Suiza se confirma como la 4ª economía más competitiva
El nuevo Informe de Competitividad Mundial elaborado por el instituto IMD, de Lausana, mantiene a la economía helvética en la misma plaza que un año antes. Pero no todo está ganado, advierte. Los bancos suizos deben recuperar la confianza que han perdido últimamente y las exportaciones deben ganar brío.
De lo contrario, no está claro que Suiza se mantenga en el ‘top 5’ de la competitividad en años próximos.
En 2009, sólo Estados Unidos, Hong Kong y Singapur poseen economías más competitivas que Suiza, que se confirma en el cuarto sitio que había obtenido en 2008, según revela la más reciente edición del Reporte de Competitividad Mundial.
El documento presentado este miércoles (20.05) por el International Institute for Management Development (IMD), evalúa 57 economías y contempla 350 criterios de análisis. Y ubica a Suiza como una economía sólida en sus fundamentos, pero que apenas está por vivir lo peor de los estragos de la recesión internacional.
Dos tercios de los criterios incluidos por el IMD se basan en los indicadores económicos de cada país. El tercio restante, en el resultado de un amplio sondeo conducido entre empresarios y académicos para conocer la percepción que tienen sobre cada país.
En la clasificación de 2009, detrás de Suiza se sitúan Dinamarca (5), Suecia (6), Austria (7), Canadá (8), Finlandia (9) y Holanda (10). En el extremo opuesto: Croacia (53), Rumania (54), Argentina (55), Ucrania (56) y Venezuela (57).
Las economías que mejor han sorteado la crisis, ya que consiguieron elevar sus niveles de competitividad en tiempos adversos, son: Hong Kong (quien escaló del sitio 3 al 2); Dinamarca (del 6 al 5); Suecia (del 9 al 6); Finlandia (del 15 al 9); y Alemania (del 16 al 13).
Los más afectados por la coyuntura son: Francia (pasó del sitio 25 al 28) y España (del 33 al 39), en ambos casos con un repunte extraordinario del desempleo.
Suiza, bases sólidas
El Informe de Competitividad Mundial 2009 dedica un apartado íntegro a Suiza en el que realiza un balance sobre sus fortalezas y debilidades.
A su favor, la economía helvética tiene elementos como la facilidad para acceder a financiamiento por parte de las empresas y los particulares (número 1 de las 57 economías analizadas), atractivo costo del capital (1), experiencia en el manejo de grandes negocios (1), la capitalización de su mercado de valores (3), o su nivel de gasto público en ámbitos como la salud (2).
Es también una economía que destacada en materia de productividad (6) y de solidez institucional (3).
Pero según el informe, también se trata de un país cuya competitividad general se ve vulnerada por factores como lo elevado de sus precios (sitio 45 entre las 57 economías evaluadas); altos subsidios gubernamentales (52) y salarios por encima de la media de países desarrollados (52).
Es del mismo modo, una economía que pierde ritmo de forma importante, cuyas exportaciones se debilitan y que corre riesgo de enfrentarse a una deflación en 2010, lo que agudizaría sus problemas.
2010, año clave para Suiza
Sobre el desempeño de Suiza, la experta del IMD, Anne-France Borgeaud, afirma que el país sigue bien posicionado aún, pero necesita vigilancia.
Suiza vive un momento complejo, refiere, y debemos preguntarnos si será capaz de mantener en el futuro los niveles de competitividad que ha evidenciado hasta ahora.
El frenazo económico, explica, se dejó sentir desde el otoño pasado. Los flujos de inversión bajaron, la cuenta corriente se deteriora y las exportaciones caen, estas últimas, pilares fundamentales de la economía.
Un debilitamiento que se ha manifestado ya en actividades como la construcción, la hotelería y, por supuesto, el sector financiero, subraya Borgeaud.
La plaza financiera suiza, que equivale al 12% del PIB del país, está bajo presión por los juicios internacionales que enfrenta (el caso de evasión encubierto por el UBS en EEUU) y debe restaurar la confianza.
