¿Cómo satisfacer la necesidad de trabajadores calificados?
En febrero de 2014, los suizos aprobaron una iniciativa contra la inmigración que, entre otras cosas, otorga prioridad al personal local para ocupar puestos laborales. ¿Es posible? ¿Cómo pueden manejarse las empresas suizas con el nuevo límite al ingreso de trabajadores procedentes de países de la Unión Europea?
Los empleadores tienen las manos atadas desde la aprobación de esa iniciativaEnlace externo. ¿En dónde pueden encontrar personal calificado si ya no pueden recurrir a la Unión Europea? Tres personas, con puntos de vista diferentes, comparten su opinión sobre la posible evolución de la fuerza laboral en el país.
Hija de Christoph Blocher, líder moral de la Unión Democrática de Centro (UDC/derecha conservadora) y parlamentaria de esa formación política antiinmigrante, Magdalena Martullo-Blocher conoce la otra cara de la moneda. También directora de la empresa familiar (EMS-Chemie) se ve directamente afectada por la iniciativa de 2014.
Martullo-Blocher conoce de primera mano la importancia para Suiza de contar con trabajadores altamente calificados. Con 2 855 empleados en 26 plantas de producción a lo largo de 16 países, su compañía depende de ellos, afirma. Pero la gente que necesita no siempre está disponibles en Suiza.
“Estamos involucrados en la industria automotriz, y Suiza no tiene su propia industria automotriz”, precisa a swissinfo.ch. “A veces necesitamos ingenieros especializados que pueden producir piezas con nuestros polímeros especiales. Los encontramos en Alemania o Austria. A veces reclutamos químicos altamente especializados para la investigación y cuando podemos, preparamos y entrenamos a una gran cantidad de personas para que trabajen con nosotros”.
EMS-Chemie es el mayor proveedor de programas de aprendizaje en el este de Suiza, según Martullo-Blocher. Entrena a 141 aprendices en 15 profesiones.
“Es muy importante que el programa de aprendizaje continúe”, advierte. “Por encima de todo, la fuerza de trabajo en Suiza requiere trabajadores con altos niveles de educación”.
En el otro extremo del espectro se encuentran los solicitantes de asilo. De acuerdo con Martullo-Blocher, rara vez poseen una elevada calificación y tienen muy poca fluidez en el idioma. Necesitan “una educación muy práctica e integración para que después puedan encontrar verdaderos puestos de trabajo”.
De hecho, dice, su padre introdujo un programa de aprendizaje en gastronomía para los refugiados cuando era miembro del Gobierno.
Si tuviera que elegir un grupo de desempleados dice Martullo-Blocher, “creo realmente que serían solicitantes de asilo – los que poseen permiso para quedarse. En ellos debemos invertir. Porque son jóvenes y si no podemos integrarlos nos va a costar mucho durante mucho tiempo, incluso en términos de delincuencia”.
Beat Jans, parlamentario del Partido Socialista (Basilea-Ciudad), piensa que las mujeres subempleadas, los trabajadores mayores y los solicitantes de asilo pueden jugar un papel importante en el tema que nos ocupa.
Muchos solicitantes de asilo no trabajan porque no se les permite, dice Jans. Existe el temor de que si Suiza es demasiado atractiva, lleguen más. “Así, ellos se sientan y nosotros pagamos por ellos. Creo que es una muy mala solución”.
Presidente de la revista ‘Surprise’Enlace externo, distribuida en las calles por desempleados, Jans considera “una verdadera lástima no poder ayudarlos” a tener acceso a un verdadero empleo. “Están increíblemente aburridos y saben que podrían hacer algo, quieren hacer algo para tener su propio dinero”.
Jans también cree que deben ser eliminadas las barreras para el trabajo de las mujeres. “Hay muchas (madres jóvenes) altamente calificadas que toman mucho tiempo para volver al trabajo, si es que lo hacen”. Explica que “una de las razones es que todavía es bastante complicado combinar familia y trabajo”.
Está convencido de que con el retorno laboral de las mujeres se aumentaría considerablemente el número de trabajadores calificados en Suiza. “Tenemos muchas mujeres altamente calificadas que no participen en este momento”.
