Wuffli devuelve 12 millones de francos al UBS
El Ministerio de Finanzas suizo considera fuera de lugar premiar a altos ejecutivos empresariales con gratificaciones millonarias cuando las finanzas de los grupos van mal. El ex director general del UBS, Peter Wuffli, respondió de inmediato.
La decisión fue bien recibida por los mercados, pero el UBS tiene enfrente nuevos problemas contables. Debe realizar una onerosa indemnización a clientes estadounidenses a los que vendió títulos vía subasta.
El ministro de Finanzas, Hans-Rudolf Merz, lanzó la red a la mar el pasado sábado (08.11) al afirmar que el rescate financiero del UBS, encabezado por el gobierno y el banco central suizos, debía ir acompañado de nuevas reglas en materia de remuneración (salarios y bonos) para los ejecutivos bancarios.
La idea original del otorgamiento de bonos se ha pervertido con el tiempo, citó Merz, y dijo que sería conveniente que los bancos acepten la intervención del gobierno en este asunto.
Ayudar a establecer una nueva política salarial sería una gran aportación gubernamental, señaló en una entrevista con el diario ‘Neue Zürcher Zeitung’.
Y agregó que cuando los bonos tienen lugar en periodos en los que un banco atraviesa serios problemas administrativos, las instituciones tendrían que actuar en consecuencia.
El UBS ha amortizado pérdidas derivadas de su tenencia de ‘subprimes’ por más de 43.000 millones de francos suizos y es beneficiaria de un programa de rescate por 60.000 millones de francos suizos.
Por ello, dijo Merz, los ejecutivos concernidos son exhortados a devolver las gratificaciones que recibieron cuando el banco ya atravesaba complejas circunstancias financieras.
Wuffli responde
La respuesta de uno de los aludidos llegó en menos de 24 horas.
El pasado domingo (09.11), Peter Wuffli, ex director general del UBS –cargo que ejerció durante cinco años y al que renunció en julio del 2007-, confirmó que acababa de devolver al UBS 12 millones de francos suizos.
Su notificación no corrió directo al despacho del Ministro de Finanzas. Utilizó, de hecho, la misma vía de comunicación: la prensa.
En una entrevista con el dominical ‘NZZ am Sonntag’ confirmó que lo hace como una evidencia de «solidaridad con los ejecutivos y empleados que realizan un trabajo extraordinario en tiempos difíciles para las finanzas del UBS».
Y coincidió con Merz en que otorgar elevados salarios ejecutivos cuando hay desequilibrios financieros en una empresa no es correcto.
Además de la devolución de los 12 millones de francos suizos, Wuffli informó que ha perdido unos 50 millones de francos suizos debido al deterioro del valor de las acciones del banco.
En este punto, cabe recordar que es común que los ejecutivos de alto nivel de los gigantes empresariales reciban parte de sus prestaciones vía acciones de la propia empresa. El título del UBS, en particular, ha perdido más de 60% de su valor en un año.
Y ahora que Wuffli de forma voluntaria llegó a la red de Merz, su decisión aumenta en automático la presión sobre Marcel Ospel, presidente del UBS hasta el pasado 1 de abril, para que haga lo mismo.
Remuneraciones estratosféricas
El debate sobre las estratosféricas remuneraciones que reciben los directivos de las grandes empresas no es novedad en Suiza.
De hecho, desde el 1 de enero del 2007, las empresas que cotizan en el mercado de valores helvético (SWX) están obligadas a revelar los ingresos y bonos otorgados a los principales directivos de los diversos grupos.
En el caso de Wuffli, y según consta en el Informe Anual 2007 del UBS, el bono que devuelve formaría parte de las indemnizaciones diferidas a las que tiene derecho tras su partida del UBS.
Concretamente, el documento refiere que tres de los directivos –Peter Wuffli, director general; Huw Jankins, jefe de la banca de negocios; y Clive Standish, ex director de finanzas- tenían derecho tras dejar el banco a ingresos e indemnizaciones diferidas por un monto sumado de 94 millones de francos suizos entre 2008 y 2009.
Del total, al menos un tercio (es decir alrededor de 31 millones de francos suizos), correspondían a Wuffli entre este año y el próximo.
La noticia de la devolución fue bien recibida por el mercado bursátil. La acción del UBS repuntó 3,2% durante la jornada del lunes (10.11), para cerrar el día alrededor de los 11,85 francos suizos.
Los inversionistas del mercado ‘premiaron’ la decisión de Wuffli quien fue, de hecho, el único ejecutivo del UBS que dejó el banco antes de la crisis de los ‘subprime’.
Cuando él partió, aún no estaba claro lo que estaba por venir (el problema se destapó a nivel internacional dos meses después, en agosto del 2007).
Y Peter Kurer, actual cabeza del UBS, celebró la decisión de su predecesor y dijo que el banco se mantendrá atento a conocer si alguien más sigue el ejemplo de Wuffli.
Amenaza de los ARS
La devolución de las indemnizaciones es una señal de congruencia en momentos difíciles, pero está lejos de ser una solución a los problemas del UBS.
En pleno proceso de saneamiento de sus balances tras el golpe de los ‘subprime’, los ARS se ciernen como nueva amenaza sobre su futuro.
El UBS fue acusado el verano pasado (25.07), por los tribunales de Nueva York y de Massachussets, por fraude masivo a sus clientes.
Les vendió, con dolo y encubrimiento de información, un instrumento llamado ‘Auction-Rate Securities’ (ARS), o títulos fijados a través de subasta, como una opción segura y de alto rendimiento.
Las fiscalías estadounidenses aseguraron que UBS –y otros bancos como Citigroup- hicieron creer a sus clientes no especializados que les vendían un instrumento de largo plazo, cuando no era así.
El UBS aceptó lo anterior (08.08) y para evitar problemas mayores se comprometió a readquirir bonos ARS en poder de su clientela por 19.400 millones de francos suizos, amén de pagar una multa por 155 millones de francos a la autoridad estadounidense.
Los desembolsos por concepto de los ARS iniciaron este mes (08.11) y son el nuevo galimatías de un UBS que aún no consigue levantar cabeza.
swissinfo, Andrea Ornelas
UBS nació de la fusión de la Unión de Bancos Suizos y la Asociación Suiza de Bancos, y opera bajo su estructura actual desde 1998.
Es el banco número uno de Suiza, el más rentable y también el más afectado por la crisis de los ‘subprime’, que le han costado amortizaciones superiores a los 43.000 millones de francos suizos.
Cuenta con poco más de 80.000 empleados en el mundo y celebrará su próxima asamblea general extraordinaria el 27 de noviembre.
Se abordará el tema de los salarios y compensaciones ejecutivos y detalles sobre el préstamo emergente del Estado suizo al grupo.
Los Auction-Rate Securities (ARS) o títulos fijados vía subasta, fueron creados en los años 80 para financiar a gobiernos municipales, hospitales, estudiantes universitarios, en EEUU.
Se trata de créditos de largo plazo y a tasas atractivas porque los contratos originales eran revendidos semanalmente en un ‘mercado secundario’ que les daba movilidad y liquidez, características que se perdieron de golpe cuando estalló la crisis ‘subprime’, dejando atrapados a muchos pequeños tenedores de ARS.
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