«La paz en Colombia, no a expensas de las víctimas»
Más de un año después de la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, muchas víctimas del conflicto siguen esperando verdad y justicia. A pesar de la persistencia de la violencia, sus palabras ya no pueden ser frenadas, advierte la antropóloga Mô Bleeker, enviada especial para la paz del Ministerio de Exteriores de Suiza.
Durante más de diez años, Mô BleekerEnlace externo ha acompañado a Colombia en la promoción de la paz y la reconstrucción de la memoria de un conflicto que ha puesto de rodillas al país durante más de 50 años y que aún persiste hoy, a pesar de la desmovilización de las FARC.
El acuerdo de paz ha llevado, entre otras cosas, a la creación de nuevas instituciones para arrojar luz sobre la violencia y las masacres, lo que ha generado gran esperanza entre las víctimas. Del 23 al 25 de abril pasados, representantes de la Corte Especial para la Paz (JEP), la Comisión para la Verdad y la Unidad de Investigación sobre los Desaparecidos se reunieron por primera vez en un seminario apoyado por Suiza.
¿Pero cuál es el papel de la memoria en un contexto de conflicto? ¿Cómo hacer para no defraudar las expectativas de las víctimas? swissinfo.ch conversó con Mô Bleeker:
«El gran desafío es comprender las diferentes necesidades de las víctimas»
swissinfo.ch: El acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC incluye una serie de medidas para garantizar la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de esta violencia. ¿Cuál es su balance a un año y medio de la firma de este acuerdo
Mô Bleeker: Colombia ha logrado establecer en un tiempo relativamente récord las tres instituciones previstas en los acuerdos: el Tribunal Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Investigación para los Desaparecidos. Aunque todavía no son plenamente operativos, sus respectivos responsables han sido nombrados y, como se me ha dicho, creen que tienen suficientes garantías para poder llevar a cabo su trabajo, a pesar del contexto de fuerte polarización política y de la persistencia del conflicto armado.
No hay que olvidar que, a diferencia de otros países, Colombia comenzó a reconstruir la memoria en medio de la guerra cuando, en 2006, en el marco de la Ley de Justicia y Paz que preveía la desmovilización de los paramilitares, se creó el Grupo para la Memoria Histórica (hoy Centro Nacional para la Memoria Histórica), que analizó decenas de casos emblemáticos del conflicto.
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«Las víctimas no callarán, y tienen razón»
Desde entonces, las víctimas han comenzado a hablar y hoy están tan presentes en el espacio público que ya no es posible negar el costo humano del conflicto en Colombia. Y eso está lejos de ser evidente.
swissinfo.ch: La creación del Tribunal Especial, de la Comisión de la Verdad y de la Unidad de Investigación sobre los Desparecidos ha reavivado la esperanza entre las víctimas de obtener verdad y justicia. Sin embargo, estos organismos solamente pueden trabajar en los llamados casos emblemáticos. ¿No existe el riesgo de que las expectativas de las víctimas se vean defraudadas?
M. B.: Está claro que estos organismos tendrán que tomar decisiones y buscar formas de sinergia para garantizar que las víctimas no se sientan decepcionadas. Este es también el objetivo del apoyo que Suiza aporta a estas instancias.
El gran reto es comprender las diferentes necesidades de las víctimas, para que al final del camino se sientan reconocidas, comprendan lo que ha ocurrido, obtengan una reparación aceptable, sepan que los responsables serán castigados y, sobre todo, tengan garantías de que crímenes de este tipo no volverán a ocurrir. Este escenario está todavía muy lejos, pero estoy convencida de que los representantes de estas tres instituciones harán todo lo que esté en sus manos para hacer un buen trabajo.
No hay que olvidar que en los territorios donde persiste el conflicto armado, la población tiene miedo. Esto hace que este ejercicio de construcción de la memoria sea extremadamente delicado. Por lo tanto, para que la verdad no ponga en peligro la vida de las personas, son necesarias medidas de protección específicas, adaptadas a los diferentes contextos regionales. La paz en Colombia no puede lograrse a expensas de las víctimas, sino que debe construirse junto a ellas.
swissinfo.ch: Usted ha seguido de cerca la desmovilización de los paramilitares que inició en 2006. ¿Qué lecciones pueden extraerse con respecto al actual proceso de desmovilización de las FARC y el derecho de las víctimas a la verdad y la justicia?
