WEF: Brasil insta a salvar la Amazonía y la democracia

Marina Silva, defensora de la selva amazónica, fue ministra de Medio Ambiente de 2003 a 2010 y fue reelegida para el cargo en diciembre de 2022. Keystone / Fernando Bizerra

Marina Silva, titular de la cartera de Medio Ambiente de Brasil,afirmó que su país se compromete a defender la democracia y a salvar lo que queda de la selva amazónica. Su asistencia al Foro Económico Mundial (WEF), que se celebra esta semana en Davos, marca el primer viaje al extranjero de la ministra desde que asumió el cargo el pasado 1 de enero.

En una entrevista concedida a SWI swissinfo.ch antes de dejar Brasilia, declaró que su misión en Davos es recordar al mundo el compromiso de su país en la lucha contra la deforestación y pasar página tras años de un gobierno negacionista de extrema derecha que provocó el mayor incremento de las tasas de deforestación que se han visto en décadas. También critica a las refinerías helvéticas que siguen procesando ilegalmente oro brasileño.

Su visita a Davos se produce unos días después de que las sedes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial fueran asaltadas en Brasilia por un grupo de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro. Autores de violentos ataques que fueron condenados por el gobierno suizo y la comunidad internacional.

SWI swissinfo.ch: Su gobierno asegura que está comprometido con la tarea de revertir el dañino historial ambiental del expresidente Jair Bolsonaro. En su opinión, ¿la agenda del WEF otorga suficiente prioridad al desafío ambiental?

Marina Silva: Es un tema cada vez más importante en el WEF y en sus eventos, y esto es muy positivo. Esto se debe a que existe la voluntad de cumplir con los compromisos del Acuerdo de París firmado en la COP21 en 2015.  Lo anterior coincide con la decisión de vincular la atención de la desigualdad y el desarrollo económico, que antes eran abordados como problemas separados. Pero las declaraciones hechas en ediciones anteriores del WEF, son una cosa, y los resultados y la forma de ponerlos en práctica son otra.

Las declaraciones no bastan. Se requieren un cronograma y objetivos de instrumentación claros. Esta es la principal demanda de la sociedad civil. Así como los gobiernos cambian, también lo hacen los consejeros delegados de las grandes empresas. Por ello, hay que terminar con la costumbre de hacer declaraciones sin haber interiorizado antes los compromisos en las estructuras de las empresas y los gobiernos para realmente alcanzar estos objetivos.

No tiene sentido que un director general anuncie un objetivo y unos años después se vaya, y luego llegue otra persona a ocupar su lugar anunciando los mismos objetivos. Mientras eso suceda, la empresa no avanza. Esto explica que las Naciones Unidas y la sociedad civil estén presionando a las empresas para implementar procesos (que aseguren el cumplimiento de sus compromisos).

SWI: ¿Cuál es el mensaje de Brasil para el WEF en 2023?

M.S: El mensaje de Brasil es que vuelve a desempeñar un papel de liderazgo, impulsado por el fortalecimiento de su democracia, la lucha contra la desigualdad y por la sostenibilidad. Obviamente, traducir esto en políticas efectivas es el mayor desafío de nuestro gobierno. (Y conseguirlo) no solo depende del gobierno, sino también de su capacidad para generar políticas públicas que enlacen sólidamente a distintos segmentos de la sociedad, como las empresas y las organizaciones sociales.

SWI: Usted ha hecho varios anuncios sobre la reanudación del Fondo Amazonia, creado para recaudar donaciones, monitorear y combatir la deforestación, y para fortalecer los controles ambientales. ¿Cuánto tiempo tomará que la nueva política ofrezca resultados y la tasa de deforestación disminuya?

M.S: En el primer gobierno de (Luiz Inácio) Lula (en 2003), tuvimos que crear una infraestructura de protección medioambiental desde cero. En ese momento, la deforestación ya aceleraba el paso. Ningún gobierno ha hecho de la deforestación su prioridad. Ahora el Amazonas se encuentra en una situación mucho más grave. Tenemos un presupuesto completamente degradado, servicios públicos debilitados y equipos que han sido desmantelados. Pero contamos con la experiencia del pasado y sabemos que podemos hacerlo. Lo que puedo decir es que realizaremos un trabajo coherente. No puedo dar fechas. Más que fechas, queremos ofrecer resultados.

