Ecuador vota en medio de una violencia criminal sin precedentes: un homicidio cada hora

Guayaquil (Ecuador), 7 abr (EFE).- Ecuador elige este domingo quién presidirá el país los próximos cuatro años en medio de la peor crisis de seguridad de su historia, con un homicidio cada hora, pese a la «guerra» contra el crimen organizado declarada por el presidente y candidato a la reelección, Daniel Noboa.

En febrero de 2025, el país registró 736 homicidios, que se suman a los 793 de enero, según cifras oficiales, lo que supone un preocupante repunte con el que se llega a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que disputan Noboa y la candidata correísta Luisa González.

Este recrudecimiento de la violencia se produce después de que, con la declaración del «conflicto armado interno», 2024 acabase con una caída de 15 % con respecto a 2023, año en el que Ecuador fue el país más violento de Latinoamérica con una tasa de casi 47 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.

Para el analista en seguridad Luis De Guzmán, esa declaración fue «muy útil», ya que el país experimentaba una «tendencia creciente de la violencia y criminalidad», pues los asesinatos ya no sólo eran «entre bandas criminales», sino que se registraban ataques contra las fuerzas de seguridad, instituciones públicas y civiles, por lo que era necesario «tener una respuesta más contundente».

«Convirtieron a las calles de Ecuador en el escenario donde ellos (el crimen organizado) desarrollan sus guerras y todos sus negocios ilícitos. Esto generó una guerra urbana, que es distinta a las otras porque el enemigo se mimetiza dentro de la sociedad. El enemigo está entre nosotros mismos», señaló el también especialista en seguridad ciudadana.

De Guzmán consideró que esta estrategia debe seguir, pues logró «amortiguar temporalmente la violencia», aunque abogó igualmente por mayor inversión tecnológica y armamentística en las fuerzas de seguridad, mejor trabajo de inteligencia y un «golpe a la estructura financiera» de las bandas.

Un país «hipermilitarizado»

Sin embargo, la experta Michelle Maffei cree que la «hipermilitarización» ha sido un error debido a la falta de medidas de prevención que impidan que cada vez más jóvenes sean reclutados por las bandas delictivas o que el nivel de violencia aumente.

Maffei apuntó que las fuerzas de seguridad se han enfocado en detener a los cabecillas sin tener en cuenta que eso está provocando una lucha interna entre quienes quieren ser los nuevos líderes y el nacimiento de nuevas facciones más violentas, que reclutan a más personas y buscan hacerse con el mercado del narcotráfico y de otros ilícitos en el país.

Como ejemplo puso lo que sucede en el sector de Nueva Prosperina, en Guayaquil, donde dos facciones de Los Tiguerones se disputan el territorio, lo que desencadenó a inicios de marzo una masacre con 22 víctimas.

«Si no hay un cambio de perspectiva vamos a terminar el 2025 con más de 50 grupos de delincuencia organizada (22 al inicio del «conflicto armado interno»). Y cuántas más bandas o cárteles hay en un país, más difícil es revertir el fenómeno. Creo que estamos poco a poco llegando a ese punto donde no vamos a poder dar marcha atrás», mencionó la docente universitaria.

Medidas del próximo presidente o presidenta

Los especialistas coincidieron en que Noboa o su rival, la candidata correísta Luisa González, deben empezar por fortalecer y reformar las instituciones vinculadas con la seguridad.

Para Maffei, una prioridad es depurar a las Fuerzas Armadas y a la Policía, que, en su opinión, «lamentablemente ya están cooptadas», y después volver a concentrar el trabajo militar en las fronteras, pues es por allí por donde entra la droga o las armas.

«También se debe reformar la Unidad de Análisis Financiero para que pueda imitar lo que hace la Guardia de Finanzas de Italia, y el Centro de Inteligencia Estratégica, que ahora solo sirve para atosigar a opositores políticos», señaló.

De Guzmán también abogó por fortalecer la administración tributaria y la Superintendencia de Compañías, para combatir los negocios vinculados a la criminalidad, aunque en su opinión lo prioritario es garantizar la educación y la salud de calidad y oportunidades de desarrollo.

«Si no se hace de esta manera vamos a terminar siendo siempre una sociedad y un Estado que solamente amortigua y combate la violencia, pero que está en constante descomposición», concluyó. EFE

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