Suiza, protagonista discreta del G-20 en Pittsburg
La 'ciudad del acero' reúne a las principales potencias económicas del mundo para debatir tres temas centrales: la recuperación económica, la regulación bancaria y los bonos multimillonarios.
Sin asistir, Suiza se hace presente. Durante su participación en la Asamblea de la ONU que se celebra en Nueva York, el presidente Hans-Rudolf Merz cuestionó la legitimidad del G-20 y exhortó a incluir a todas las partes involucradas en los debates y determinaciones de orden mundial.
Suiza no fue invitada y tampoco forma parte del grupo, pero ha sido tema obligado durante la Cumbre del G-20 que se celebra en Pittsburg (EEUU).
Hace 10 años cuando se fundó, el G-20 era un grupo de ministros de finanzas y banqueros centrales comprometidos a debatir temas de interés mundial. En 2009, se trata del grupo más poderoso del orbe, representante de las 20 naciones que concentran el 88% del PIB y el 82% del comercio internacional.
Y a partir de la crisis iniciada en 2008, una cita que convoca a jefes de Estado, no sólo a ministros.
A diferencia de su antecesora en Londres, en abril pasado, que se celebró en el punto álgido de la crisis, la reunión de la ‘ciudad del acero’ coincide ahora con las primeras señales de recuperación económica.
Suiza trabaja por su cuenta en la línea de reformas financieras que debatirán los miembros del G-20 y ha avanzado sustancialmente en el intercambio de información fiscal con otros gobiernos.
Bonos al estilo UBS
Un tema que marcará la agenda financiera de Pittsburg son los bonos pagados a banqueros.
Los mandatarios del G-20 tienen previsto llegar a un acuerdo el día de hoy sobre cuál será el esquema que apliquen para acotar el pago de primas millonarias a los banqueros internacionales. Sobre la mesa, dos posiciones.
La Unión Europea (UE), presidida hasta diciembre por Suecia, exige que se fijen límites a los bonos bajo la consigna de «no aceptar que los beneficios de los bancos sean privados y las pérdidas, una carga para los contribuyentes».
Si no existe consenso para fijar ‘techos’, Europa propondrá un esquema semejante al que opera en el UBS desde enero de 2009, basado en el esquema ‘bonus-malus’, que otorga primas extraordinarias en función de los resultados que obtuvo una institución.
Esto es, el pago de bonos se difiere en el tiempo hasta que se conocen los resultados de un banco, y sólo hay premio financiero si las finanzas de la institución son sólidas.
El presidente Barack Obama expresó el viernes pasado (18.09) que Estados Unidos tiene sus dudas al respecto: coincide en que los errores de los directivos pusieron en jaque al sistema financiero internacional, pero reitera que no es labor de los gobiernos fijar los sueldos o compensaciones que se pagan en el sector privado.
Regulación y apoyos
Otros dos temas prioritarios en la cumbre de Pittsburg son los apoyos gubernamentales y las nuevas reglas para el sistema financiero internacional.
Los jefes de gobierno, liderados por EEUU, discutirán cuándo y cómo deben cesar los apoyos financieros que las administraciones han otorgado a sus economías desde 2008 para amortiguar los efectos de la crisis. Un monto que asciende ya a 5 billones de francos suizos (el último de ellos, pactado en la Cumbre del G-20 en Londres).
Otro asunto central será la transformación y supervisión del sistema financiero internacional.
Alemania y Francia, en voz de sus mandatarios, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, quieren lograr acciones concretas, no sólo compromisos verbales, en Pittsburg, especialmente en el tema de los fondos de alto riesgo (hedge funds), así como la revisión de la misión de las empresas calificadoras de riesgo (que no fueron capaces de ver el tamaño de la crisis que se avecinaba).
Suiza también trabaja en este sentido. En marzo anunció la eliminación del secreto bancario para los clientes extranjeros de su plaza financiera en caso de presunción de evasión fiscal. Y el Ministerio de Finanzas confirmó que en octubre presentará una nueva estrategia para el sector financiero «adaptada a las nuevas condiciones que exigen las finanzas internacionales».
‘Lista blanca’
Suiza ingresó hoy en la ‘lista blanca’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es decir, del listado de países colaboradores en términos de intercambio de información fiscal entre gobiernos en caso de sospecha de evasión o fraude de sus contribuyentes.
El pasado 2 de abril, Suiza fue notificada por la OCDE, durante la clausura de la Cumbre de Londres, de que formaba parte de una ‘lista gris’ junto con países como Andorra, Liechtenstein, Austria y Mónaco. Lo anterior a pesar de que el 13 de marzo el país había anunciado su disposición a reformar su secreto bancario.
Las buenas intenciones no eran pues suficientes, así que Suiza pasó a la acción. En un semestre, la Confederación Helvética rubricó –concluyó la negociación técnica- de 16 convenios «transparentes» de doble tributación con igual número de países.
De ese total, 12 han pasado al estatus de «firmado», es decir, Suiza se ha sentado a la mesa con los gobiernos de Dinamarca, Gran Bretaña, Austria, Noruega, Luxemburgo, Francia, México, Finlandia, Islas Feroe, España, EEUU y Qatar.
Críticas al G-20
Desde Nueva York, y durante su participación en la 64ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Hans-Rudolf Merz, presidente de Suiza, cuestionó duramente la legitimidad del G-20.
Reconoció que el grupo se ha convertido en referente y protagonista del debate de temas de interés global, pero afirmó que no es aceptable que esto suceda a expensas de excluir de estos trabajos a la ONU y a otras naciones.
El G-20 carece de legitimidad, entre otras razones porque sus miembros no son objeto del mismo nivel de escrutinio que aquellos que no son miembros de la agrupación. Es necesario desarrollar condiciones de igualdad, puntualizó Merz.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
El G-20 fue fundado en 1999 para coordinar una política económica mundial capaz de generar crecimiento y equilibrio entre el mundo desarrollado y el emergente.
Integrantes del G-20: Alemania, EEUU, Francia, Canadá, Reino Unido, Italia, Japón, Rusia, Unión Europea (como bloque),China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Australia, Argentina, Brasil, Sudáfrica, Turquía.
Para que los acuerdos se apliquen de forma pragmática y ordenada, son miembros también: Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial, Foro de Estabilidad Financiera.
Y son invitados la iniciativa privada y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Las tres cumbres –a nivel de jefes de Estado- sostenidas por el G-20 son: Washington (noviembre 2008); Londres (abril 2009) y Pittsburg (24 y 25 de septiembre de 2009).
En 2009, por cuarto año consecutivo, la Fundación Ethos –fundada en 1997 en Ginebra para favorecer la transparencia en la gestión pública y empresarial- presenta su estudio sobre remuneraciones empresariales en Suiza.
El estudio se realizó entre 47 empresas, todas ellas listadas en la bolsa de valores suiza.
En 2008, las remuneraciones de los ejecutivos top de las empresas se redujeron un 22%.
Un presidente de consejo en las empresas helvéticas gana 1 millón 964.478 francos anuales en promedio, un 5% menos que en 2007.
Un director general, responsable de toda la operación de un grupo, devenga 2 millones 429.818 francos, un 23% menos que en 2007.
La caída de las remuneraciones durante la crisis y, sobre todo, el debate vigente sobre los límites que deben imponerse a los premios que reciben los directivos de bancos y empresas, es una victoria de la Fundación Ethos.
Logró que a partir del 2009, grupos como Nestlé, UBS o Credit Suisse, consulten a su accionariado sobre a política de remuneración de sus altos mandos.
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