SWI: Hay indicios de que el oro del Amazonas podría estar llegando a las refinerías suizas. ¿Qué debe hacerse para asegurar que esto ya no suceda?

M.S: La extracción de oro de la Amazonía es ilegal. Se produce ilegalmente en tierras indígenas y en reservas ambientales, contaminando la tierra y los ríos. Tenemos imágenes de niños del pueblo yanomami (una tribu que habita el norte de Brasil), que parece que vivieran en campos de concentración. Lo que las refinerías deben hacer, ciertamente, es dejar de abastecerse de estas materias primas.

Los ciudadanos no querrán un oro manchado con sangre, un oro que para obtenerse provoca minusvalía visual a los niños que trabajan en la minería ilegal, ya que (los materiales químicos utilizados en este tipo de minería) atacan el sistema nervioso central. De cada diez niños yanomami, cuatro están contaminados por productos químicos. Todo el mundo debería estar preocupado por esta cadena de suministro, y este oro termina en los lugares más insospechados. Así que presten atención a lo que llevan puesto: anillos de boda, collares. (Considerando su origen) posiblemente es el objeto más terrible y lamentable que la gente pueda utilizar.

SWI: ¿Qué pueden hacer las multinacionales como Nestlé, las empresas dedicadas al comercio de materias primas como Trafigura y otros corporativos para ayudar a la agenda climática?

M.S: Para responder a los problemas del cambio climático necesitamos a los gobiernos y a las empresas. Si todos hacen su tarea, entonces podremos estar a la altura del desafío. Si las 20 economías más grandes del mundo deciden actuar, podemos resolver el 80% de los problemas relacionados con el cambio climático.

En el presente, el sector financiero y las grandes empresas tienen la capacidad de hacer una contribución significativa. Primero, pueden ayudar estimulando una cultura en aquellos que compran sus productos. Segundo, deben ofrecer sistemáticamente productos de calidad y (fabricados a partir de políticas) transparentes. Por ejemplo, cuando una empresa dice que está fabricando sus productos de manera sostenible, ¿qué significa esto? ¿Qué porcentaje de la producción total cumple en realidad con este objetivo?

Otro aspecto relevante son los ciudadanos, la gente necesita presionar a las empresas. Esto implica cambiar los hábitos de producción y consumo. Se trata de adquirir una nueva mentalidad en un mundo que es finito y en el que los seres humanos tienen una capacidad infinita de desear. Si seguimos deseando equivocadamente, destruiremos los fundamentos mismos de nuestra existencia.

SWI: ¿El acuerdo comercial entre el Mercosur (bloque económico y político conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA en inglés) todavía aparece en el debate ambiental? ¿Considera que el comercio ayuda o acrecienta la deforestación?

M.S: Depende de cómo se realice. Si solo nos fijamos en la calidad proteica y nutricional (de un producto), o en la calidad sanitaria que tiene, ignorando el contexto social, ético, ambiental, cultural donde se produjo; (el comercio) sí puede ser perjudicial. Pero si integramos todos estos elementos, entonces puede ser útil. El comercio no es ni bueno ni malo en sí mismo. Todo depende de cómo se realice y del producto del que se trate.

SWI: Usted llega a Davos solo unos días después de los ataques que tuvieron lugar en Brasilia. ¿Cree que la credibilidad de su país será afectada por estos acontecimientos?

M.S: (Brasil) ha sufrido mucho. Y lo que sucedió el 8 de enero refleja el «saldo pendiente» de lo sucedido antes. Fue una prueba clara de que, desde el punto de vista social, político y cívico, Brasil ya no podía soportar otros cuatro años de Jair Bolsonaro. Es una abierta demostración de la importancia estratégica que tuvo la elección de Lula.

Así como (los partidarios de Bolsonaro) están dejando un saldo negativo de deforestación y pobreza, están creando también una imagen negativa de Brasil. Lo importante es que el nuevo gobierno revierta esta percepción. Vimos una gran cantidad de llamadas telefónicas recibidas por Lula (de parte de líderes extranjeros) y también señales de que el gobierno brasileño no se coludirá con ningún tipo de evento autoritario.

Editado por Dominique Soguel, Virginie Mangin

Adaptado del inglés por Andrea Ornelas