Transparencia fiscal: Suiza supera un gran obstáculo
Suiza alejó el riesgo de terminar en la lista negra de los paraísos fiscales. Luego de la introducción de modificaciones legislativas, la OCDE consintió su pase a la segunda fase de evaluación. Sin embargo, la presión se mantiene: en otoño próximo comenzará el examen de la aplicación de las prácticas de la asistencia administrativa en materia fiscal.
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Andreas Keiser, swissinfo.ch
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Steuertransparenz: Schweiz nimmt wichtige Hürde
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“Estamos en el buen camino y tenemos la intención de seguir luchando por una plaza financiera íntegra y competitiva”, comentó el secretario de Estado para Asuntos Financieros Internacionales, Jacques de WattevilleEnlace externo, tras el anuncio de la decisión del Foro Global de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).Enlace externo
Es cierto que “Suiza ha dado un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la verdadera prueba de fuego será cómo va a intercambiar información en la práctica. Esto es lo que se evaluará en la segunda fase”, dijo a swissinfo.ch Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Fiscal de la OCDE.
Vuelta a una página
La superación de la primera etapa permite a Suiza salir de años de incertidumbre, luego de que el informe de 2011 del Foro GlobalEnlace externo concluyera que el marco jurídico helvético necesitaba más cambios. La entidad destacó entonces tres puntos lacunarios: muy pocos convenios para evitar la doble imposición (CDI) compatibles con los estándares de la OCDE, deficiencias en la asistencia administrativa fiscal requerida, existencia de acciones al portador, o cuyo propietario es desconocido.
En junio de 2014, Suiza pidió al Foro Global un informe suplementario y una reevaluación a la luz de las medidas adoptadas a raíz de las recomendaciones formuladas en el primer informe.
Desde el 1º. de agosto de 2014, las autoridades suizas ya no informan de manera sistemática a cualquier persona antes de transmitir los datos al Estado que solicita la asistencia administrativa. En diciembre de 2014, el Parlamento aprobó, prácticamente en el último minuto, una ley para transparentar los titulares de acciones al portador. Por último, el Gobierno federal ha renegociado o completado diversos CDI, adaptándolos a las normas de la OCDE.
Las complicaciones de SwissLeaks y HSBC
La nueva evaluación comenzó el 9 de febrero, el mismo día en el que los medios de comunicación globales informaron sobre la ayuda proporcionada por la sucursal de Ginebra del coloso bancario británico HSBC a los evasores de miles de millones de francos. Y no solamente, los documentos hechos públicos ese día precisaron que el HSBC ayudó a políticos, traficantes de armas y criminales a ocultar dinero del erario.
Los hechos se remontan a hace unos años, cuando el secreto bancario suizo estaba sólidamente garantizado. La delegación suiza tuvo que explicar que la estructura está completamente cambiada.
Evaluación de la práctica
Finalmente, los esfuerzos de Suiza han dado sus frutos: el Foro Global finiquitó la evaluación y concluyó que Suiza cumple las condiciones marco y que ha modificado de manera adecuada sus leyes. La vía está libre para la segunda fase, que se iniciará en el último trimestre de este año.
Berna espera una evaluación de la práctica de la asistencia administrativa fiscal que probablemente será intensa. En los últimos años, diversos Estados han presentado muchas solicitudes de asistencia administrativa a Suiza, y algunas de ellas fueron consideradas con base en las directivas vigentes entonces, que no estaba aún en consonancia con las normas de la OCDE.
La diplomacia suiza, por tanto, debe proporcionar evidencia creíble de que el cambio se introdujo en la práctica y no solo en las leyes. Si no pudiera demostrarlo de una manera tangible, Suiza correría el riesgo de tener malas notas, lo que podría dañar seriamente su reputación y abrir un nuevo periodo de incertidumbre.
En la evaluación “se comprobará cuántas solicitudes fueron remitidas a Suiza, cuáles fueron las respuestas y si los países quedaron satisfechos con ellas”, precisa Pascal Saint-Amans.
Por ejemplo, Luxemburgo fue a la segunda fase en 2013, pero luego fue considerado inconforme. El Gran Ducado tomó cartas en el asunto de manera inmediata e introdujo las reformas necesarias, para una nueva evaluación. El proceso comenzará en otoño de 2015 y durará un año. En otras palabras, en el mejor de los casos, Luxemburgo habrá requerido tres años para dejar de ser considerado un paraíso fiscal.
Traducido del italiano por Marcela Águila Rubín
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La unidad de banca privada del HSBC en Suiza enfrenta un maremagno de acusaciones por la ayuda que presuntamente brindó a muchos clientes para evadir impuestos y porque supuestamente permitió que comerciantes de ‘diamantes de sangre’ y organizaciones terroristas ocultaran fondos ilícitos.
swissinfo.ch traza la ruta de las revelaciones que hoy amenazan con destruir la reputación del segundo banco más grande del mundo.
Además de abrir una caja de Pandora sobre las vulnerabilidades de la banca helvética, el caso que actualmente acapara la atención del mundo reaviva el debate sobre el rol de los denunciantes: son personajes que revelan verdades que debe conocer la opinión pública o son delatores oportunistas movidos por la codicia.