M. B.: Un proceso de desmovilización no sólo significa que una persona deje las armas, sino también que no decida volver a ellas, que se reintegre en la sociedad y que asuma la responsabilidad de sus actos, de una manera u otra. Ahora, en Colombia, no todos los actores armados no estatales han depuesto las armas y muchos perpetradores de crímenes atroces, que no forman parte de los programas de reintegración, aún no han admitido los hechos ni reconocido sus responsabilidades a través de los canales de justicia penal o administrativa.
El proceso de desmovilización de los paramilitares también ha puesto de relieve el alto riesgo de que los combatientes caigan en las filas del crimen organizado si no se les ofrece una alternativa creíble, empezando por el trabajo decente. El fenómeno ha sido masivo en Colombia y ha llevado al surgimiento de nuevas bandas armadas, las llamadas BACRIM. En algunas regiones del país, el Estado está prácticamente ausente, lo que deja un gran margen de maniobra a los grupos criminales.
«La implementación de programas de reinserción de exguerrilleros en la sociedad civil por parte del gobierno avanza lentamente»
swissinfo.ch: ¿Podría ocurrir lo mismo con los ex combatientes de las FARC?
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Por la paz, no solo en el papel
M. B.: No creo que el riesgo sea tan grande. Las FARC están organizadas de manera muy jerárquica, tienen las herramientas para seguir a sus miembros desmovilizados y siguen teniendo un objetivo político. Por otra parte, sin embargo, es cierto que la implementación por parte del gobierno de programas de reintegración de exguerrilleros a la sociedad civil avanza lentamente. Existe una gran dicotomía entre las necesidades urgentes para asegurar que las personas desmovilizadas no retomen las armas y la lentitud de los esfuerzos del gobierno.
swissinfo.ch: Suiza acompaña las negociaciones entre la guerrilla del ELN y el gobierno colombiano en Quito. Como enviada especial para la paz usted sigue regularmente estas reuniones. ¿Qué importancia tienen las víctimas del conflicto?
M. B.: Si durante las negociaciones con las FARC hubo mucha discusión sobre temas relacionados con la verdad y la justicia, hoy con el ELN surge el tema humanitario y el derecho a la participación de las diferentes comunidades. Creo que es un punto muy importante. Muchas comunidades están sufriendo no solamente las consecuencias del conflicto, sino también el abandono del Estado en las regiones donde aún reinan los grupos armados.
Para que Colombia pueda avanzar hacia una paz duradera, el Estado deberá ser capaz de reconocer sus responsabilidades de protección e implementarlas, respondiendo a las necesidades de todos sus ciudadanos. Este es uno de los grandes desafíos que enfrenta Colombia para una paz digna de ese nombre.
Mô Bleeker
Licenciada en Antropología, Ciencias de las Religiones y Comunicación Social por la Universidad de Friburgo, Mô BleekerEnlace externo participa desde hace más de cuarenta años en los procesos de transición de países que buscan salir de un conflicto para establecer una paz duradera en Colombia, América Central, África y el Sudeste Asiático. Entre 2011 y 2017, Bleeker fue enviada especial para cuestiones sobre tratamiento del pasado y prevención de atrocidades del Ministerio de Exteriores de Suiza.
Su compromiso en Colombia comenzó en 2006, a petición del entonces presidente Álvaro Uribe, en el ámbito de la aplicación de la Ley de Justicia y Paz y la desmovilización de los paramilitares. Mô Bleeker acompañó, en particular, el establecimiento de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNNR) y el Grupo de Conmemoración Histórica (GMH, ahora el Centro Nacional de Conmemoración Histórica, CNMH).
De 2011 a 2017 presidió el Consejo Internacional del Centro Nacional de la Memoria Histórica. En marzo de 2017, el Ministerio de Exteriores suizo la nombró enviada especial para el proceso de paz y la seguridad humanitaria en Colombia.
(Traducción del original en italiano: Patricia Islas)
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