Con respecto al consumo interno, «los suizos son previsores y tenderán a desplazar sus compras hacia el futuro. Preferirán ahorrar, una situación poco favorable para una economía que intenta salir de una coyuntura recesiva», explica.
Y advierte otro punto importante: dado que Suiza comenzó a presentar con cierto desfase –con respecto a EEUU y otros países de Europa- señales de recesión, será a finales de 2009, o en 2010, cuando pueda evaluarse con precisión el costo que tendrá esta crisis para su economía.
Borgeaud agrega que se avecinan años de bajo crecimiento, como los que se vivieron en la década de los 90.
El mundo cambió
El creador del Informe de la Competitividad Mundial, que este año presenta su 21ª edición, Stéphane Garelli, realiza una larga reflexión en uno de los anexos de documento.
Se pregunta: ¿Por qué compite el mundo? Y él mismo responde: «Porque el globo es mucho más abierto que antes, y todos los países y compañías quieren las mismas fuentes de insumos y mercados, y han de trabajar y dar un extra para conseguirlo».
El experto y creador de un barómetro que es utilizado por gobiernos, empresas y universidades como guía de aquello que está por venir en materia económica, señala además que la presente crisis financiera cambió el mundo para siempre.
Nuevos jugadores entran a la economía mundial y cambian las reglas de juego de forma definitiva. Hasta hace muy poco, el poderío económico estaba concentrado en EEUU, Japón y Europa, una condición que se diluye, cita.
Y refiere que en el pasado las grandes empresas globales llegaban a los mercados emergentes en busca de insumos y mano de obra a bajo costo.
Ahora, continúa, las economías en desarrollo cambiaron de papel y se vuelven cada vez más protagonistas, una característica que se acentuará cada vez más a partir del año 2020, según sus previsiones.
Andrea Ornelas, swisssinfo.ch
El International Institute for Management Development (IMD) es una de las 10 escuelas de negocios más importantes del mundo. Tiene sede en Lausana, Suiza.
El Centro de Competitividad Mundial, que pertenece al IMD, es el responsable de elaborar el Informe de Competitividad.
Este documento, publicado desde 1989, es uno de los estudios sobre competitividad internacional más consultados, por la diversidad de criterios que utiliza (alrededor de 350), y porque amalgama indicadores económicos con la percepción de los especialistas.
De acuerdo con Stéphane Garelli, profesor del IMD y director del Centro de la Competitividad Mundial, el mundo vivió una primera gran ola globalizadora entre 1985 y 2000, periodo en el que cayó el comunismo y el grueso de las economías se abrieron.
Una segunda ola inició en el año 2000 y concluirá alrededor del 2020. En ella, el nuevo reto es acceder a los mercados domésticos de las naciones emergentes. Asia tiene actualmente 4.000 millones de habitantes, y para el 2050 tendrá 5.266 millones. Y África pasará de los 965 millones actuales a 1.998 millones para el 2050.
El mundo vive una expansión de la economía en la que las fronteras se borraron y cuyos patrones de consumo se ‘occidentalizan’, al incrementarse la demanda de productos como los cereales o la carne, antes poco consumidos en Oriente.
Y una tercera ola, que iniciará después de 2020, terminará por cambiar las reglas del juego. Los gobiernos de los países emergentes serán más poderosos que nunca, y los hombres más ricos del mundo vendrán de estas economías.
Según el Centro de la Competitividad Mundial, las 10 reglas de la competitividad para toda economía son:
1) Crear un entorno estable en materia legislativa y administrativa.
2) Contar con gobiernos transparentes y que rindan cuentas.
3) Invertir constantemente en desarrollo e infraestructura.
4) Facilitar el desarrollo de la clase media, clave de la prosperidad y la estabilidad de largo plazo en un país.
5) Apoyar el desarrollo de medianas empresas.
6) Mantener un buen nivel de equilibrio entre salarios, productividad e impuestos.
7) Desarrollar un mercado local que promueva el ahorro privado.
8) Equilibrar la agresividad de los mercados internacionales con el atractivo del valor agregado.
9) Aprovechar la globalización sin olvidar la importancia de la economía de proximidad.
10) Promover el mayor nivel de prosperidad para todos.
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