En su opinión, también debe actuarse para contribuir a que los desempleados de más edad vuelvan al mercado laboral. “Lo que pasa es que a menudo los más jóvenes y (más baratos), que pueden tener una mejor preparación, obtienen los puestos de trabajo. Así que también tenemos que invertir en las personas mayores, y darles por lo menos la oportunidad de participar”.
Jans destaca también la importancia de centrarse en la educación para todos. “Debemos lograr que la gente de aquí esté lo suficientemente calificada para todos los puestos de trabajo”.
A los 50 años, muchos trabajadores descubren que son demasiado viejos para ser contratados, pero demasiado jóvenes para retirarse.
Peter Gaechter, de 58 años, es voluntario de ‘50 plus sin trabajo’Enlace externo, una organización que ofrece asesoramiento laboral y grupos de autoayuda para los desempleados mayores en Zúrich, San Gallen, Lucerna, Berna y Basilea.
Un aspecto de la iniciativa contra la inmigración, votada en 2014, es el llamado que hace para que las contrataciones locales tengan preferencia sobre aquellas en el extranjero.
“Hay un montón de personas aquí – y esto no se limita a los suizos sino que tenemos alemanes, franceses e indios competentes – que pueden estar buscando un puesto de trabajo, pero muy a menudo las empresas importan nuevos trabajadores. Así que la idea es dar preferencia a las personas que ya están aquí, ya sean refugiados o pueblo suizo, de 60 años de edad. Ninguna diferencia”.
Los trabajadores mayores se beneficiarían, dice. “Hay una gran cantidad de habilidades y competencias que no son tomadas en cuenta porque a las personas les resulta más fácil contratar a alguien más joven y más barato”.
Señala que en Ginebra, por ejemplo, es fácil contratar a trabajadores franceses, a los que, cuando la economía va mal, se manda de vuelta a casa. Algo que “no se puede hacer con los suizos”, por lo que resulta aún más complicado para las personas de más edad ser contratadas.
En abril, una conferencia patrocinada por el Gobierno sobre el tema “trabajadores de edad” se pronunció por incrementar los programas de educación continua para la actualización de trabajadores de más edad. Gaechter está de acuerdo con ese enfoque.
“Alguien que permaneció 25 años en un trabajo de oficina no es porque no sea dinámico, sino porque, probablemente, se sentía bien en el puesto. Pero si pierde su trabajo porque se llevan las oficinas a Polonia o a Hyderabad, no es su culpa. Así que hay que darle la oportunidad de entrenarse para hacer otra cosa. Usando las habilidades que tiene, y tal vez ampliándolas. Eso es empoderamiento”.
Relaciones Suiza-UE
La libre circulación de personas de la Unión Europea se vio comprometida por la aceptación de una iniciativa antiinmigración durante las votaciones de febrero de 2014 que puso en peligro los tratados bilaterales entre la UE y Suiza. El Gobierno suizo tiene hasta febrero de 2017 para encontrar una solución que respete el deseo del pueblo y sea aceptable para la UE.
Ha habido pocos avances en las negociaciones entre Suiza y la UE desde la votación, y la decisión de la ciudadanía británica (referéndum 23.06) de salir de la Unión Europea desplaza la atención de esta última respecto a Suiza.
En Suiza se han producido una serie de propuestas de cómo poner en práctica la iniciativa antiinmigración.
El 2 de septiembre, una comisión legislativa manifestó su apoyo a un compromiso basado en la preferencia a la contratación de trabajadores locales y rechazó la idea de imponer cuotas al ingreso de extranjeros a Suiza. El compromiso – que cuenta con el apoyo de los principales partidos suizos, excepto la UDC – será debatido en el Parlamento.
Los ciudadanos de la UE, los trabajadores de Estados terceros (no UE), cónyuges y familias de expatriados, trabajadores transfronterizos y solicitantes de asilo se ven afectados por la iniciativa antiinmigración.
¿Quién debe tener preferencia en el mercado laboral en Suiza? ¡Comparta su opinión y sus soluciones!
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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