Eduardo Bolsonaro atribuye la acusación de su padre a la persecución judicial y pide apoyo

Washington, 20 feb (EFE).- El diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), acusado de liderar el intento de golpe de Estado de 2023, criticó este jueves que el sistema judicial en su país se ha convertido en un instrumento de persecución a todos los niveles y pidió rezar por su padre.

«Rezad por mi padre», dijo en la jornada inaugural de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), que se celebra a las afueras de Washington hasta el sábado.

En su opinión, en Brasil «la persecución no está impulsada por el poder ejecutivo, sino por el poder judicial, y eso la hace aún más peligrosa. No estamos hablando de una dictadura en el sentido tradicional».

La Corte Suprema de Brasil notificó el miércoles al expresidente la denuncia de la Fiscalía que lo acusa de «liderar» un complot golpista para anular la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones de 2022.

Según la denuncia, Bolsonaro se rodeó del núcleo duro de su Gobierno y de militares de alto rango, como el excomandante de la Marina Almir Garnier Santos, para poner en marcha «un plan criminal» con fines golpistas.

Eduardo Bolsonaro apuntó que su padre ni siquiera se encontraba en Brasil en ese momento. Estaba de viaje en Estados Unidos cuando miles de sus simpatizantes atacaron las sedes de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023.

El diputado consideró que hay una motivación política detrás de ese proceso.

«Es el único candidato capaz de derrotar a la izquierda en las elecciones de 2026. Si se le mantiene fuera de la carrera, Brasil caerá completamente bajo la influencia de China. No hay duda sobre eso. Y no se puede pasar por alto a Brasil. Con más de 200 millones de personas, la economía más grande de América Latina y un tamaño casi como el de Estados Unidos», dijo.

Eduardo Bolsonaro destacó que «esto es lo que pasa cuando los tribunales se convierten en armas políticas contra la voluntad de la gente», y subrayó que en Brasil el sistema judicial está creando «una ilusión de legalidad mientras desmantela sistemáticamente la democracia».

Tras la noticia de la acusación, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que tiene 15 días para presentar alegaciones, se había declarado a través de sus abogados «indignado» y calificó la denuncia de «inepta», «incoherente» y «fantasiosa». EFE

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