Con la crisis de Ucrania como telón de fondo, se han levantado voces en Suiza que exigen una cooperación militar más estrecha. ¿Hasta dónde puede llegar el pequeño país alpino sin traicionar su famosa neutralidad?
Europa intensifica sus esfuerzos de rearme. La percepción generalizada en muchos Estados es que la agresión rusa y la guerra en Ucrania han cambiado de forma fundamental la situación de seguridad en todo el continente. Por esta razón, los partidos burgueses y la Comisión de política de seguridad del Consejo Nacional (cámara baja) piden más recursos para el ejército también en Suiza.
Recientemente, Fabio Wasserfallen, profesor de Política Europea en la Universidad de Berna, realizó un sondeo por encargo de Tamedia, junto con otros investigadores. La guerra en Ucrania parece preocupar a la población suiza, pero la mayoría se siente más o menos segura en Suiza. El 45% de los encuestados opina que Suiza debería intensificar su rearme, frente a un 41% que lo considera innecesario, un 8% que incluso quiere desarmar el ejército y un 6% que se muestra indeciso.
El grupo de reflexión Avenir Suisse, vinculado al mundo empresarial, considera que una cooperación más estrecha con la OTAN y la red europea PESCO podría ser otra vía de solución. Los autores de un estudio reciente sobre política de seguridad opinan que Suiza debería desarrollar una política de neutralidad más pragmática y fomentar la cooperación transnacional.
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Suiza permanecerá neutral, salvo en caso de ser atacada
Los autores del estudio apuntan a Suecia y Finlandia como modelos. Ambos países han marcado distancias con su tradicional neutralidad y se consideran hoy como Estados “no alineados” en ningún pacto de defensa. Desde la anexión rusa de Crimea, Suecia y Finlandia están reforzando su rearme e intensificando su cooperación con la OTAN.
Austria confía su seguridad a otrosAustria y Suiza tienen mucho en común: ambos países son neutrales y tienen un ejército de milicias, están ubicados en los Alpes en el centro de Europa y son también más o menos comparables en relación a su extensión geográfica y el número de habitantes.Sin embargo, según Avenir Suisse, el Ejército austríaco es, por medidas de ahorro de gastos realizados en el pasado, menos eficaz y tiene menor relevancia que en Suiza. “La política de economización de gastos que practica Austria solamente es posible gracias a su relación pragmática con la neutralidad”, afirman los autores del estudio. Austria compensa sus carencias con una colaboración transnacional reforzada y su orientación hacia la seguridad colectiva en Europa.
Julia Hofstetter, presidenta de la organización no gubernamental Women In International Security (WIIS) SwitzerlandEnlace externo, entiende las voces que exigen más seguridad. “Es comprensible el deseo de una mayor seguridad militar y una colaboración más estrecha con la OTAN, especialmente en los países que comparten frontera con Rusia.” No obstante, en su opinión, el aumento de gastos para la defensa nacional se debería debatir de forma crítica y con la participación de la sociedad civil. “Existe el riesgo de que se utilice un estado de ánimo momentáneo para iniciar una nueva militarización y una carrera armamentista, lo cual hace que la situación en Europa no sea más segura sino más impredecible.”
Según Hofstetter, para los países no colindantes con Rusia que no forman parte de ninguna alianza defensiva como la OTAN, son otros los peligros principales. “Para países como Suiza, Rusia representa más bien un peligro en relación con la injerencia política, la desinformación o los ciberataques”, dice.
En opinión de Hofstetter, Suiza podría hacer frente a la compleja situación de amenaza reforzando su colaboración con la OTAN y la UE en áreas como el intercambio de experiencias y el aumento de las competencias. “Sin embargo, como respuesta a la guerra en Ucrania, la OTAN y la PESCO concederán, seguramente, prioridad al rearme convencional. En este contexto se plantea la cuestión si para Suiza no deberían ser más importantes otros actores y foros multilaterales.”
Al mismo tiempo, Hofstetter subraya la importancia de involucrar a las organizaciones de la sociedad civil, que suelen tener una comprensión más amplia de la seguridad y centrarse más en la protección de la población civil.
La neutralidad como obstáculo
Una cooperación militar reforzada podría encontrarse con otro escollo más: la neutralidad suiza, que goza de un respaldo popular importante. Sin embargo, solamente un 24% de los encuestados en el referido sondeo la consideran “innegociable”. Si bien es cierto que una mayoría cree en la conveniencia de la neutralidad, también ven cierto margen de interpretación.
