Un Consejo de Suizos en el Extranjero entre dos épocas
El denominado Parlamento de la Quinta Suiza está en plena renovación. El proceso electoral se desarrolla en los cinco continentes. Pero los procedimientos establecidos son anticuados y faltan alternativas. El Consejo necesita un cambio. Análisis.
Sesenta suizos residentes en Estados Unidos se reunieron recientemente vía Zoom. El encuentro se centró en las expectativas en torno a los delegados ante el Consejo de Suizos en el Extranjero para el periodo 2021-2025. También proporcionó una buena panorámica del actual proceso electoral del Parlamento de la Quinta Suiza.
Esta elección navega entre dos épocas. El procedimiento se basa en estructuras establecidas en 1919. Sin embargo, las necesidades actuales y las oportunidades que ofrece la tecnología están cambiando la situación. Las reuniones vía Zoom y la colaboración que trasciende los husos horarios se han convertido en la norma.
Un pasado glorioso…
El Consejo de Suizos en el Extranjero es el Parlamento de la Quinta Suiza. Se reúne dos veces por año. Sus atribuciones son limitadas y no tiene competencias de tipo presupuestal. Sin embargo, es reconocido en Suiza como la voz de los suizos expatriados, aunque no se mencione explícitamente en la ley correspondienteEnlace externo. Pero Suiza está legalmente vinculada a la Quinta Suiza a través de su Constitución.Enlace externo
La propia naturaleza del Consejo proviene de su historia. Desde su creación al término de la Primera Guerra Mundial, ha sido durante mucho tiempo la única voz en el país para los suizos afincados fuera de las fronteras helvéticas. Fue el Consejo el que consiguió derechos políticos para todos ellos: el derecho a votar en las urnas en 1977 y el voto por correo desde el extranjero en 1992. Esto fue un verdadero éxito, pero también un autogol, ya que la Quinta Suiza ya no necesitaba al Consejo para hacerse oír, y para este fue una pérdida parcial de influencia.
El Consejo también se enfrentó a un debilitamiento estructural. Está formado por delegados de unos 660 clubes suizos constituidos en todos los continentes a raíz de la gran ola de emigración en los años 1880. Estos grupos desempeñan aún importantes funciones, pero sus mejores años quedaron atrás. En la actualidad, solamente un 3% de los suizos residentes en el extranjero participa en estos clubes.
… Un futuro incierto
El impacto del Parlamento de la Quinta Suiza y sus 140 miembros ha disminuido en consecuencia. Sus decisiones tendrían más repercusión dentro del país si fuera más representativo, ha señalado a menudo su presidente, Remo Gysin.
Actualmente hay 800 000 suizos residentes en el extranjero, de los cuales 170 000 se interesan en la política de su país de origen y están registrados para votar. Pero no forman el electorado del Consejo. El proceso de nominación se limita al 3% de entre ellos organizados en clubes suizos. Unas decenas de miles de personas que actúan como reserva de votantes y candidatos.
Sobre esa estructura se basa la elección actual, un poco como hace un siglo. En Estados Unidos, por ejemplo, aspirar a uno de los ocho escaños en juego tiene sus propias exigenciasEnlace externo: «ser socio de un club suizo local que debe apoyar su candidatura y escribir una carta de recomendación para el candidato”.
Enviar delegados sobre esta base no solamente es arcaico, sino también “extremadamente antidemocrático”, critica Carlo Sommaruga. Como diputado federal, el socialista ginebrino es uno de los 20 miembros suizos del Consejo con base en Suiza (SWI swissinfo.ch también tiene un puesto permanente en el Consejo).
La exigencia de una reforma se impone. Alemania, por ejemplo, ha podido ampliar su grupo de candidatos a 23, y la pertenencia a un club suizo ya no es una condición para postular. Lo mismo ocurre en Inglaterra. Aun así, en general, las actuales elecciones representan un paso atrás respecto a las pasadas, celebradas en 2017. Se han realizado dos pruebas en dos países, México y Australia, lo que ha permitido que todos los suizos residentes en ellos, y no solamente los representantes de clubes, puedan elegir a sus representantes. Para lograrlo se puso a disposición un sistema de voto electrónico. Una elección directa, por así decirlo.
A prueba OSE y DFAE
El reto para la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) es, pues, considerable. Ampliar el círculo de electores y de candidatos elegibles para hacer más democrática e inclusiva la elección ha estado en la agenda durante décadas. Sin embargo, falta el acceso a un electorado más amplio. Por ejemplo, unos 80 000 suizos viven en Estados Unidos. Pero es imposible movilizarlos para la elección del Consejo. Los cuatro consulados suizos en el país del Tío Sam tienen sus datos de contacto, pero son confidenciales. La OSE, encargada del proceso de votación, se ha topado con el muro del Ministerio de Asuntos Exteriores (DFAE, por sus siglas en francés).
