La financiación de la educación y la investigación se recorta

Una investigadora del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas (Eawag) en Dübendorf, cerca de Zúrich. KEYSTONE/KEYSTONE/GAETAN BALLY

Suiza a menudo se encuentra entre los países más innovadores y competitivos del mundo, con una reputación de excelencia en ciencia y educación. Pero el próximo presupuesto federal de educación, investigación e innovación se ha recortado por presiones económicas. Y hay quien teme que la calidad de la investigación y la competitividad suizas se resientan.  

El Gobierno helvético recientemente ha anunciadoEnlace externo sus planes de gastar un máximo de 29.200 millones de francos (32.000 millones de dólares) en los próximos cuatro años para que Suiza “siga siendo un líder internacional en educación, investigación e innovación”.

Lo cual implica mayor inversión respecto al presupuesto federal para 2021-2024 (27.800 millones de francos). Pero el entorno académico e investigador suizo está descontento. En un contexto de presiones presupuestarias federales, un presupuesto anterior más alto propuesto para 2025-2028 se redujo en 500 millones de francos.

Por lo que el crecimiento anual medio del 2 % (en términos nominales) para financiar el sector de la educación, la investigación y la innovación se ha reducido al 1,6 %. Teniendo en cuenta las previsiones de inflación para Suiza, es probable que, según indica el ámbito académico suizo, el crecimiento de la financiación en el próximo periodo se acerque a cero.     

El ministro de Educación, Guy Parmelin, admite que ha sido difícil la decisión de reducir el presupuesto. “Teniendo en cuenta la inflación, será más complicado que los recursos disponibles cubran las necesidades generadas por el aumento del número de participantes en todos los ámbitos de la educación”, declaró el 8 de marzo.   

El dinero federal se destinará a financiar la formación profesional, la educación de adultos, la enseñanza superior y el fomento de la investigación y la innovación. No están incluidos los programas Horizonte Europa y Erasmus de la Unión Europea.

El Gobierno está firmemente convencido de que puede mantener a Suiza a la vanguardia en los campos de la investigación y la innovación, fundamentales para su prosperidad. Se pone el énfasis en la promoción competitiva de la investigación y la innovación, en particular a través de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (SNSF, por sus siglas en inglés), Innosuisse y las Academias Suizas de las Artes y las Ciencias.

“Discrepancia” entre recursos y objetivos

Pero las instituciones educativas suizas están descontentas. El Consejo de la ETH, la asociación swissuniversities, la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia y la Academia Suiza de las Ciencias alertan de que la calidad de la enseñanza y la investigación en las universidades suizas se ve amenazada.

Tal y como manifestaron el 22 de abril, existe el riesgo de que los servicios se reduzcan y de que los proyectos para promover el futuro de la economía y la sociedad suizas queden en suspenso.    

Critican una “gran discrepancia” entre los recursos disponibles y los “ambiciosos” objetivos estratégicos de Suiza, que permanecen intactos. Y afirman que no se pueden descartar nuevos recortes en el futuro.

Las universidades suizas y las instituciones pertenecientes al ámbito de la ETH —como los institutos tecnológicos federales ETH de Zúrich y EPFL de Lausana— están sometidas a una presión especial. Las organizaciones de la ETH se enfrentan a recortes anuales de 100 millones de francos a partir de 2025.

La ETH de Zúrich la semana pasada dijo que la financiación pública prevista para los próximos años será insuficiente para seguir el ritmo del aumento del número de estudiantes. Y si los niveles de financiación no cambian, tal vez habría que recortar gastos. 

Se está estudiando la posibilidad de restringir el número de estudiantes o congelar la contratación en investigación y docencia, por ejemplo. También se baraja la posibilidad de suprimir campos enteros de investigación y titulaciones. En 2023 el instituto ya se enfrentaba a importantes retos financieros, y el fuerte aumento del número de estudiantes, el hecho de que las compensaciones no sigan el ritmo de la inflación y los recortes previstos por el Gobierno han supuesto tensiones adicionales.   

El proyecto de presupuesto federal se debatirá en los próximos meses en el Parlamento.

Un gasto en educación superior a la media

El sistema educativo suizoEnlace externo está estructurado de forma diferente en cada nivel (primaria, secundaria y terciaria). En 2021 el Gobierno federal, los cantones y los municipios gastaronEnlace externo 41.300 millones de francos en educación, que equivale al 17,7 % del gasto público total y al 5,6 % del producto interior bruto (PIB).

Este es un gasto compartido entre las autoridades federales, los cantones y los municipios, así como con las empresas (compañías y asociaciones empresariales) y el sector privado o las instituciones educativas. La mayoría de los centros de enseñanza —a excepción de las guarderías y los centros de educación y formación de adultos, que sobre todo son privados— los financia el sector público.

Suiza gasta el 1,35 % de su producto interior bruto (PIB) en educación terciaria, muy por encima de la media de los Estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En 2021 la pequeña nación alpina invirtió en investigación y desarrollo el 3,4 % del PIB anual, es decir, 24.600 millones de francosEnlace externo. Esto representa un aumento medio del 4 % anual entre 2019 y 2021. Unas 140.000 personas realizaron actividades de I+D en universidades y otras instituciones de educación superior (el 28 %) y empresas privadas (el 68 %).

En Suiza el gasto en I+D con relación al PIB se sitúa por detrás de Israel (con el 5,6 % del PIB), Corea del Sur (el 4,9 %) y Estados Unidos (el 3,5 %).

Bien situada en innovación, aunque la brecha se reduce

Bien situada en innovación, aunque la brecha se reduce

En las clasificaciones mundiales de innovación y competitividad, es decir, cuando Suiza se compara con otros países, el país helvético, por lo general, sale bien parado.

En 2023, por decimotercer año consecutivo, Suiza fue la economía más innovadoraEnlace externo, seguida de Suecia, Estados Unidos, el Reino Unido y Singapur, tal y como declaró en marzo la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

El año pasado Suiza presentó ante la Oficina Europea de Patentes (OEP) el mayor número de solicitudes de patente por habitante. En cifras absolutas, Suiza ocupa el tercer lugar de Europa y el séptimo del mundo, según el Índice de Patentes 2023. Destacan, sobre todo, los cantones de Zúrich, Vaud y la ciudad de Basilea.

En la clasificación de competitividad mundial 2023 de la escuela de negocios IMD con sede en Lausana, sin embargo, el país alpino cae al tercer puesto. En la clasificación de 2023, Suiza —que en 2021 ocupó el primer puesto— fue desbancada por Dinamarca e Irlanda.

La Secretaría de Estado de Educación, Investigación e Innovación (SERI), en su último informe provisional sobre investigación e innovación de 2022, publicadoEnlace externo el mes pasado, dice que en materia de investigación e innovación, en comparación con países como China, Alemania, Francia, Israel, Italia, Países Bajos, Austria, Suecia, Singapur, Corea del Sur, Estados Unidos y el Reino Unido, Suiza está “bien posicionada”.

“En muchos indicadores, Suiza está muy por delante. Sin embargo, tienden a reducirse las diferencias entre los países considerados en la comparación”, señala.

Y el informe añade que Suiza obtiene peores resultados en comparación con “metrópolis de la innovación”, como los estados federados alemanes de Baden-Wurtemberg y Baviera, la región italiana de Lombardía-Piamonte, las regiones francesas de Ródano-Alpes e Île-de-France (Gran París) y el Gran Londres.

Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo / Carla Wolff

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