En opinión de los autores del estudio de Avenir Suisse, se debería debatir honestamente sobre la cuestión de la neutralidad: “El límite de la neutralidad se rebasaría si Suiza se involucrara en una planificación militar internacional. Este modo de proceder sería compatible con el derecho de neutralidad, mientras Suiza no se comprometiera a cumplir obligaciones en un pacto de asistencia mutua.”
Ya con anterioridad a la guerra en Ucrania, Suiza había tomado la decisión de comprar 36 aviones de combate del tipo F-35. Según el grupo de reflexión Avenir Suisse, vinculado al mundo empresarial, se podría maximizar el potencial de estos nuevos aviones de combate si se refuerza la cooperación transnacional, puesto que los F-35 fueron desarrollados específicamente para realizar operaciones ofensivas en una alianza militar como la OTAN.
Gracias a estos cazas se podría defender el espacio aéreo conjuntamente. Según afirma este think tank, una operación colectiva es más razonable porque la plausibilidad de que un conflicto convencional afecte a Europa en su conjunto es más alta que un conflicto en el que Suiza se viera obligada a defenderse sola.
También Gerhard Pfister, presidente de la formación El Centro, puso sobre el tapete, en una entrevista reciente, una defensa conjunta del espacio aérea con la UE: También Suiza podría contribuir con sus aviones de combate a un control conjunto del espacio aéreo.
Los partidos de la izquierda y el Grupo para una Suiza sin Ejército (GSsE) siguen impasibles ante tales propuestas y reúnen firmas para una iniciativa contra la adquisición de estos aviones F-35. En opinión del GSsE, la compra no tiene ningún sentido desde el punto de vista político-militar y no aportaría ninguna seguridad adicional: “Un ataque contra Suiza por fuerzas terrestres rusas queda descartado”, se puede leer en su sitio web. “Antes de que un soldado ruso pusiera un pie en suelo suizo, ya se habría desatado una guerra nuclear, porque varios Estados de la OTAN ya habrían sido atacados antes.” Sin embargo, de acuerdo al sondeo de Tamedia, un 60% de los encuestados rechaza la iniciativa contra la compra de aviones de combate.
Por otro lado, la Unión Democrática de Centro (UDC), partido conservador de derechas, lo ve distinto. Consultada por swissinfo.ch, la UDC responde que, según su criterio, una cooperación de estas características sería contraria a la neutralidad.
El partido quiere convocar una iniciativa popular con la que pretende inscribir la neutralidad como principio universal en la constitución. En este supuesto, una cooperación con la OTAN o la PESCO quedaría definitivamente descartada.
“La neutralidad armada perpetua de Suiza es una garantía para la paz y la seguridad en nuestro país desde hace más de 200 años”, escribe en un comunicado Andrea Sommer de la secretaría general de la UDC Suiza. El hecho de que se estén conduciendo estos debates tramposos [sobre cooperaciones militares] demuestra que necesitamos una definición más exacta del derecho de neutralidad.
Incluso Avenir Suisse admite que se deben clarificar cuestiones en torno a la política de neutralidad antes de que Suiza pueda involucrarse más en las estructuras colectivas de la OTAN.
Antes PESCO que la OTAN
Según el politólogo Wasserfallen, es determinante cómo se desarrollarán las cooperaciones internacionales en la OTAN y la UE. “Las colaboraciones dentro del conjunto de la PESCO se van a intensificar, y eso debería aumentar las posibilidades de una cooperación con Suiza.”
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¿Entrará Suiza en la OTAN?
Según Wasserfallen, una cooperación con los Estados europeos es más sencilla que con la OTAN. También los miembros de la PESCO persiguen el objetivo común de colaborar en los casos de defensa propia, pero (aún) no existe una verdadera obligación de asistencia mutua como en la OTAN.
De la misma manera, los autores del estudio de Avenir Suisse llegan a la conclusión de que si bien una cooperación reforzada con la OTAN tendría más sentido desde el punto de vista de la estrategia militar, sería políticamente más realista colaborar con la UE. También en el sondeo citado más arriba, una mayoría de los encuestados está a favor de una participación suiza en la PESCO, mientras que dos tercios rechazan un ingreso en la OTAN.
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Traducido del alemán por Antonio Suárez Varela
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