Suiza, uno de los países más globalizados
Según los índices del instituto KOF y la consultoría AT Kearney, Suiza es el cuarto país más globalizado del orbe debido a su solidez económica, democrática y su nivel de vida.
Este puesto es un arma de doble filo: la integración internacional multiplica las oportunidades, pero también los riesgos de contagio en caso de crisis.
Suiza es el cuarto país más globalizado del mundo después de Bélgica, Austria y Suecia este 2008, afirma el Instituto de Investigación Económica de Zúrich (KOF).
Con ello, Suiza gana dos sitios con respecto al 2007 y deja atrás a países como Dinamarca, Holanda, Reino Unido, la República Checa, Francia, Finlandia, Alemania, España, Hungría, Portugal o Canadá (en ese orden).
Paradójicamente, ser uno de los cinco países más globalizados del mundo –según el índice de globalización mundial 2008 que KOF dio a conocer el pasado 8 de enero– no es forzosamente una cualidad.
Para los defensores de la globalización es una oportunidad de compartir el desarrollo. Para sus detractores, es un mero disfraz que justifica la multiplicación de una riqueza insultante en detrimento de los grupos menos favorecidos del mundo.
Visión de KOF
El índice sobre globalización mundial elaborado por KOF incluye la evaluación de indicadores de los ámbitos económico, social y político.
Este año, KOF incluye 122 países que evalúa no sólo durante los últimos 12 meses, sino de forma sostenida de 1970 a la fecha. Sus conclusiones ofrecen una visión de largo plazo.
En lo económico, los expertos de KOF consideran los flujos de inversión recibidos del extranjero, capital interno, desarrollo de los servicios y la percepción del mercado, además de la evolución del comercio.
En lo social se estima la libertad de información y la calidad de vida de los habitantes; en lo político, la democratización y el respeto de los gobiernos a la difusión de ideas.
De los vecinos geográficos de Suiza, Austria se ubica en la plaza 2, Francia en la 9, Alemania en la 11.
España, por su parte, ocupa el lugar 12 porque la inversión que recibió en grandes cantidades en los años previos ahora se desplaza hacia Europa del Este.
Aunque en el índice global Suiza se ubica en el cuarto sitio, en sectores concretos como el económico se ve desplazada al puesto 19, por haber reducido los flujos de inversión extranjera que recibe.
En contrapartida, en el ámbito social, Suiza es líder absoluta del ranking de KOF, delante de Austria, Singapur y Bélgica, dada la calidad de vida que disfrutan sus habitantes.
En lo político, Suiza ocupa el lugar 24, porque se considera que su gobierno aún es proteccionista en temas como el agropecuario.
Los países menos desarrollados en los tres ámbitos son Níger, Burundi, Irán, Malí y Bangladesh, según KOF.
Otra visión
La globalización es un arma de doble filo. El desarrollo es contagioso, pero también lo son las crisis.
La medición de los avances en materia de globalización interesa a muchos otros expertos internacionales. La consultoría empresarial AT Kearney y la revista estadounidense ‘Foreign Policy’ presentan anualmente su propio Índice de Globalización.
En su caso, son cuatro temas los que se revisan: integración económica (comercio e inversión extranjera directa, incluidos); contacto personal (penetración telefónica, remesas, viajes); conectividad tecnológica (usuarios de Internet, hosts y servidores seguros); y compromiso político (ayuda extranjera, tratados comerciales, paz social).
En la edición 2007 de su ‘ranking’ (el más reciente), Suiza se sitúa en el cuarto lugar, antecedida por naciones muy distintas a las que KOF coloca en las tres primeras plazas.
En este caso, los países más globalizados son Singapur, Hong Kong, Holanda, Suiza, Irlanda, Dinamarca, EEUU, Canadá, Jordania y Estonia.
España, por ejemplo, se ubica en el sitio 29, tres lugares detrás de la plaza que ocupaba en 2006, debido a su pérdida de inversión extranjera.
