«Suiza no se protegerá con barreras arancelarias»
La receta usada por Brasil en su lucha contra la fuerza de su moneda no sirve para la economía suiza.
Es lo que declaró en entrevista exclusiva a swisinfo.ch el ministro de Economía de Suiza, Johann Schneider-Ammann, en ocasión de su viaje a Chile y a Brasil.
El ministro prefiere hablar de desaceleración y no de crisis. El remedio del problema, según Schneider-Ammann, sería justamente la liberalización de los mercados.
swissinfo.ch: Una condición para el TLC entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) es el intercambio de productos agrícolas ¿Cómo convencer de ello a los agricultores suizos que tendrán que enfrentar la competencia?
Johann Schneider-Ammann: El tema del comercio agrario es un tema muy discutido en todas partes. Lo que hicimos en Brasil fue manifestar nuestro deseo de iniciar encuentros exploratorios entre representantes de los Estados miembros de la AELC y el Mercosur.
Esto permite que ambas partes pueden explicar sus intereses, también en el sector agroeconómico. Cada posible acuerdo comercial debe reflejar los intereses de sendas partes. Para la agricultura suiza no hay hoy por hoy ningún motivo de preocupación.
swissinfo.ch: Brasil, como Suiza, combate los estragos que en el sector de exportaciones provoca tener hoy día una moneda fuerte. ¿Encontró puntos interesantes en los esfuerzos de Brasil?
JS-A: Brasil se encuentra en una situación similar ante el hecho de que el Real, como el Franco Suizo, está fuertemente sobrevalorado. Pero el país lucha también ante dos inconvenientes más, los cuales Suiza no conoce: Inflación e intereses relativamente altos.^
Para lograr condiciones marco óptimas para la economía, especialmente para el sector de exportaciones, el Gobierno de Brasil opera con la reducción de intereses. Esto, por cierto, bajo el precio de una inflación al alza.
En mis conversaciones con las partes brasileñas tuve la impresión que nosotros en Suiza estamos en el buen camino con las medidas dispuestas. Decisivo resulta que se mantenga la exigencia de promover la innovación y la formación.
swissinfo.ch: Brasil se inclina por reducir impuestos e imponer barreras arancelarias, como a la importación de automóviles. ¿Estas son recetas también para Suiza?
JS-A: No, seguro que no. Suiza es una atractiva y transparente sede fiscal y como tal se esfuerza en la optimización de su sistema impositivo. No puedo imaginarme que cubramos nuestro mercado con esos castigos fiscales.
swissinfo.ch: Compañías suizas activas en Brasil critican las grandes barreras burocráticas y comerciales que incrementan el riesgo empresarial. ¿Comparte Usted esas opiniones?
JS-A: He escuchado esa crítica. Al parecer hay que pasar por un largo proceso burocrático hasta obtener los permisos necesarios. Brasil es consciente de ello y no contradice la crítica.
Nuestra visita permitió la oportunidad de mostrar a los miembros de la delegación económica que nos acompañó de mostrar caminos cortos en la administración brasileña.
El vicegobernador de Sao Paulo explicó por su parte la necesidad de procedimientos más sencillos, además de anunciar un gran interés por la inversión extranjera, especialmente en el sector infraestructura.
Suiza y Brasil firmaron ya en 1994 un Acuerdo de Protección de Inversiones, pero nunca se ratificó. Con los contactos actuales el asunto de nuevo se mueve.
swissinfo.ch: El Gobierno de Brasil critica los excesos y una falta inmensa de control en el sector financiero. ¿Qué opina del problema?
JS-A: También la plaza financiera suiza conoce estas faltas; como el caso del UBS (el Gobierno Federal tuvo que inyectar al banco casi 70 mil millones de francos en 2009, ndr)
Cada país debe resolver sus tareas. Yo me ocupa de la estabilización de la plaza financiera suiza. No es oportuno hacer recomendaciones al respecto a países amigos como Brasil.
swissinfo.ch: El crecimiento económico actual se ha reducido ligeramente tanto en Brasil como en Suiza. ¿El contexto de la actual crisis europea de endeudamiento público puede generar una crisis de mayor magnitud?
JS-A: Debemos admitir una desaceleración, pero no quiero hablar de una crisis. Los países europeos están muy endeudados y deben poner en orden sus presupuestos estatales reduciendo sus gastos. Ese es un indicador de que la economía de la UE crecerá más lentamente.
Por otra parte, me preocupa un tanto el Extremo Oriente. La locomotora china, que es muy importante para la economía mundial lucha contra problemas de sobrecalentamiento y no debe desfallecer.
Espero que los descensos coyunturales no sean dramáticos. Un medio de mantener la confianza es que los países mantengan sus fronteras abiertas. Así el incentivo económico no será sofocado.
swissinfo.ch: El control de movimiento de capitales no es un problema en Suiza. ¿Cuáles son las posibilidades para las empresas domésticas de conseguir contratos públicos externos?
JS-A: Los mercados deben permanecer abiertos. No obstante, comprendo que las empresas domésticas quieran para sí los contratos públicos.
Además del precio, está en cuestión una mejor oferta en general, que incluya consultoría, instrumentos de financiamiento, atención al cliente, etc. Las empresas nacionales deben tener esto en consideración para garantizar contratos con el gobierno.
Con un crecimiento del 7,5% y 5,3%, respectivamente, en 2010, Brasil y Chile adquieren una creciente importancia para las empresas suizas.
En 2010, las exportaciones suizas a Brasil totalizaron 2.310 millones de francos.
Las importaciones sumaron 849 millones.
El comercio bilateral creció un 19% respecto al año precedente. A fines de 2009, las inversiones suizas en Brasil sumaron 12.800 millones
de francos. Y las empresas suizas empleaban a 106.000 personas.
Chile es miembro de la OCDE desde 2010 y su meta es ser un país industrializado al final de esta década.
En 2010, las exportaciones suizas a Chile totalizaron 205,9 millones
de francos. Las importaciones sumaron 149,5 millones.
A fines de 2009, las inversiones suizas en Chile sumaron 1.500 millones de francos. Y las empresas suizas empleaban a 13.300 personas.
El acuerdo de libre comercio entre Chile y EFTA entró en vigor el 1 de diciembre de 2004.
(Traducción: Patricia Islas)
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