Suiza, pionera en la promoción del ‘oro justo’ en Perú
Berna impulsa una iniciativa para promover la minería responsable facilitando el acceso al mercado a los mineros artesanales a cambio de operaciones más transparentes y respetuosas del medioambiente. swissinfo.ch viajó a Perú para descubrir si la ‘Better Gold Initiative’ (BGI) podrá cumplir sus promesas.
En 1988, Feliciano Quispe llegó al desierto costero del Perú exclusivamente con una mochila, una pala, una brújula y una botella de agua. La economía del país estaba sumida en el caos, pero él necesitaba un trabajo y se puso a buscar oro.
“No tenía absolutamente nada, ni una bicicleta para desplazarme. Teníamos que vivir en el desierto, en alguna cueva o agujero”, afirma.
Junto con otros mineros se convirtió en uno de los pioneros de la minería a pequeña escala y comenzó a vender algunos kilos de mineral a las refinerías.
Hoy, Quispe es el director general de la mina Españolita, ubicada en el desierto a unos 600 kilómetros al sur de Lima. Él y otros 47 mineros fundaron su propia compañía porque se sentían estafados por los compradores de este metal.
La mina opera como cooperativa y actualmente procesa alrededor de 14 kilos de oro mensuales.
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No es oro todo lo que reluce
Adiós a los intermediarios
Españolita o Medsursa, como también se conoce a esta mina, prevé convertirse en breve en uno de los proveedores de la BGI. Se trata del más reciente proyecto de oro responsable que han puesto en marcha la Secretaría de Estado de Economía (Seco) y Swiss Better Gold Association, agrupación integrada por grandes refinerías, joyeros y organizaciones dedicadas al comercio justo como Max Havelaar Suiza.
La BGI tiene como meta acercar pequeños mineros del oro y clientes suizos potenciales, lo que permite ofrecer precios más atractivos ya que se eliminan los intermediarios. Para los consumidores, este esfuerzo se traduce en una mayor transparencia y trazabilidad del metal que adquieren. La iniciativa prevé también acceso a fondos especiales para aquellos mineros que pongan en marcha proyectos de desarrollo sostenible.
La participación de Suiza en la BGI se explica en el rol clave que tiene dentro del comercio internacional de este metal precioso: el 70% del oro que se comercia en el mundo transita por territorio suizo.
Actualmente, Perú es el quinto productor internacional de oro, que constituye el 97% de sus exportaciones a Suiza.
Según las estadísticas oficiales, Perú vendió 190 toneladas de oro a Suiza en el año 2011.
Sin embargo, solo una porción muy pequeña –alrededor de 50 kilogramos- fueron exportados por Sotrami, el primer productor de esta iniciativa. Thomas Hentschel, director de la BGI, espera que la proporción aumente a 2 o 3 toneladas dentro de cuatro o cinco años.
Christophe Wiedmer, director de la Sociedad para los Pueblos Amenazados en Berna elogió el trabajo que realiza la BGI, al enfocarse en productores específicos, pero destacó que esta iniciativa requeriría un presupuesto superior a los 2,9 millones de francos suizos que le fueron asignados inicialmente.
Los grupos independientes FairMined y FairTrade certifican a mineros artesanales y pequeñas minas que respetan una serie de estándares sociales y medioambientales.
Ambos persiguen el objetivo de garantizar condiciones de trabajo dignas, respetar los derechos humanos y eliminar gradualmente el mercurio en la actividad minera a pequeña escala.
Consejo de Joyería Responsable (RJC), del que forman parte la mayoría de los joyeros destacados, provee estándares que deben aplicar esencialmente los mineros a gran escala. El Consejo Mundial del Oro, en tanto, también ofrece certificaciones de oro libre de conflicto a las grandes compañías mineras.
El costo ético
Uno de los principales problemas que enfrentan los consumidores finales de oro limpio es que la oferta de este insumo aún es limitada. Si bien entre el 15 y 25% del oro que se comercializa en el mundo proviene de minas artesanales, solo unos 600 kilos son certificados por instancias como FairTrade y FairMined, estima Greg Valerio, activista de FairTrade.
“Todos estamos peleando la misma batalla”, dice Assheton Carter. El experto en oro responsable explica que las grandes marcas joyeras demandan grandes cantidades de oro –varias toneladas- y las cuatro principales refinerías suizas son las encargadas de abastecerles, ya que garantizan la calidad que requieren las principales marcas.
Dada la escasez que aún existe de oro responsable, Carter precisa que los joyeros evitan vanagloriarse de que venden oro justo, porque el público les preguntaría qué porcentaje concreto proviene del comercio responsable.