España ha perdido presencia también por haber otorgado su respaldo a Estados Unidos en años pasados en la guerra contra el terrorismo, ya que para los expertos de AT Kearney y ‘Foreign Policy’ retrocedió en el esfuerzo por mantener la paz mundial.
Por la globalización
La globalización busca eliminar distancias, facilitar la unidad económica, política y social en el mundo. Pero ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?
A juicio del Banco Mundial (estudio ‘Globalización, crecimiento y pobreza: construyendo una economía incluyente’), la globalización ha permitido a partir de los años 90 reducir la pobreza extrema en el mundo, pero debe reorientarse para que ayude realmente a las poblaciones más marginadas.
«Alrededor de 2.000 millones de personas del África subsahariana, Oriente Medio y los países que pertenecieron a la Unión Soviética, viven aún rezagados y no han conseguido profundizar su integración a la economía mundial».
Para que la globalización verdaderamente beneficie a todas las naciones, cita el Banco Mundial, deben mejorarse las condiciones para la inversión y establecerse mecanismos de protección social que permitan a los más pobres adaptarse a las oportunidades que abre un nuevo entorno cambiante.
Los países ricos deben, por su parte, permitir la importación de productos de las naciones en desarrollo, sobre todo agrícolas, sin proteccionismos.
Un tema que es altamente sensible en Suiza, cuyo sector agrícola sigue siendo protegido vía subsidios.
«La globalización provoca ansiedad, pero dar marcha atrás ya es imposible porque se eliminarían las perspectivas de prosperidad de muchos países pobres», concluye el Banco Mundial.
Una falacia
No todo el mundo opina que globalizar sea sinónimo de abrir oportunidades para el desarrollo de pobres y ricos.
Numerosas organizaciones no gubernamentales suizas como ‘Ojo Público sobre Davos’ o Declaración de Berna, así como personalidades de todos los sectores y latitudes, como el escritor portugués José Saramago, el campesino y sindicalista francés José Bove, el cineasta alemán Wim Wenders, el ecologista español Ramón Fernández Durán o el suizo, Jean Ziegler, relator de la ONU, opinan que la globalización es un jinete del Apocalipsis.
La globalización ha permitido que la riqueza acumulada por una sola multinacional (como Coca-Cola o el banco UBS) sea superior al Producto Interno Bruto (PIB) de muchas naciones en desarrollo, y que entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI) dicten recetas generalizadas para males muy diversos entre los países en desarrollo.
A su juicio, globalizar entraña más riesgos que bondades, una visión que los enemigos de la misma han enarbolado en reuniones internacionales de gran envergadura celebradas durante la última década en ciudades como Seattle (EEUU) o Porto Alegre (Brasil).
La próxima gran cita de defensores y enemigos de la globalización está por celebrarse. Y la sede, por cierto, es helvética.
Davos y el Foro Económico Mundial (WEF), que se celebra entre el 23 y el 27 de enero próximos, será una nueva ocasión para poner las cartas sobre la mesa en este tema.
swissinfo, Andrea Ornelas
Para KOF las 15 naciones más industrializadas del mundo en 2008 son: Bélgica, Austria, Suecia, Suiza, Dinamarca, Holanda, Reino Unido, República Checa, Francia, Finlandia, Alemania, España, Hungría, Portugal y Canadá.
En Iberoamérica las posiciones son: España (13), Panamá (30), Chile (43), México (49), Colombia (50) y Brasil (67).
Los países que ganan terreno a pasos agigantados en materia de globalización son China, India, Croacia, Rumania y Bulgaria.
La globalización es un proceso, en principio económico, que facilita la interdependencia e integración de países en la búsqueda de un mercado mundial.
La actual ola de globalización que vive el mundo inició en 1980, cuando muchos países en desarrollo abrieron sus mercados y comenzaron a vender sus productos en naciones industrializadas.
Organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, son algunos de los principales defensores de la misma
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