América Latina y Suiza cada vez más unidas
En la inauguración del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de San Gall (25.06), el alemán y el español eran familiares a casi todos.
Más allá del idioma, los asistentes daban muestras de sus vínculos académico, económico, cultural y emocionalmente con Suiza y América Latina.
Yvette Sánchez, la presidenta del CLS, personifica estos vínculos. Hija de un dominicano y una suiza que se conocieron en Ginebra, Sánchez, nació en Venezuela.
Poco después se trasladó a Suiza, donde estudió desde la primaria, lo que explica su perfecto alemán con acento suizo. «Mucho después recuperé el español».
Lo que hoy es sobreentendido – que los hijos hablen los dos idiomas – no lo fue en el caso de los Sánchez. «A principios de los 60 este idioma y el italiano eran muy mal vistos», recuerda.
Y lo que hoy es casi automático – la naturalización suiza – para Yvette llegó recién cuando cumplió 12 años. Entonces le recomendaron a su madre que los hijos lleven el apellido materno suizo – Federer – pues Sánchez sonaba muy exótico.
«El español ya no es un estigma…
En la USG hay 140 estudiantes que van a pasar por el examen del nivel 1. Todos quieren hablar un poquito de español, bailar salsa, tomar ‘mojito'», dice.
Sánchez elogia la átmosfera es agradable de su nueva universidad. «Mis colegas están bien establecidos internacionalmente, todos ganamos igual, no hay ‘estrellas’, recibimos apoyo de las autoridades universitarias y somos muy productivos».
Trabajar en la USG es casi el paraíso comparada con mis primeros años, expresa. Eras los tiempos difíciles en los que Sánchez tuvo que aprender a usar su red de contactos ‘en los alrededores’ – el hispanismo alemán y España -, porque no podía viajar a América Latina.
Eran los tiempos en que nació su hijo y escaseaban las guarderías más que hoy, por lo que apeló a madre, a su suegra, una tía, una niñera argentina y su esposo – quien pese a la incomprensión de sus jefes redujo su trabajo periodístico a 60% y ‘pasaba más tiempo con mi hijo que yo’.
Después de 20 años de hispanismo puro en la Universidad de Basilea, Sánchez encontró en San Gall el trabajo ideal, a lo que contribuyen también sus estudiantes. «Al principio me pregunté qué hago con juristas, economistas y empresarios. Por su motivación y diligencia es un placer enseñarles, aun cuando español no sea la asignatura principal».
Latinoamericanos con raíces suizas
Uno de los alumnos de Sánchez es Alex Heshusius, de 26 años. Colombiano con raíces suizas y holandesas (sus abuelos materno y paterno), este joven reconoce que el pasaporte suizo facilitó su acesso la USG.
«No tuve que pasar el curso de admisión. Empecé mis estudios de economía en la USG el 2000 y terminé el 2005», refiere Alex, quien ha escrito la disertación «Guerra y narcotráfico en Colombia: factores sociopolíticos y económicos».
El resume así sus experiencias más importantes en la USG: aprendí otro método de trabajo, el rendimiento, la organización, lo que hay que saber es muy preciso y todo es más estricto que en Colombia. Lo que no esperaba es que los suizos sean tan abiertos.
Como parte de la directiva del Club Latinoamericano de San Gall, Heshusius se preocupó por mantener el contacto y apoyo ‘entre nosotros’. Hoy este joven trabaja en el Credit Suisse, pero tiene planes de regresar con más experiencia a Sudamérica.
Una chilena que es alumna libre
Jimena Peña, de 26 años, ha terminado sus estudios de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar, que tiene convenio con la USG. «Preparo mi examen de grado aquí, como estudiante libre, desde marzo de este año».
En este tiempo ha tenido experiencias positivas. «La gente es amable, aprendo un poco de alemán para integrarme mejor. La biblioteca está abierta al público, algunos alumnos me invitan a sus clases, a participar en forums o a esta inauguración».
Otro colombiano, Martin Cortázar Müller, es el encargado de la página Web del CLS. En la USG estudió Relaciones Internacionales. Ahora hace un master en Gobernanza pública y es autor de «El déficit democrático en Colombia: causa y consecuencia de una guerra civil».
Cortázar, ex-presidente del Club Latino de la USG, destaca el «impresionante nivel académico de esta universidad, el estrecho contacto entre alumnos y profesores y el valioso apoyo para la vida posterior al estudio».
El suizo Christian Egli empezó a interesarse por Latinoamérica el 93, cuando tenía 14 años, al leer una biografia sobre el ‘Che’ Guevara. «Desde entonces sigo muy de cerca lo que ocurre allá. Además me influyó mi hermana, que el 95 fue a Ecuador a aprender español».
Como turista Egli estuvo en 7 países latinoamericanos. Además hizo un corto intercambio con la Universidad de Chile como parte de ‘Magellan’, o ‘Magallanes’.
Entre el 2005 y 2006 trabajó en México en una empresa automotriz alemano-mexicana. Pronto realizará otro intercambio en la Universidad Nacional Autónoma de México, como parte de su posgrado.
De México le interesa su riqueza cultural – historia, comida, música, idioma, arte – la belleza natural del país, sus valores a veces contradictorios y su potencial económico, dice Egli, quien ha escrito sobre «Los impactos políticos y sociales del ALCA en los países centroandinos».
Proyecto de Intercambio ‘Magellan’
Fundado el 2002, en este programa de intercambio 20 estudiantes de la USG van a una universidad latinoamericana y reciben charlas sobre la política y el sistema sociocultural.
Después, 20 estudiantes de ese país latinoamericano vienen a conocer Suiza durante 10 días: tienen charlas con empresas, visitan a organizaciones como la ONU en Ginebra, a las Embajadas en Berna, a la Cámara de Comercio Latinoamericana en Zúrich.
Milena Thöni, de 20 años, estuvo hace poco en el Tecnológico de México, como parte del grupo ‘Magellan’. Lo que más le llamó la atención fue la manera de vivir en México, que es «muy distinta a la de Suiza. Allá se valora más lo personal, la convivencia».
Y que allá hacer empresas es menos complicado que en Suiza, «donde todo es formal y trabajoso». ¿Y la informalidad? «Existe, pero luego no es tan grave, depende», dice Milena, quien planea volver a Latinoamérica por un intercambio o a trabajar.
Niklas Elser, de 24 años, hace una mestría en la USG y es fundador de ‘Magellan’, que en sus 5 años de existencia ha hecho intercambio con Chile, Argentina, Brasil y México.
Elser quiso conocer el sistema político de esos países «que se diferencian de lo que hay aquí». Además vio que «los argentinos están más inclinados hacia Europa, París es la ciudad que quieren visitar, los chilenos se enfocan más hacia Estados Unidos, igual que los mexicanos».
En lo personal le fue ‘fenomenal’. «Sigo en contacto con 15 de los 20 estudiantes chilenos que conocí en el primer intercambio, hace 5 años. Es una amistad profunda, una experiencia intensa. Ahora, con la creación del CLS se abren todavía más oportunidades».
swissinfo, Rosa Amelia Fierro.
– En la USG, las mujeres forman el 28% del estudiantado.
– Tiene 73 catedráticos y 7 catedráticas (cifras 2006).
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