Otro de los problemas que enfrenta la industria del oro justo son los costos de producción. Al menos hasta antes del surgimiento de la BGI, la compra de oro certificado por FairTrade y FairMined ha implicado el pago de elevadas primas. Carter afirma que el oro responsable cuesta aproximadamente un 25% más que registra el llamado oro al contado en el mercado internacional.
Iniciativas peruanas
La BGI se lanzó en noviembre pasado, unos meses antes de que el Gobierno de Perú ponga en marcha un programa para certificar a pequeños mineros, en medio de una creciente polémica sobre los daños medioambientales y de salud, así como de los abusos laborales que aún persisten en esta industria.
Lima será sede de la Conferencia COP 20 sobre el cambio climático en noviembre de 2015 y quiere predicar con el ejemplo. El Gobierno ha dado a los mineros informales hasta abril de 2014 para cumplir con los estándares medioambientales, sociales y fiscales vigentes en el país, de lo contrario serán objeto de sanción.
De acuerdo con las autoridades peruanas, hace un par de años había alrededor de 100.000 mineros ilegales. El proceso de formalización busca eliminar problemas como la creciente deforestación, la contaminación por mercurio, el presunto tráfico de personas y prácticas laborales abusivas.
Una de las regiones donde se espera que las autoridades sean particularmente rigurosas es Madre de Dios, en la selva sudoeste del país, donde la minería ilegal está provocando grandes estragos medioambientales. Un problema que denunció el Carnegie Institute en octubre pasado y que acapara la atención pública desde entonces.
swissinfo.ch visitó el distrito de Huepetuhe -en el corazón de las actividades mineras del departamento de Madre de Dios- para hablar con los mineros informales. Estos afirman que tras décadas de ser apoyados por el gobierno vía concesiones mineras y créditos fáciles, hoy saben que Lima está decidida a eliminar la minería artesanal nacional en favor de las grandes empresas mineras extranjeras.
Según el Consejo Mundial del Oro, las cuatro principales minas peruanas –que aportaron el 14% de los ingresos tributarios en 2011- están en manos extranjeras.
En Huepetuhe, la deforestación es evidente. Al final de las chabolas que habita la población de la zona se observa claramente cómo la vegetación ha sido arrasada para dejar paso a un paisaje árido y polvoso.
Aquí, las excavadoras y otras máquinas pesadas hurgan en las entrañas de la tierra para obtener oro. Después lavan el terreno con mangueras de alta presión y se disponen a extraer el metal precioso utilizando un tipo de mercurio altamente tóxico.
La distinción entre ambos es nebulosa. Generalmente, la informalidad hace referencia a mineros que trabajan fuera del marco legal y que han logrado cierta permanencia en el mercado. Suelen incumplir con los derechos de propiedad, el pago de impuestos, las normas básicas medioambientales, los estándares sociales, o en todos ellos.
Pero los funcionarios públicos tienden a hablar de minería ilegal solo cuando se rebasa un cierto umbral de abusos.
Reacomodar a los mineros informales
La Españolita casi ha terminado su proceso de formalización, y hay otros mineros de Madre de Dios esperan ser certificados en abril, señala Ernesto Raez Luna, consejero del Ministerio de Medio Ambiente.
Las autoridades temen que muchos mineros ilegales opten simplemente por desplazarse hacia áreas más profundas de la selva donde no existe ningún control oficial.
Quinn Kepes, miembro de la ONG Verité y autor de un informe reciente sobre la minería ilegal en Perú, dice a swissinfo.ch que sospecha que muchos mineros ilegales de la región sureña de Arequipa llevan el oro que obtienen a los llamados procesadores, que lo revenden como si procediera de fuentes legales.
En Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, varios comerciantes confesaron a swissinfo.ch que sus proveedores de oro suelen amañar la documentación vinculada a este producto.
Según Miguel Santanilla, jefe de investigación del Instituto del Perú, es práctica conocida. Desde la introducción de las nuevas políticas del gobierno “el oro ilegal es convertido en oro legal a través del papeleo, pero con ayuda de las autoridades”, afirma.
Para Quispe y la cooperativa Españolita, los planes de la BGI son bocanada de esperanza y un reconocimiento a su visión.
Casino Palomino, otro de los mineros asociados a la Españolita, sostiene: “La iniciativa suiza para un oro responsable es una fuerza que nos impulsa a avanzar, que inspira a otros miembros de esta actividad… y que nos permite ayudar a otros”.
El pasado 13 de diciembre, el Gobierno suizo anunció que a partir de 2014 publicará detalles sobre el origen del oro que importa y exporta Suiza.
Desde esa fecha, las estadísticas del comercio exterior incluirán un desglose por país por primera vez desde 1981.
Suiza se suma así a los estándares estadísticos internacionales y contribuye a la transparencia de toda la industria, según el Gobierno.
Sin embargo, las autoridades no se han pronunciado aún sobre la posibilidad de publicar datos desglosados del pasado.
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