«No es competencia de la Confederación intervenir activamente en la elección, ya que el Consejo de Suizos en el Extranjero es una institución de derecho privado” Posición del DFAE
Irónicamente, el DFAE pide a la OSE que su Consejo de Suizos en el Extranjero sea más representativo de la Quinta Suiza. La OSE necesita el “apoyo organizativo de los consulados generales y embajadas”, explica Ariane Rustichelli, su directora. Piensa sobre todo en el acceso a las direcciones o en un mínimo de coordinación.
Interrogado al respecto, el DFAE se muestra moderadamente conciliador. “No se descarta un papel de intermediario en la transmisión de información a los suizos residentes en el extranjero”, señala, pero el ministerio establece algunas líneas rojas. Su argumento habitual es que no puede actuar como coorganizador de una elección. «No es competencia de la Confederación intervenir activamente en la elección, ya que el Consejo de Suizos en el Extranjero es una institución de derecho privado», subraya y con ello traslada la responsabilidad de cualquier apoyo a la OSE. “Corresponde a la OSE determinar qué medidas son necesarias y formular peticiones concretas y fundamentadas”.
Por último, el debate se centró en el deseo de la OSE de que el DFAE participe en la financiación de un sistema de votación electrónica, lo que no condujo a ninguna aplicación concreta.
En cualquier caso, la organización de una elección de dimensiones internacionales requiere un enfoque cuidadoso. Este es el quid de la cuestión. ¿Quién está en condiciones de asumir esta tarea? Las asociaciones de la OSE se basan en el voluntariado, y el Gobierno federal no se considera responsable de ese trabajo.
La implementación de un sistema nacional de voto electrónico podría romper algún día este círculo vicioso. Pero aún falta la solución.
¿Asamblea de ricachones?
Hay otro déficit democrático. El Consejo de Suizos en el Extranjero es asimilado a veces a una asamblea de ricachones. Puede haber excepciones, pero los recursos necesarios para llevar a cabo esta tarea miliciana son considerables. El trabajo del Consejo exige viajar a Suiza dos veces por año, con estancias de varios días. Se han introducido algunos cambios: los delegados de ultramar tienen derecho a una asignación global de 400 francos, además de los 100 francos por asistencia. Para los jóvenes, el viaje está pagado. Pero el total de los gastos es aún un obstáculo.
Es precisamente en este aspecto donde la digitalización ofrece un verdadero potencial de democratización. La celebración de las reuniones del Consejo en línea eliminaría los costos del desplazamiento. Esto permitiría la participación de compatriotas con menos tiempo o dinero. Actualmente, el Consejo funciona de forma virtual, merced al coronavirus, pero la medida es operacional, aunque todavía es excepcional en esta fase.
David Mörker, miembro «americano» del Consejo desde hace mucho tiempo, matiza. En el mencionado debate en línea, señaló las ventajas de las reuniones presenciales. En su opinión, la política nace y las ideas se desarrollan a través de intercambios informales. Como presidente de un club suizo, señaló las ventajas de pertenecer a una organización de ese tipo. El arraigo garantiza la proximidad, dice. «¿Cómo puedes representar a la comunidad si no formas parte de ella?
¿Quién es la comunidad?
¿A qué comunidad de suizos residentes en el extranjero representa el Consejo? Esta pregunta está en el centro del problema…
Hoy en día, la mayoría de los suizos residentes en el extranjero se desenvuelven muy bien sin ninguna conexión con una realidad suiza concreta, como una asociación, un club o una red. Para muchos, la emigración es un episodio de su vida. Algunos regresan en algún momento, otros emigran solamente al final de su vida.
Hoy en día, la migración ya no sigue una única dirección, sino que se ha convertido en algo circular. Antes compacta, la Quinta Suiza es ahora fluida.
Esta observación refuerza y apoya la demanda de los suizos residentes en el extranjero de poder conservar sus derechos políticos. Sin embargo, el Consejo de Suizos en el Extranjero, que encarna esta Quinta Suiza, ha tenido hasta ahora dificultades para materializar su desarrollo.
Esa es la tragedia. El número de suizos residentes en el extranjero crece, y sus necesidades son cada vez más importantes, numerosas y variadas. Pero la voz que se supone que articula estas necesidades en Suiza está perdiendo legitimidad con cada legislatura.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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