En todo caso, las revelaciones que hizo Hervé Falciani son motivo de una gran tensión diplomática entre Suiza y países como Francia, España o India.
¿Quién es Hervé Falciani?
Hervé Falciani es un experto informático que trabajó para el HSBC de Ginebra y que sustrajo a este banco información delicada sobre millares de clientes para luego difundirla.
No existe consenso sobre las razones que condujeron a Falciani a hacer pública esta información. Él afirma que es un ciudadano socialmente responsable que quería ventilar prácticas dañinas para la sociedad.
El HSBC y las autoridades suizas lo consideran un delincuente que intentaba llenar sus bolsillos a expensas del banco y de los clientes del mismo.
De Falciani se sabe que tiene 43 años y que es un ciudadano franco-italiano criado en el Principado de Mónaco, donde inició su carrera profesional en el HSBC. En 2006, gracias a sus cualidades técnicas, fue transferido a la filial ginebrina del banco británico.
De acuerdo con la acusación que interpuso el Ministerio Público de la Confederación Helvética en mayo de 2008, Falciani intentó vender a Líbano la información sensible que obtuvo de clientes de esta entidad bancaria, con la ayuda de una cómplice que entonces era su pareja.
Su plan fracasó, así que posteriormente ofreció los datos a los gobiernos de varios países. Los archivos en su poder concentraban detalles sobre unos 130 000 clientes del HSBC en Suiza que fueron a parar a manos del Gobierno francés.
En aquel periodo, Christine Lagarde, entonces ministra gala de Finanzas y hoy directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), decidió compartir la información con otros gobiernos. Estos datos confidenciales se conocen como la ‘Lista Lagarde’, que recibieron también Grecia, India, Gran Bretaña, Bélgica y Argentina.
¿Cómo reaccionó Suiza?
Suiza fue alertada desde que Falciani estableció contacto con Líbano y la policía helvética lo detuvo en diciembre de 2008 para luego someterlo a un interrogatorio.
Le permitieron irse convocándole al día siguiente para proseguir con la declaración, pero Falciani no se presentó. Durante la madrugada había abandonado Suiza rumbo a Francia.
Indignadas por la huida de Falciani, las autoridades suizas solicitaron asistencia legal a sus contrapartes francesas. E irónicamente, fue una redada policial realizada dentro del domicilio francés de Falciani lo que llevó información altamente comprometedora a manos de las autoridades galas.
Suiza se quedó a la espera y con las manos vacías, ya que Francia no extradita a sus propios ciudadanos.
Posteriormente, Suiza volvió a acometer en su objetivo de conseguir la extradición de Falciani desde España, país al que se había mudado. Pero las autoridades ibéricas tampoco accedieron.
En diciembre de 2014, Suiza decidió reactivar la causa contra Falciani por espionaje industrial y violación del secreto bancario, a pesar de que el acusado no se encontraba en territorio helvético.
¿Qué implicará todo esto para el HSBC?
Como resultado de la fuga de datos y su posterior distribución, la unidad de banca privada del HSBC en Suiza se enfrenta hoy a numerosas investigaciones y cargos por parte de diversos países. Argentina, Bélgica y Francia figuran entre las naciones que le acusan de cometer delitos.
El banco HSBC admite que ha cometido errores, pero afirma que ya ha enmendado el camino.
¿Cómo se verá afectada Suiza?
Las revelaciones que hizo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en inglés) sobre el HSBC se suman a la lista de escándalos de evasión observados durante los últimos años.
UBS, Credit Suisse y la filial helvética del banco israelí Leumi fueron multados en su momento por Estados Unidos por ayudar a sus clientes a evadir impuestos. Y bancos como Wegelin y Frey sencillamente sucumbieron y cerraron sus puertas ante las evidencias de delitos de incumplimiento fiscal que presentó en su contra el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DoJ).
Por otra parte, un nutrido grupo de bancos aún está bajo investigación en Estados Unidos y algunas entidades más se han adherido a un esquema que evita que sean enjuiciados a cambio de que admitan voluntariamente los delitos que cometieron.
Las autoridades francesas también pusieron bajo investigación al UBS y al Bank Reyl. Ante la presión que ha recibido su plaza financiera, Suiza prometió al mundo poner en marcha (a partir de 2017) un sistema de intercambio automático de información.
El actual escándalo que salpica al HSBC también repercutirá en Suiza. Ya ha tenido un efecto diplomático en las relaciones con Francia y ha generado problemas con la India.
¿Y ahora qué?
Las acusaciones de la ICIJ aún no han sido confirmadas, pero han generado una avalancha de titulares embarazosos para Suiza en la prensa internacional.
Las repercusiones concretas dependerán del resultado que arrojen las investigaciones en los diferentes países sobre el proceder del HSBC de Suiza, así como del propio caso Falciani (que podría celebrarse bajo la fórmula de juicio en ausencia del acusado).
En tanto, la disputa entre Suiza y la India sobre el uso que hizo este país de los datos robados al HSBC para activar la asistencia administrativa helvética –por denuncias de evasión fiscal– también están en punto muerto.
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